"Ella será grande Ser Jaime, como lo dijo su padre algún día. Será fuerte, honorable, inteligente y muy hermosa. Luchara mejor que nadie y nunca fallara un tiro. Coserá, bailará y cantará mejor que cualquiera en este reino. Y por más que quiera alej...
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Ojala te hubiera pasado a ti.
Habían pasado quince días con sus noches y Bran aun no despertaba. Jon y los sureños retrasaron su partida. Rickon dormía con Robb y Rose y los despertaba a ambos incluso antes de que saliera el sol. Ese día, Rose se levantó tarde, dándose cuenta que ni Robb ni Rickon estaban a su lado y que Furry no estaba en la puerta junto a Grey Wind, Valyria y el no tan pequeño Lonnel. Se sentó en la cama mientras se estiraba y se puso de pie para tomar un baño, al salir se puso un vestido negro sin mangas, con escote de corazón ajustado hasta su cintura, sobre él se puso una túnica azul de mangas largas y se abrían desde el codo, esta se ajustaba hasta la cintura con un trenzado sobre el pecho, luego caía, confundiéndose con parte del vestido. Fue al comedor acompañada de Grey Wind, Valyria y Lonnel, desayunó y pidió que sirvieran desayuno para Lady Catelyn en una bandeja, como todos los días, le llevaría algo para comer. Iba caminando sola por los pasillos, le había ordenado a sus mascotas ir hasta el establo y no moverse ahí, él único que gruño fue Grey Wind así que supuso que Robb le había ordenado que la siguiera. Al llegar a la habitación de Bran se detuvo al escuchar a Lady Catelyn.
-...Era mi hijito del alma, mi favorito. Fui al septo y recé siete veces a los siete rostros de Dios para que Ned cambiara de idea y permitiera que se quedara aquí, conmigo. A veces las plegarias reciben respuesta.
Durante unos tensos instantes, no supo si pasar o dar media vuelta, parecía que Lady Catelyn no estaba sola
-No ha sido culpa tuya- escuchó decir a Jon.
-No te he pedido tu absolución, bastardo.
Sintió como la ira se apoderaba de ella tras escuchar a Catelyn, con razón Sansa se comportaba de esa forma con Jon. No le parecía justo, sabía que era hijo de Eddard Stark y otra mujer, sabía que era un bastardo, pero Jon era tan niño como ella y Robb, no tenía la culpa de absolutamente nada, todo el odio debía llevárselo Lord Eddard.
-Adiós- dijo Jon.
-Jon.
-¿Si?
-Ojala te hubiera pasado a ti.
Tras esas palabras, Rose dejó caer la bandeja de metal al piso, causando un fuerte estruendo, entro encolerizada a la habitación. Lady Catelyn la observó con lágrimas en los ojos.
-Es usted la peor mujer que he conocido en toda mi vida.
-Rose- Jon la tomó del brazo para sacarla de la habitación.
-No. Quiero escuchar lo que tiene para decir- Lady Catelyn lo detuvo mientras se secaba las lágrimas.
-¿Cómo puede decir eso?- preguntó Rose con la voz entrecortada, al borde de lágrimas-. Sé que lo que le sucedió a Bran fue una completa injusticia pero Jon también es un niño.
-Tú también eres una niña- le recordó Catelyn.
-¡Sé que soy una niña!- le gritó tratando de acercarse. Jon la detuvo-. Pero, a diferencia de usted, sé que Jon no tiene la culpa de haber nacido o haber sido engendrado. Usted le está dando todo su odio a un niño que no ha tenido la culpa de absolutamente nada y créame, eso los dioses lo cobran.
-¡No tienes el derecho de hablarme así!
-¡Tengo el derecho de hablarle como se me dé la gana!
Lady Catelyn se puso de pie, iba a darle una bofetada a Rose pero Jon se interpuso recibiendo el golpe.
-¿Golpear a su señora Lady Stark?- preguntó Jon-. ¿Está segura de que eso está bien?
-Rose...
-En serio creí que era esa mujer honorable y amorosa de la que tanto hablaban... la gente no sabe cuan equivocada esta.
Rose tomó a Jon del brazo y lo saco de la habitación. El camino al patio se les hizo largo, Rose iba secándose las lágrimas bruscamente mientras Jon la abrazaba de los hombros. En el exterior reinaban el ruido y la confusión. Los hombres cargaban carromatos, gritaban, ponían arneses a los caballos, los ensillaban y los sacaban de los establos. Había empezado a caer una ligera nevada y todo el mundo tenía prisa por partir. Robb estaba en medio del caos, gritando órdenes como el que más. En los últimos días parecía haber crecido, como si la caída de Bran y el estado de su madre le hubieran dado fuerzas. Junto a él se encontraba Viento Gris. Rose apartó la vista cuando estuvieron cerca de Robb.
-El tío Benjen te está buscando- le dijo a Jon-. Quería haber emprendido la marcha hace una hora.
-Ya lo sé-dijo Jon-. Iré enseguida. -Miró a su alrededor, entre el jaleo y la confusión-. La partida me está resultando más dura de lo que pensaba.
-A mí también —dijo Robb. Tenía nieve en el pelo, y se le derretía con el calor corporal-. ¿Has ido a verlo?- Jon asintió. Desconfiaba de su voz, y no se atrevió a hablar-. No va a morir- añadió Robb-. Lo sé.
-Los Stark sois duros de pelar- respondió Jon con voz cansada. La visita le había quitado todas las fuerzas. Robb supo al instante que algo iba mal.
-Mi madre...
-Ha sido... muy amable- le dijo Jon. Rose bufó y Robb la reconoció.
-¿Paso algo?
-Todo perfecto- dijo ella mientras se agachaba a acariciar a Grey Wind.
-La próxima vez que nos veamos irás vestido de negro- se dirigió de nuevo a Jon.
-Siempre me ha sentado bien ese color- Jon se obligó a devolverle la sonrisa-. ¿Cuándo será eso?
-Pronto, de verdad- prometió Robb. Se acercó a Jon y lo abrazó con energía-. Hasta la vista, Snow.
-Hasta la vista, Stark- dijo Jon abrazándolo a su vez-. Cuida mucho de Bran, Arya y Rose- observó a su hermana por ley antes de reír. Rose estaba recostada en el piso con Grey Wind sobre ella mientras le lamia el rostro.
-Descuida- se separaron y se miraron algo incómodos- .El tío Benjen dijo que, si te veía, te enviara a los establos- añadió Robb.
-Aún me falta despedirme de alguien- respondió Jon.
-Entonces, no te he visto- dijo Robb.
Jon se fue y Robb se agachó junto a Rose y Grey Wind.
-Tú y yo tendremos una seria conversación esta noche- le susurró a Rose.
-¿Seguro de que solo quieres hablar?- le preguntó coqueta. No quería hablar sobre su pelea con Lady Catelyn.
-Te noto mal. Has llorado. No soy idiota. Algo paso.
Ella suspiró.
-Hablaremos después.
Se puso de pie rápidamente, se limpió la nieve y corrió al castillo.
-Ve con ella- le ordenó a Lonnel que estaba tras él.