Capítulo 21: Rompiendo reglas

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De delantal blanco y credencial con su urdida identificación, iba Allison saliendo del laboratorio, después de un largo día de investigación. Se dirigió a los lockers como es de costumbre para dejar su ropa de trabajo. Mientras se quitaba el delantal, le apareció compañía.

-Tú no cambias, LT –dijo Allison, sin tener la necesidad de ver a su observador.

-Anda no me digas así, estamos en confianza, sólo dime L –le contestó el sujeto que salía detrás de los casilleros. Era un tipo de cabello dorado y corto, de ojos grises, y cuerpo fornido que vestía pantalones de militar con una camiseta color olivo.

-¿No deberías estar vigilando la base? –se colocaba su chaqueta, mientras esperaba una respuesta.

-Ya terminó mi turno.

-¿Estás aburrido? –le preguntó coquetamente.

-Bastante –dibujó una sonrisa ladina en su rostro.

-Pues, ve a buscar diversión a otra parte.

-No esperes a que te obedezca, querida Allison –pronunció con malas intenciones. Allison frenó de golpe su marcha.

-No te atrevas a llamarme así.

-¿Y por qué no? te haces llamar Allison cuando contestas las llamadas por un teléfono, que filtraste a la base, no veo el motivo para que no te pueda llamar así.... Tengo una duda –el sujeto puso una cara de pensativo y se cruzó de brazos inclinando su cabeza -¿Ese fue tu nombre en la última misión que tuviste en terreno, cierto?

-Fuese mi nombre o no, no es de tu incumbencia –Allison trató de mantenerse calma frente a la respuesta que estaba dando, después de todo, no tenía que parecer descubierta, menos por alguien como él.

-¿Quién es Robin? –consultó muy curioso. La chica se detuvo nuevamente y se volteó a verlo.

-Debemos salir a beber algo, paso por ti en quince minutos, ponte...normal –ella le miró de pies a cabeza, aludiendo a su facha militarizada.

Fuera del bar habían fotos de desaparecidos flameando con el viento, pegadas a media en las murallas. Se notaba que el lugar que eligió la chica era un bar de mala muerte, un sitio en donde la organización no alcanzara a poner ni ojos ni oídos, algo difícil de encontrar en la zona ya que tienen el control de todas las ciudades circunvecinas.

Escogieron la mesa más apartada del local para charlar, mientras bebían sus vasos de espumosa cerveza.

-Así que Robinson, es un enamorado que tienes –el sujeto le miraba con una sonrisa en su mirada. –Tendrás que pagar de muy buena manera para que guarde tu secreto.

-Entonces no te conformas sólo con una invitación a beber cerveza.

-Lamentablemente no.

-¿Te has preguntado, por qué te degradaron a ser un simple guardia de la base?- preguntó Allison, mirando su vaso -Cuando en realidad con el potencial que tienes ¿podrías estar en terreno en estos momentos?

-Cometí mis errores en el pasado, lo asumo y le pongo pecho a las balas.

-Claro, esa vez en que la organización quedó expuesta por tu culpa.

-No es necesario recordar esas cosas –mencionó, viéndose incómodo.

-Créeme, es necesario... al parecer tú nunca supiste que unas de las que estuvo a cargo de la investigación interna que te aplicaron, fui yo.

-Bueno –el sujeto se mantuvo meditativo por algunos instantes -Ya ves ahora cómo lo estoy pagando.

-Más que resignarte, deberías agradecerlo.

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