||Huargos.||
La sala principal de Invernalia estaba llena de humo, y el aire, cargado del olor a carne asada y a pan recién hecho. Los estandartes cubrían los muros de piedra gris. Blanco, oro y escarlata: el huargo de los Stark, el venado coronado de los Baratheon y el león de los Lannister. Un trovador tocaba el arpa al tiempo que recitaba una balada, pero en aquel rincón de la sala apenas se lo oía por encima del crepitar de las llamas, el estrépito de los platos y las copas, y el murmullo de cientos de conversaciones ebrias.
Corría la cuarta hora del festín de bienvenida dispuesto en honor al rey. Los hermanos de Jon ocupaban sitios asignados con los príncipes, junto al estrado donde lord y lady Stark agasajaban a los reyes. Eddard y la reina subieron a la tarima, seguidos del rey Robert y Lady Catelyn. Tras ellos llegaron los niños. El pequeño Rickon iba el primero, con toda la dignidad que era posible en un chiquillo de tres años, justo detrás iba Bran, llevaba del brazo a la princesa Myrcella, Arya iba con Tommen, Sansa iba del brazo de Joffrey, el legítimo heredero al trono; por último entro Robb, vestido con ropa de lana gris y ribetes blancos, los colores Stark, él llevaba del brazo a Rose Lannister, la legítima heredera de Roca Casterly según Tywin, ella iba completamente sencilla, con un vestido rojo, con escote en v, de mangas largas, ajustado y adornado con encaje y brillos dorados hasta la cintura, tenía un fino cinturón con un lazo y luego caía hasta arrastrarse, a diferencia del resto de su familia, ella no llevaba nada que la abrigara, ni joyas que resaltaran . Eran los únicos que iban susurrando y robándose sonrisas en todo el camino.
Luego iban los hermanos Lannister, Jaime observaba a la pareja que tenía en frente, al menos su hija sonreía con el lobo; Tyrion observaba burlón a su hermano, nunca aceptaría que su pequeña estrellita dragón estaba creciendo.
-Lord Stark- Jaime se puso frente a Eddard, dejándolo claramente sorprendido.
-Ser Jaime.
-Lord Eddard, mi hija, Rose- ante eso, todos los Stark se sorprendieron, a Invernalia no había llegado esa noticia-, ya es una pequeña mujer. Llevo toda su vida pesando en un hombre honorable que pueda merecerla- volteo a verla, su niña reía por algo que le contaban Bran y Robb, a diferencia de Myrcella que solo sonreía incomoda, ella nunca llegaría a ser tan segura como su media hermana-. Su familia es una de las más honorables de todo Poniente y mi pequeña estrella parece muy a gusto entre ella, incluso parece más feliz de lo que alguna vez fue en Desembarco- sonrió-. El chico, Robb, me agrada como la trata y me gustaría que fuera tratada de esa forma todos los días de su magnífica vida...
-Hablas de ella como si la adoraras- dijo Catelyn, comprendiendo el sentimiento del Matarreyes.
-Lo hago, la adoro, la amo y necesito más que mi propia vida, Lady Catelyn. La necesito a salvo, y si hay una familia que cumple con sus juramentos, es la vuestra, y me gustaría que Rose formara parte. Quiero pedirle una unión, un compromiso, Rose y Robb, así yo podría vivir en paz, sabiendo que mi hija sería protegida, cuidada y amada en este lugar que tanto le gusta.
-Nunca antes la casa Stark se había unido con la casa Lannister- dijo Eddard-... Hablaré con mi hijo, la decisión aún es suya.
-Me bastará con eso mi Lord- Jaime sonrió.
Rose y Robb salían de la sala, ella iba del brazo de él. Joffrey fruncía el ceño al verlos.
-Ven, te enseñaré algo.
Robb llevó a Rose hasta los establos, al final de este estaban dos lobos huargos, uno de ojos amarillos y pelajes gris humo, y otro de pelaje blanco e inquietantes ojos rojos.
-Son huargos- murmuró sorprendida.
-Sí. Él es mío, se llama Grey Wind, corre muy rápido.
Grey Wind se acercó a Rose, la olfateo y le lamió la mano mientras la observaba a los ojos.
-Es hermoso- ella acaricio las orejas del huargo.
-Ahora puedo confiar en ti, él ya te acepto- sonrió Robb-. Esta de aquí no tiene dueño. Son siete, solo dos son blancos, una hembra y un macho, Jon se quedó con el macho pero la hembra no tiene dueña... quiero que tú la tengas.
-¿Qué? No. No soy una Stark.
-Me gustaría que lo fueras- murmuró-. Además ¿por qué eso importa? Shadow era una pantera y los Lannister son leones.
-Robb...
-Pronto serás una Stark. Ya lo veras- le acercó la loba.
Rose no pudo evitar agacharse y acariciar a la huargo. La loba hizo que terminara de sentarse para subirse a su regazo y descansar, sintiendo un calor que no había tenido antes.
-¿Cómo se llamará?- le preguntó observándola.
-Valyria...
-¿Por qué?
-Me gusta la historia de la antigua Valyria. Tío Tyrion me la cuenta antes de dormir, dice que de allí vienen mis ojos, que no importa cuando mi padre se negara a aceptarlo.
-Me gusta. Tiene un lindo significado para ti. Se nota que amas a tu tío.
-Es el único normal en mi familia, como no amarlo.
-¿Normal?
-Quitando lo enano y sus ojos de colores- sonrió.
-Creo que debemos volver.
-Tienes razón.
Robb ayudó a Rose a ponerse de pie, entrelazaron sus brazos y volvieron a la sala.
-¿dónde estaban?- preguntó Cersei.
-Robb me estaba presentando unos amigos- sonrió la niña.
-Robb- lo llamó Eddard-. Vamos a hablar.
Robb se disculpó con Rose y la reina para salir con su padre.
-Es un muchacho muy apuesto- dijo Cersei.
-Es encantador- suspiró la de ojos índigos.
-¿Te gusta Invernalia?
-¿Crees que pueda quedarme un poco más?
Ambas hablaron al mismo tiempo y terminaron riendo, haciendo que todos dirigieran su atención a ellas. Jaime sonrió, las dos mujeres de sus vidas. Catelyn observó a la niña con detenimiento, había salido de la sala con el cabello casi rubio y había vuelto con el cabello casi blanco y mojado por el aguanieve que caía afuera. Eddard sonrió, le agradaba la niña, no parecía una Lannister por ningún lado. Arya dejó de observar a Tommen para observar a su prima, quería ser como ella, por lo que contaba Tommen, y todos en el reino, La Rosa Lannister sabía manejar la espada casi al mismo nivel que su padre y nunca fallaba un tiro, cabalgaba y cazaba estupendamente, pero ante todo, era una señorita. Joffrey disimulo su ira hablando con Sansa, ya había conseguido alguien que lo escuchara, solo faltaba ver si podía aguantar todo lo que Rose aguantaba. Robb observó a la hija de Jaime sonriendo, era la indicada, lo sentía, y las palabras de su padre no hacían más que confirmarlo.
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||Of Ice and Fire.||
Fanfic"Ella será grande Ser Jaime, como lo dijo su padre algún día. Será fuerte, honorable, inteligente y muy hermosa. Luchara mejor que nadie y nunca fallara un tiro. Coserá, bailará y cantará mejor que cualquiera en este reino. Y por más que quiera alej...