Capítulo 1

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La vida es una mierda insoportable, llena de personas miserables, que son más falsas que las extensiones de Lady gaga. Superficiales, en busca la belleza perfecta cuando no se dan cuenta que ya lo son por dentro. Pero cada ser humano intenta llenar ese vacío, ese que siente en lo más profundo de su ser.

El ser humano por naturaleza es ambicioso. Entre más tiene más quiere, puesto que en su interior desea satisfacer su propio ego a como dé lugar sin importar a quien se lleve entre las patas; hay otras que tienen el corazón podrido y disfrutan causar dolor sin importar el daño que esto le pueda causar.

Esas personas simplemente están llenas de veneno. Respiran veneno. Son como las anacondas que esperan el momento oportuno para devorar a su víctima, y para luego devorarlas sin remordimiento alguno.

Esas clases de individuos no deberían existir sobre la faz de la tierra, pero Dios es muy misericordioso con esas personas al permite vivir, esperando que todos se arrepientan de sus malos caminos; En cambio hay personas de buen corazón, que sus sentimientos son puros e inocentes. Donde el verdadero objetivo no es hacerle daño a los demás, sino que todos los que están a su alrededor puedan ser felices. Quizás es por esto que se convierten en blanco de aquellos que no tienen corazón—sonríe con ironía.

Pero yo no soy Dios para tener misericordia de mis enemigos—pensó con sarcasmo.

He esperado mucho tiempo este momento. Sé que lo disfrutare al máximo. Mi desquite está a punto de empezar y no voy a parar hasta destrozarla por completo; Todos estos años he pensado una y otra vez la forma de como castigarla por su traición. Su traición endureció mi alma. Desapareciendo cualquier sentimiento de piedad que pueda existir en mí. Sencillamente ya no tengo corazón después de lo que paso.

—Alex necesito la lista de invitados para tu fiesta de cumpleaños.

Alex sale de sus pensamientos, se levanta de su escritorio para a continuación acercarse a su amigo que lo estaba mirando fijamente.

—Sabes que está fiesta no significa nada para mí, puedes invitar a quien quieras no me importa. A los que no puedes dejar de invitar es a la familia Suárez después me da igual quienes asistan.

Una sonrisa torcida y perversa se dibuja en el rostro de Alex. Él no los estaba inventado por cortesía ni nada que se le parezca, sólo estaba moviendo las fichas para obtener lo que tanto desea, su revancha.

—¿Estás seguro de lo que quieres a hacer? Todavía estás a tiempo de recapacitar y renunciar a esa absurda venganza que sólo te a echo daño—dice con preocupación. Danis fue testigo del dolor y el odio que su amigo acumulo todos estos años. El rencor que sentía por esa mujer es infinito. A veces sentía hasta miedo que en esa locura el termine peor de lo ya está.

Alex reflejaba un resentimiento profundo que lo consumía por dentro, un dolor que solo sería saciado día en que ella pagará con lágrimas de sangre todo el dolor que él sufrido.

—Ella siguió con su vida como si nada hubiera pasado—escupió con ira contenida—. Después de haberme jurado amor eterno, pero luego se fue con él... arrojándome, como a una basura o un zapato viejo que ya no le sirve para nada. Pero ahora le toca a ella, sufría más de lo que yo he sufrió, de eso me encargaré personalmente.

—¿Estas consiente que no solo ella sufrirá a causa de tu venganza, sino que tú también sufrirás las consecuencias?

—No me importa. Estoy decidido a convertir su vida en un infierno y te aseguro que disfrutaré cada momento que la vea sufrir.

—Por más que trate de hacerte entender no cambiaras tu decisión. ¿cierto?

—No—contesto seguro de sí mismo—. No cambiare. No preocupes por mí soy inmune al dolor. Ella no me puede herir más de lo que ya lo ha hecho.

Por más que Danis intentará hacerlo recapacitar Alex no lo iba a hacer. Estaba decidido y no daría marcha atrás, y mucho menos después de haber esperado tanto tiempo para ejecutar su plan.

—Hay algo que no hemos tomado en cuenta—cambia de tema para retomar nuevamente el tema que vino a consultarle.

En el rostro de Alex reflejó una sonrisa de lado, él sabías muy bien a qué se refería Danis

"con lo que no habían tomado en cuenta"

Ella no se encontraba en el país, tenía cinco años estudiando en España para hacerse cargo de la empresa de su padre y no había regresado al país en todo ese tiempo, ni siguiera para ver a sus padres y su hermana pequeña.

—No te preocupes, me he ocupado de eso. Ella estará ese día. Solo en viales las invitaciones ellos asistirán, eso te lo aseguro.

—¿Como sabes que ella estará hay?

—Contrate un investigador privado. Me ha mantenido informado de cada paso que da, incluso se dónde vive, con quien sale, los clubs que frecuenta, cuáles son sus amigos, a qué horas tiene clase, el día de su graduación, donde trabaja. Se todo acerca de ella. El incluso me ha informado que estará de regreso dentro de un mes y medio. Así que no habrá problema para que ella asista y más con la sorpresa que su padre le dará.

—OK —dice resignado—. Otra cosa, recuerda que tienes que viajar para cerrar el trato con los nuevos inversionistas.

La contestadora sonó. Interrumpiéndolos.

—Dime, Abby que se te ofrece.

—Señor, aquí está una señora... —señorita se escucha del otro lado de la línea. La secretaria respiro profundo para proseguir—una señorita que dice que ser su novia y quiere pasar a verlo—finalizo su secretaria del otro lado de la línea. En tono molesto.

"Señorita" solo en su mente porque bien se nota a hace mucho tiempo paso de serlo. Estúpida. - Piensa la castaña con sarcasmo.

—Abby, se de quien se trata, dile que espere un momento.

Ya estaba todo arreglado y ese era el último detalle de la fiesta, así que se marchó

Danis se despidió de Alex, dándole paso a que entrará la rubia de ojos azules. Con un vestido corto que se ceñía a su cintura, de escote en u, la espalda descubierta; Estaba acostumbrado a sus las conquistas. Como era evidente que no venía a hacer una visita de cortesía sino todo lo contrario, vino por sexo, a costearse con Alex.

"Pobre ingenua" está es otra que piensa que atrapará se casará con él; si supiera que el solo las usa y ya. -Pensó Danis.

Danis saluda a la rubia con una sonrisa fingida para luego dar paso a que esta invadirá la oficina.

Alex levantó el teléfono para llamar a su secretaria.

—Sí señor—Contestó del otro lado de la línea. No tenía que ser adivina para saber para que su jefe la estaba llamado.

—Abby, que nadie me moleste.

Dicho esto, Alex se encargó personalmente de la rubia. Besándola apasionadamente y tirando todo lo que estaba en su escritorio para tomar posesión de su cuerpo...

***

—Abby, necesito que llames al piloto, para que prepare el avión privado Alejando, tiene que viajar este fin de semana... —Abby sintió como su corazón se aceleraba y sus mejillas se sonrojaron.

Y como no, si era el hombre más bello que jamás había visto en su vida—deja de babear por un hombre que nunca se fijará en ti. Recuerda que eres una simple secretaria. Tú no estás a su nivel y nunca lo estarás. - se recordó con pesar.

—Abby.

-Haaaa, sí - dijo sin aliento al percatarse que su rostro estaba a pocos detrimentos del de ella.

-¿Estas bien?

-sssssiiiii - dijo tartamudeando.

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La Venganza De AlexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora