"Ella será grande Ser Jaime, como lo dijo su padre algún día. Será fuerte, honorable, inteligente y muy hermosa. Luchara mejor que nadie y nunca fallara un tiro. Coserá, bailará y cantará mejor que cualquiera en este reino. Y por más que quiera alej...
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- Estoy seguro de que será una niña Jaime- habló Rhaegar, sin dejar de observar el horizonte de aquel jardín, con tanta calma cómo no había en ningún rincón del reino, pues Robert Baratheon quería a su prometida de vuelta-, será mi heredera, hará aquello que Rhaenyra no pudo. Será grande, fuerte, horonable, inteligente y la más hermosa del reino. Luchará mejor que nadie y nunca fallara un tiro. Coserá, bailará y cantará mejor que cualquiera en este reino. Será nuestro Dragón de Oro y suya será la canción de Hielo y Fuego.
- No podemos saber eso, mi príncipe.
- Si, la he visto. Yo soñé con ella. Mi preciosa Naerys... Pronto partire a la guerra, si la capital cae, debes prometerme que irás por ella, la pondrás a salvo, la amarás y protegeras cómo si fuera tu propia hija. Es nuestra última esperanza contra la noche.
- Mi príncipe...
- Prometemelo Jaime.
Jaime se removió en la celda, por primera vez el sueño le había vencido y solo para recordarle que no estaba cumpliendo su promesa al Príncipe Dragón.
Lyanna Targaryen estaba tendida en una cama en lo más alto de la Torre de la Alegría, la había encontrado rodeada de sangre, con una pequeña niña de rostro redondo en sus brazos, era la criatura más delicada que Jaime había visto en su vida, incluso más que su deforme y enfermizo hermano menor, tanto, que pensó que el Príncipe se había equivocado en sus sueños.
- Ser Jaime- el susurró de Lyanna lo hizo reaccionar-... Rhaegar dijo que vendrías- sonrió-. Su nombre es NaerysVisenya Targaryen, la segunda de su nombre, Princesa de DragonSton, legitima heredera al Trono de Hierro. Llévatela. Protegela de Robert y su furia. Amala, cómo no podremos hacer nosotros... Ser Jaime, prometalo ¡Prometemelo!- sollozó.
- Se lo prometo, Princesa Lyanna. Lo prometo.
Jaime despertó sobresaltado y no pudo hacer más que recordar las palabras de Maggie La Rana cuando había llevado a su niña para ponerla bajo la protección de los hechizos de aquella bruja, para que nadie pudiera reconocerla, para que fuera una Lannister.
"Ella será grande Ser Jaime, como lo dijo su padre algún día. Será fuerte, honorable, inteligente y muy hermosa. Luchara mejor que nadie y nunca fallara un tiro. Coserá, bailará y cantará mejor que cualquiera en este reino. Y por más que quiera alejarla de la locura y masacre que un trono trae consigo, no lo logrará, porque su destino ya está escrito, los Dioses ya han previsto cada paso que dará. Será Reina, de un lugar tan frío como la muralla y de un lugar tan cálido como el aliento de un dragón... Será tu perdición, y la de toda tu familia. Inconscientemente seguirá los pasos de su familia... Y todo por tu culpa Jaime Lannister. Sus hijos serán producto del incesto, al igual que la mayoría de su familia, y te arrepentirás de ocultarle la verdad, tanto como ella se arrepentirá de haberte amado. Dañaras a su familia y ella destruirá la tuya, porque un Lannister siempre paga sus deudas y ella es más Lannister que cualquiera de ustedes. Te arrepentirás de haberla criado entre leones y ciervos, y aunque tu familia se encargue de hacerla la mejor leona que haya existido, ella pagará sus deudas con fuego y sangre porque suya es la furia. Te perdonará y te salvará, su amor por ti destruirá montañas. Estará dispuesta a todo, menos a perderte. Destruirá a cada persona que quiera apartarte de su lado, porque tu destino ya está trazado. Remediaras tus pecados sirviendole a la nieta del rey que traicionaste. Será llamada el Dragón de Oro. Recuerda Jaime Lannister, la sangre llama. La sal, el humo y el fuego son parte de ella, y no podrás hacer nada para evitar que el dragón abra sus alas y domine el cielo."