Capítulo 27: Así fue

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Los chicos volvieron a la camioneta en completo silencio. Denise parecía petrificada, es como si en su interior se estuviesen acomodando los recientes secretos descubiertos en un rincón de su cabeza. Caleb no hacía más que observarla.

-¿Desde cuándo que lo sabías? –le preguntó la chica con una circunspección apabullante.

-Primero, yo no sabía que Piero estaba vivo, estoy tan asombrado como tú...

-Lo de mi madre...desde cuándo –le interrumpió cortante, mirándolo detenidamente e ignorando su atractivo.

-Desde el año pasado –mencionó serio. Denise tragó saliva, soportando sus ganas de querer mandarlo al demonio.

-Como siempre burlándote de las demás personas en su propia cara...supongo que te lo contó mi padre y era eso con lo que lo has estado chantajeando...

-No te niego al decir que he estado chantajeando a tu padre con este secreto, pero si te pones a ver bien las cosas no ha sido nada más que a cambio de que yo esté protegiéndote y no otras personas. Además Lionel nunca me habló nada al respecto, sabes cómo es, no me va a contar algo a mí que ni siquiera te ha dicho a ti.

-En serio, eres un maestro para adornar y acomodar tus mentiras y jugarretas a tu conveniencia.

-Denise... yo por mi cuenta descubrí que tu madre pertenecía a la familia de Piero, porque vi una fotografía, ese día que estuvimos en la casona de los mafiosos el año pasado. Eran Piero, Bruno, sus padres y una adolescente con el cabello rizado idéntica a ti, por un momento hasta llegué a pensar que eras tú en esa foto, luego al averiguar un poco más ya no había cómo dudar que aquella niña en la imagen era tu madre.

-¿Y por qué no me lo dijiste entonces? –le reprochó dolida y con los ojos llorosos. Hubo un silencio repentino.

-No me correspondía decírtelo –el chico volvió su mirada hacia el parabrisas.

-Caleb, has hecho un sinfín de cosas que no te corresponden durante todo el tiempo que nos llevamos conociendo y ¿esto es lo único que está fuera de tu alcance?

-Era un tema personal tuyo, algo delicado, debías hablarlo con tu padre, además él quiso que fuese así, no quería que nadie se enterara de que tu mamá pertenecía a una familia de mafiosos y por lo que supe hoy, ni siquiera tu madre quería que te enteraras –nuevamente el silencio se apoderó de ambos por un largo lapso de tiempo.

-Llévame a casa por favor.

Caleb puso en marcha la camioneta y se llevó a Denise a su casa como quería. No cruzaron ni una palabra más en todo el trayecto. Cuando aparcó bajo el árbol que acostumbraba, quedó mirando a la chica.

-Denise, no deberías estar molesta.

-La verdad es que ni siquiera sé si estoy molesta contigo o con mi suerte, solo sé que sigo encontrándome con sorpresas en el camino que al fin y al cabo terminan siendo desagradables y extenuantes, lo que me cansa, me cansa estar pensando con qué cara debo recibir cada noticia y cómo afrontarla, roba mis energías –dicho esto, la chica abrió la puerta para marcharse.

-¿No piensas despedirte?-le preguntó, como si no pudiera soportar otra despedida escueta como las de siempre. Viendo que se marchaba sin decir nada, Caleb se bajó del vehículo -Denise –le llamó. Ella no contestó nada, sólo quedó mirando un punto fijo que la mantuvo retraída por algunos instantes. Reaccionando tardía retomó el paso, rodeó la camioneta y se acercó a él viéndose molesta y al mismo tiempo con pena y frustración; no le era para nada de fácil mantener aquellas emociones bajo control, pero a pesar de todo ello, al final de cuentas se abalanzó sobre él dándole un fuerte abrazo.

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