La Venganza De Alex

Capítulo 5

Me he pasado toda la mañana de aquí para allá sin parar. Buscando la forma de como solución el problema y evitar que más de doscientas mil familias queden sin sustento.

Lamentablemente aún no tenía nada y su cólera iba en aumento entre más pasaba las horas.

Los bancos se negaban en prestarnos el dinero, no confían en nosotros por la gran cantidad de dinero que debemos a los distintos bancos. Sin mencionar los acreedores de las obras, que todavía no hemos podido pagarle por falta de liquidez.

Recuesto mi cabeza en el borde de la silla. Siento que mi cabeza va a explotar en cualquier momento. No solo la empresa me tiene furiosa si no también el atrevimiento de Alejandro. Prácticamente me chantajeo. Pero se quedará esperando, nunca me voy a rebajar a su calaña, además, estoy segura que lo lograré. Solo necesito un poco de tiempo para buscar una solución y sé que lo conseguiré.

Tocan la puerta de mi oficina

—Pase—, veo a mi padre entrar con ilusión. La espera que el banco haya aprobado en préstamo.

—Buenas días cariño. No te vi salir de casa.

—Tenía muchas cosas que hacer papá

—Como te fue en el banco. Nos dieron el préstamo que tanto necesitamos.

Recuerdo de una hora antes.

—Buenos días. En qué podemos servirle.

—Buenos días. He venido a solicitar un préstamo al banco.

Ellos empiezan hablar, Mile de da el monto total de lo solicitado y en busca en su computado para darle una respuesta.

—Lo siento señora pero el monto que está solicitando su compañía no podemos dárselo.

—Como que no se puede nosotros hemos sido clientes fijos de ustedes por más de 40 años, otras veces hemos tomado préstamos con un montón mucho mayor que éste.

—Es cierto, pero como comprenderá el banco no puede arriesgarse a prestar esa cantidad de dinero puesto que la empresa no tiene recursos para responder, si algo sale mal. Además, todas sus cuentas están congeladas y sus propiedades hipotecadas, y ni siquiera tienen un havar para poner en garantía.

—Creo que ya no tenemos nada de qué hablar

—Así es señora. Les deseo buena suerte, pero no creo que ningún banco se arrisque a prestar una cantidad de dinero tal exuberante como esa.

—Guárdese sus opiniones que no se los pedí.

Salí de hay como alma que lleva el diablo.

Fin

—Eso fue lo que paso papa.

—Que vamos hacer ahora.

—No te preocupes que encontraremos una solución.

—Eso espero.

—Ya verás que si—, él sonríe débilmente.

—Voy a salir un rato. Nos vemos más tarde cariño.

—Ok.

Lo veo irse con el rostro decaído y eso me rompe el corazón.

Siento rabia, impotencia. Aún puedo creer el comportamiento de aquel agente, que antes se desvivía por atendernos, ahora nos tratan como si fuéramos unos estafadores. Como si nunca hubiéramos solicitado préstamos antes en su sucursal. "Lo siento señora pero como comprenderá el banco no puede arriesgarse a prestar esa cantidad de dinero puesto que no tienen recursos para responder, si algo sale mal y no puedan pagar"