Los días volaban a una velocidad impresionante al lado de Sirius, como si el chico de ojos grises consiguiera que el tiempo se saltara las horas. Para Remus, obsesionado con el paso de los días que aproximaban su tormento, perder la noción del tiempo era algo poco frecuente pero maravilloso. Sirius lo conseguía como si fuese un juego, con cada broma o conversación entretenida conseguía alejar a Remus de cualquier preocupación.
Por eso, en las vacaciones de invierno de 1971, el castaño no se dio cuanta de que la luna estaba tan cerca hasta que empezó a encontrarse mal un par de días antes. El 16 de diciembre, un día antes de la luna llena, el castaño se vio incapaz de levantarse de la cama. Estaba agotada a pesar de que el día anterior había dormido todo el día.
- ¿Quieres que te acompañe con Pomfrey? - Pregunto Sirius, la preocupación en su voz hacia a Remus sentirse culpable por no contarle la verdad.
- No, no, solo dormiré un rato más. Sera mejor que bajes a comer. - Sugirió el castaño intentando no preocupar a su amigo. - Estaré bien Sirius. Te lo prometo.
- Esta bien, volveré pronto ¿vale? - Remus solo asintió con los ojos cerrados. - ¿Seguro que estas bien?
Remus abrió los ojos, hizo un intento de sonrisa tranquilizadora y vio a Sirius desaparecer por la puerta con una mueca de preocupación. Poco después Remus cayo en un profundo sueño.
Sirius bajo solo a comer, se había perdido el almuerzo, porque no había querido bajar sin Remus sabiendo que este no se encontraba bien. Cuando llego al gran comedor, se sentó en su sitio de siempre y mientras comía iba guardando cosas para cuando Remus despertara. Cogía las cosas más dulces y las escondía como podía. Remus amaba el dulce.
Estaba realmente preocupado por su amigo, el día anterior ya se veía algo mal, pero cuando había despertado esa mañana se veía realmente mal ni siquiera había tenido fuerzas de discutirle a Sirius cuando este había insistido en quedarse a su lado y no bajar a almorzar.
Cuando llego a la habitación dejo la comida sobre uno de los escritorios, Remus seguía profundamente dormido. Estaba acurrucado en una esquina de la cama, apenas ocupaba un cuarto de esta. Sirius se sentó a su lado e intento leer un poco pero se quedo dormido antes de llegar a la décima pagina.
Ambos chicos estaban dormidos en la cama del castaño, el libro que Sirius había cogido hacia tiempo que cayo al suelo. Era una escena bastante pacifica, ambos dormido en la misma cama, el silencio absoluto reinando en la habitación. Pero la paz no suele durar y esta vez fue interrumpida por una de las pesadillas de Remus. El chico empezó a removerse luchando contra algo que solo el podía ver.
Sirius se despertó exaltado.
- Remus. Hey Remus. Despierta. - Dijo Sirius sacudiendo el hombro de su amigo. - Joder, venga Rems, despierta.
El castaño despertó sentándose de golpe.
- ¿Estas bien? - Remus se tallo los ojos. Y aun con la respiración acelerada Remus contesto:
- Si, si, solo fue una pesadilla. - Sirius se sentía incomodo en su propia piel. Sabia que su amigo estaba como mínimo nervioso y no sabia que hacer. Le frotó los brazos en un intento de decirle que estaba aquí, que ya no estaba en la pesadilla.
Remus soltó un suspiro y se dejo caer sobre la cama tapándose los ojos con el brazo. Sirius se quedo sentado el la cama mirando con preocupación a su amigo.
- Te traje comida. Supuse que estarías hambriento.
Ya era casi la hora de la cena, pero Sirius no iba a mencionar eso, Remus apenas se veía lo suficientemente sano para salir de la cama, mucho menos para bajar a cenar.
-Gracias, eres el mejor. - Dijo mientras se le escapaba un bostezo. Se sentó en la cama tallandose los ojos de nuevo.
Sirius salto de la cama y cogió toda la comida de encima del escritorio, aunque algunas cosas se le cayeron, las que consiguieron mantenerse en sus brazos fueron derramados sobre la cama, enfrente de Remus. El de ojos grises se sentó frente a Remus, cogió una barra de chocolate, la partió y le ofreció la mitad mas grande a Remus.
- El chocolate sabe mejor si lo compartes ¿no? - Sonrió Sirius guiñándole un ojo.
Sirius jamas seria capaz de olvidar los asustado que estaba Remus cuando despertó de su pesadilla.
Remus jamas seria capaz de demostrarle a Sirius lo agradecido que estaba de tener un amigo como él.
Sirius jamas olvidaría el sentimiento de impotencia al no poder hacer nada por su amigo.
Remus jamas olvidaría que Sirius le había montado una banquete en su propia cama, aunque solo fuese a base de chocolatinas.
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Wolfstar
FanfictionLa historia de como Sirius se va enamorando lentamente de Remus. Capítulos cortos. Los personajes NO me pertenecen.