Merricup: ¿Amigos o Amantes?

Cap 2: Primer dia de Clases

Mérida:

Me fui a dormir y todo lo que hice fue pensar en como decirle a mi padre lo horrible que era ese lugar y que no quería volver más.

(...)

Al despertar no me había sentido tan emocionada por ir a la escuela como ese día. Me bañe, desayune e incluso me vestí con mi atuendo favorito. Tenía que dar la mejor impresión de mi el primer y último día de clases. Esperaba con tantas ansias darme de baja de ese Instituto y poder ingresar a la Academia de Deportes.

-Que gusto me da ver a mi hija tan feliz en su primer día de clases!- responde mi madre.

Yo solo asentí con la cabeza y me despedí de ella y salí en camino a la escuela. Ella me insistió en llevarme en su auto, pero yo me negué. Debía tener mi cabeza fría para poder pensar en las miles de excusas que daría de regreso.

El día fue uno muy aburrido los primeros 3 profesores solo repetían lo mismo. Que si las reglas, que el Instituto tenía la mejor eeducación, decir nuestros nombres ... si lo típico de un primer día de clases.

Al fin era la hora de recreo y solo pude escuchar gritos, y muchos estudiantes con sus celulares. Al parecer estaban grabando una pelea o eso parecía. Entonces me acerque para ver el por que de tanto escándalo.

Hipo:

Otra vez me encontré a esos chicos que me molestaban desde la escuela anterior. Pero por que de todos los lugares del mundo me los tuve que encontrar aquí. Gracias destino te amo por hacer que me reencontrará a esos maravillosos chicos que cometían bullying conmigo desde siempre! Me dije a mi mismo en forma de sarcasmo. Trate de evadirlos pero estaba rodeado de tanta gente que lograron alcanzarme.

- Allí esta Hipo el nerd flacuchento!!!- gritaba Kevin un chico que era bastante alto y gordo.

-A mi que este nunca tendrá una novia de lo feo que es!- dijo otro

-Yo creo que este no le interesan las chicas!- Respondió un tercero mientras se reía la multitud grabando desde sus celulares.

Yo con ganas de ser invisible en ese instante o que me trague la tierra. Cuando de repente entre la multitud aparece una chica de cabellera abundante y roja como el fuego.

-Dejen al chico en paz! Respondió la chica con voz firme.

-Largo de aquí pecas!- Responde Kevin.

-Dime, quieres quedarte con tu escroto sin testículos?- Dijo la chica con voz burlona.

-ha!! QUIEN TE CRE....??- cuando de repente...

Dumppp!!! ... fue el sonido que se escucho cuando cayo Kevin al suelo del fuerte golpe que le dio la misteriosa chica con cabellera roja. El pobre casi se queda sin respirar mientras los otros 2 chicos salen corriendo del lugar dejando atrás a su amigo. No puede evitar dar me cuenta de que Acstrid estaba observándome entre la multitud con cara de pena. Al darse cuenta que yo la estaba observando salió huyendo también y yo acá muriendo de vergüenza. Como es posible que el amor de mi vida haya tenido que ver semejante espectáculo?

De repente la chica misteriosa que me salvo coloco su mano sobre mi hombro:

-Estas bien?- Dijo con una voz suave.

-Si! Muchas gracias si no fuera por ti estuviera muerto. Te estaré eternamente agradecido.- Dije con una enorme sonrisa! :D

-No hay de que no hay nada más que odie cuando otros abusan de alguien más indefenso.- Luego se dio media vuelta y se marcho. Yo como acosador la perseguí!

-Oye y como te llamas?- Trate de respirar.

-Mérida y tu?- pregunto mientras seguía caminando.

- Me llamo Henry Horrendo Haddock Tercero, pero todos me dicen Hipo- Mérida me interrumpe.

-Hipo... Como de que? De hipopótamo!- En ese instante merida comienza a reírse muy fuerte! Tanto que hasta soltó una carcajada como cerdito. A pesar de que se burlaba de mi, ella me inspiraba confianza y en el fondo me agradaba.

-Oye Mérida, quizás esto suene atrevido pues apenas te conozco. Te gustaría que todo este año escolar ser algo parecido a mi guardaespaldas?

- A cambio de que?- Merida comienza a mirarme con mucha intriga.

- A cambio de hacer tu tarea por un año entero y ayudarte a estudiar.- Mérida sin pensarlo dos veces responde...

-Por supuesto!- Nos estrechamos las manos como símbolo de nuestra promesa aquel día. -

-Entonces te veré mañana en este lugar! Mérida asintió mientras se despedía.

Sin saberlo esto nos dio un giro inesperado del destino. Es como si Dios hubiera hecho de ese pequeño acontecimiento se transformara en algo tam grande que marcará nuestras vidas por definitivo!