capítulo 18

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—Alex no deberías estar aquí, tu mujer te necesita.

-Lo sé, pero quiero hablar con el investigador. Quedamos de vernos hoy.

—¿Qué quieres hablar con él?

—Mileidy sabe que la aposté, se enteró el mismo día que íbamos a pasar la noche juntos y la verdad estoy confundido con todo lo que me lo que me dijo, no sé qué pensar.

—No es por echarle leña al fuego, pero te dije que algo no encajaba en toda esta historia y ahora que lo mencionas he estado investigando a esa mujer, que tiene tanto parecido con tu esposa, pero el investigador que contrate aún no tiene nada.

—Gracias amigo—, lo abraza—. No sé qué haría sin ti. Quizás entre los dos podamos encontrar la verdad y quitarme esta duda que me está carcomiendo desde hace una semana.

—¿Tienes miedo? ¡Cierto! —, exclama Danis.

—Sí, no te lo voy a negar, tengo mucho miedo porque si esto es cierto significa que fui injusto con ella y no lo soportaría.

—Lo sé. Entiendo por lo que estás pasando, porque si me faltara Samanta me volvería loco. No podría vivir sin esa mujer, ella es la luz de mis ojos, por eso comprendo la angustia que sientes al sentir que la puedes perder—Alex iba a objetar, aún no estaba preparado para aceptar lo que sentía por ella—, se lo que vas a decir así que ahórratelo a mí no me puedes engañar, soy tu amigo y te conozco más de lo te imaginas. Ahora cambiando de tema, dime ¿cómo sigue tu esposa?

Él se resigna y se deja caer en el mueble de cuero frustrado.

—No deja de tener pesadilla todas las noches con ese bastardo, tratando de abusar de ella. No sé qué hacer no duerme se pasa todo el día encerrada en nuestra habitación, su familia y sus amigas y hasta el imbécil ese de Enrique—, dice frustrado. Nadie le quitaba de la cabeza que ese imbécil tiene sentimientos hacia su mujer—. Hasta tuve que aceptar que ese idiota entrará ¡en mi casa! —, dice como si se estuviera acabando el mundo—, pero ni siguiera el logro sacarla.

—Te revienta tenerlo en casa todo el tiempo ¡cierto!

—¿Qué dices?

—No lo niegues se te nota. -ríe divertido.

—Pues sí, estoy hecho una fiera no puedo creer que permita que él se le acerque mientras a mí me rechaza inmediatamente me le acerco ni siquiera me deja tocarla.

—Entiéndela fue muy fuerte lo que vivió y además te lo tienes bien merecido por todo el daño que le has causado con tu mal trato.

—Estoy consciente de ello, pero ya no puedo volver el tiempo atrás.

—¿Qué pasó con el sujeto ese?

—Ya me he encargado personalmente de ese sujeto, no podrá dañar a ninguna otra mujer ni siquiera tocarlas.

—¿Qué hiciste, Alex? —pregunta al ver la satisfacción en el rostro de su amigo.

De repente entra Bárbara a la oficina causando que ellos se giraron para ver de quien se trataba.

—¿Qué haces aquí, Bárbara?

Por suerte Abby no estaba en la oficina. No le conviene que Alex se seguirá exponiéndose con esta arpía y mucho menos valía la pena que Mileidy se enterara que aún tenía que ver con la mujer que tuvo sexo en su noche de bodas.

—Tu secretaria no está y decidí pasar—, confiesa esperando que él la tomara como siempre pero no lo hizo.

Bárbara le había dado tiempo suficiente para que se le quitara el enojo. La última vez que se vieron se había enojado mucho con ella, a tal punto que le dijo que no quería volver a verla.

La Venganza De AlexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora