Capítulo 9

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En galería Barbara

—Assssh, Assssh, Assssh, no te detengas—, gritaba la zorra esa. Cosa que me dieron ganas de arrastrarla por todo el hotel como la última vez, para que deje de puta.

—Qué diablos está pasando aquí? —, solté si poder evitarlo. No podía seguir solo mirando mientras este me humillaba, pero él ni se humiso si no vi todo lo contrario. Sus rostros solo reflejaban descaro puro miembros entraba y saca su miembro dentro de ella.

La puta esa estaba disfrutando frente de mí, como si todo lo que está sucediendo delante de mí fuera la cosa más normal del mundo cosa estaba asqueada y más ver no se detenía. Era como si disfrutara la escena.

—No tienes autoridad para reclamar—, escupe con veneno. Lo fulmine con la mirada. No soportaría esta humillación. Si él quería follársela que lo hiciera. No me importa de todos modos este matrimonio no es de verdad.

Tienes razón-, finjo normalidad en mis palabras. Si él quería hacerla sentir mal o que ella hiciera una escena como la última vez que los vio aquel día en que la chantajeó está muy equivocado. No me dejare sojuzgar nunca más; le enseñare que nada de lo que el haga va a afectarme. -que lo disfrutes. - hago ademán de irme.

—Tu no vas a ninguna parte, si te atreves a irte atente a las consecuencias—, ordenó furioso. De inmediato me pongo rígida.

—No pretenderá que me quede a ver tu espectáculo—, sonríe con evidente sarcasmo cosa que lo sacó de quicio, pero no lo dio a demostrar, era demasiado orgulloso—. Tranquilo puede hacer lo que te venga en gana no me importa en lo absoluto e incluso puedes quedarte toda la noche fallándote a esta perra si lo deseas yo dormire en otra habitación.

Are lo que me venga en gana ya sabes porque y si te atreves a desafiarme también sabes lo que pasara.

No es suficiente con la perra que tienes-, vuelve y repite. Refiriéndose a la rubia.

—Perra serás tú—, se defiende la idiota que ni siquiera se su nombre, el cual tampoco me importa.

—Cállate puta que no es contigo que estoy hablando.

—Puta serás tú. - se defiende la idiota que ni siquiera se su nombre, el cual tampoco me importa.

—Te dolió. ¡qué novedad! —, exclama con ironía—. ¡Dime cómo quieres que te llamé perra!

—Seré lo que quieras, pero te digo que es conmigo con quien está ahora mismo mientras tú solo estás observando.

—No me digas!

—Si te digo. Porque, aunque estas hay de expectante el me hace el amor en tu noche de bodas.

—No me importa querida, él puede hacer lo que quiera, pero te digo algo yo soy la esposa mientras tú tienes que conformarte con el título de amante.

Hizo ademán de zafarse de Alex para ponerse de pie, pero fue más fuerte y la embistió con fuerza sacando un ronco gemido que le nubló la mente por completo.

— siiiiiiii, más fuerte—. grita alcanzo el orgasmo y después el se vino en el preservativo.

—Les abierto a ambas, no quiero escuchar una sola palabra más de ninguna de las dos. OK. Y tú te quedarás a observar todo.

—Quédate con ella. Yo me voy, no seguiré aquí. - digo desafiante.

Alex se levanta de la cama de repente, con su miembro aun erecto envuelto en el preservativo que aún tenía puesto, y lleno de su semen. Había que admitir que es un hombre voluptuoso, era grande y grueso no se imaginaba con el dentro. La rompería en mil pedazos de una sola estocada. Se humedece los labios.

La Venganza De AlexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora