"Ella será grande Ser Jaime, como lo dijo su padre algún día. Será fuerte, honorable, inteligente y muy hermosa. Luchara mejor que nadie y nunca fallara un tiro. Coserá, bailará y cantará mejor que cualquiera en este reino. Y por más que quiera alej...
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||Mi futura esposa.||
Tras hablar con su padre, Robb volvió por Rose, pero ella ya no estaba.
-Alteza- Robb inclinó su cabeza ante la reina.
-Mi Lord, pronto seremos familia- sonrió-, serás mi sobrino por ley y me darás más niños para ver correr por todas partes. Espero que tengan sus ojos, es lo que más me gusta de ella- Robb solo sonreía, imaginando todo lo que la reina decía-.«Serán fuertes, honorables, inteligentes y muy hermosos. Luchara mejor que nadie y nunca fallara un tiro. Coserán, bailaran y cantaran mejor que cualquiera en este reino.»
-La ama.
-Más que eso. Lo que siento por mis hijos y mi pequeña sobrina es mucho más que amor, Lord Stark... Espero que la trates muy bien porque si algo le sucede... si ella llega a llorar por ti, cada lágrima que derrame será un litro de sangre que perderás. Si llegas a lastimarla Robb Stark te lo juro por mi honor Lannister que te vas a arrepentir.
-No quiero lastimarla.
Cersei se sorprendió ante su tono, cualquiera en sus cinco sentimos estaría intimidado si la reina le hablara de esa forma, pero Robb parecía igual de preocupado que ella.
-Eso dicen todos.
-¿Podría decirme donde se encuentra?
-En el patio. Nunca le han gustado esta clase de cosas.
-Gracias, alteza- volvió a inclinar su cabeza y salió de la sala.
En el patio, Rose tomaba una flecha de su carcaj y la colocaba en su arco, tengo suavemente la cuerda y casi enseguida la soltó. La flecha dio en el blanco. Hizo el mismo procedimiento con todos los blancos que tenía alrededor.
-Vaya... Tienes buena puntería.
-Nunca he fallado un tiro- respondió ella. Tenso la cuerda y apuntó lo más alto del castillo de Invernalia.
-¿Nunca?- ella negó-. Creo que podrías enseñarle a Bran, le gusta pero es algo malo, aunque lo hace bien para su edad.
-Me gustaría enseñarle.
-Ahí nunca vas a poder recuperarla, parecen muy valiosas.
-Lo son- movió el arco, apuntó otra torre y disparó-. Mi padre me las regaló en mi quinto día del nombre.
