"Ella será grande Ser Jaime, como lo dijo su padre algún día. Será fuerte, honorable, inteligente y muy hermosa. Luchara mejor que nadie y nunca fallara un tiro. Coserá, bailará y cantará mejor que cualquiera en este reino. Y por más que quiera alej...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Un beso.
Era el décimo primer día del nombre del príncipe Joffrey y como costumbre entre ambos, Rose había entrado a media noche a la habitación de su primo, se acercó silenciosamente a su cama, se sentó junto a él y comenzó a cantar.
¿Y quién sois vos, dijo el altivo Lord,
Que tan bajo inclinarme debo?
Solo un gato de distinto pelo,
Es toda la verdad que entiendo
En pelo de oro o pelo de rojo,
Garras aún tiene un león.
Y las tengo largas y filosas, mi Lord
Como largas y filosas vos
Y así habló, y así habló
El Lord de Castamere...
Joffrey sonrió aún con los ojos cerrados, estiró su mano para que Rose la tomará y así lo hizo, Joffrey la halo hasta que ella quedó recostada de su pecho.
-Feliz día del nombre cervatillo- dijo Rose para después besarle la mejilla a Joffrey-. Tengo un regalo para ti.
-Ahora, el único regalo que quiero, es que duermas el resto de la noche conmigo ¿Bien? Al amanecer me das ese regalo que estoy seguro de que me va a encantar, sea lo que sea.
-Joff... Es que no te he comprado nada.
Joffrey se carcajeo ante el tímido tono de Rose.
-¿Entonces cómo es que tienes un regalo para mí?
-Tú vas a escogerlo. Lo que tú quieras y yo prometo que voy a conseguirlo.
-Hmmm- sonrió con picardía aunque ella no pudo ver tal sonrisa-. Quiero... Un beso de la chica más hermosa de los siete reinos.
-Vaya... Eso será difícil de conseguir. ¿Quién es ella?
-Se llama Rose Visenya Lannister ¿La conoces?
-Joff...
-Shhh. Duerme. Al amanecer me das mi regalo.
Rose escuchó como la respiración de Joffrey volvía a ser pausada, así que supuso que él ya se había dormido. Despertó cuando un rayo de sol le dio justo en el ojo, se puso de pie rápidamente y corrió hasta su habitación antes de que Cersei o el Rey fueran por Joffrey. La niña tomó una rápida ducha y al salir se puso un vestido dorado, de mangas cortas, hecho con encaje hasta la cintura donde tenía un fino cinturón y luego caía hasta arrastrarse un poco en el suelo. Salió hasta encontrarse con una de las cocineras para que le hiciera un lindo peinado.