Alex se encontraba brincado de la felicidad. Al escuchar que sería padre por segunda vez que ella esperaba un hijo de él, un hijo bruto del amor.
La felicidad que irradiaba Alex era infinita, indescriptible sencillamente era la mejor noticia que un hombre podría desear.
Es una sensación inexplicable que no se puede explicar con palabras porque sencillamente nunca terminaría. Se sentía emocionado al recibir aquella noticia.
Que aún recuerdo cuando el doctor nos informó a Vanesa y a mí la llegada de Esperanza, ese día fue el más feliz de mi vida y ahora también, aún más, porque siempre quise tener un hijo con leydi.
Idiota, este bebé no es fruto del amor —dice su conciencia —, te has olvidado de varios puntos importantes por lo visto.
De qué- contesta feliz. No podía pensar en nada más que en las palabras que le había procesado el doctor minuto antes.
Este bebé los unía más que nunca. Con la llegada de este niño las cosas cambiarían para los dos, ya no eran solo ellos si no otra vida. Mi hijo, nuestro hijo.
Qué ella no te ama—, experta su conciencia.
Maldijo entre dientes la osadía de su mente y aunque no le gustara tenía razón, le había causado mucho daño, la había humillado de todas las maneras posibles y para rematar ahora la golpea. - suspirara arrepentido por sus actos - si tenía cualquier posibilidad la había perdido.
¡Sabes! ahora si te doy la razón no creo que ella podría amar a una bestia como tú, que todo lo resuelve con violencia.
No me tortures más—, suplicó a su conciencia, que lo estaba volviendo loco.
A mí no me quieras culpar de tus errores, tu solito tienes la culpa, por no hacerle caso a Danis cuando te lo advirtió, pero no tú preferiste seguir, ahora atente a las consecuencias de tus actos, pero lo peor de todo no es eso lo peor es que me arrástrate contigo, idiota.
¡Cállate! —grita fuerte inconscientemente y el doctor se sobresalta al escucharlo.
—Qué pasa —, preguntó preocupado el hombre frente a él.
—Nada doctor—, responde sin darle importancia. Para continuar con su tormento.
Soy un monstruo. Una persona en su sano juicio no haría todo lo que he hecho. Pero le demostraré que la amo
¡Tú crees que ella te perdonara tan fácil - se ríe su conciencia—, eres ingenuo! sabes ¿porque? Por qué lo peor de todo, no es que no te amé—, continúa su mente torturandolo —, lo peor de todo es que por en tus arranques de ira pudiste haber matado a tu propio hijo. Y eso ninguna mujer en su sano juicio lo perdonaría tan fácilmente. Ya que los hijos son sagrados para una madre. ¡hay Alex! cavaste tu propia tumba.
Ese último pensamiento lo derrumbó por completo. Su deseo de venganza lo había llevado al borde del abismo.
Tan lejos que no solo arruinó la vida de la mujer que amaba si no que estuvo a punto de quitarle la vida a su propio hijo, a un ser inocente que no tiene la culpa de sus errores. Un niño que para su desgracia tiene como padre a un monstruo. Que ahora no sabía qué haría para que su madre no lo odia aún más de lo que lo odia cuando despierte.
Porque se convertirá en una fiera cuando se entere que está esperando un hijo mío. Y que por mi estupidez pudo haberlo perdido.
En ese preciso momento se dio cuenta de la magnitud de su error. "pudo haber acabado con la vida de su propio hijo sin proponérselo", entonces se giró hacia el doctor preocupado. Debía saber si su hijo corría algún peligro.
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La Venganza De Alex
Teen FictionNo tenía otra opción para mi desgracia. Mi familia dependía de mí, cualquier movimiento en falso podría destruir a mi familia. Alex ha demostrado que no tiene compasión con nadie con tal de lograr su objetivo. Ahora tenía que salvar a mi familia, cu...