Batalla de Bienvenida. Simon vs Guardian

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Exactamente no me imagina ver los dos barcos en alta mar, mientras que en un grupo de mercenarios del muelle se liaran a puro disparos entre una especie de muertos flotantes y mas guerreros hadas o serían elfos. Con sinceridad me parecen todos iguales desde este punto de vista, no, no soy un racista mágico es que no soy mucho del  genero mágico.
  Estos disparaban flechas de sus arcos de forma que fuera un fuego cruzado. Y entre que teníamos que ir agachados, en serio esos momentos sentíamos los tres miedo. Observe a lo lejos por del bosque como llegaba una especie de gigante de piedra con ojos de cristal azul, con cara de mala leche y una lanza de piedra enorme. Su altura era de tamaños colosales

-Esto no me gusta nada- grito Nero.

-No se separen de mi-les grite.

  Seguí mirando el lugar oculto hasta  que Lucy grito de pánico hasta ver una especie de humanoide echo de enredaderas y raices agarrándola de la manos. Mis instintos como hermano mayor se dispararon contra el ser. Con todas mis fuerzas embestí  al ser, tumbado lo contra el suelo y con la misma daga en la mano aun. Le clave el arma en corazón tras la caída que este metió un grito de dolor y por último una bocanada de aire dando su muerte.
  Solté la daga y mire al coloso de mas de tres metros. Observe  mis manos manchadas en una especie de sabia verde, suponiendo que era la sangre de aquel monstruo o lo que fuese mire el resto de mi cuerpo que estaba totalmente manchado con eso.

-Simon -me dijo Lucy- Lo has....

  Abrace inmediatamente a mi hermana y aunque mi pulso fuera al cien. Me sentía paralizado totalmente por el miedo había matado a un ser vivo y sin peinarme. ¿Que demonios me pasa? No lo sabia, ya no sabia si era yo realmente, o era alguien que estaba en mi propio cuerpo.

-¡CUIDADO!

  Viviana apareció al lado nuestro por unos matorrales y nos empujo a los dos a un lado esquivando una roca que lanzo el gigante caía delante nuestra sobre la tierra. Los tres nos levantamos mientras aun el gigante retrocedía por los explosivos de un lanzagranadas. Los efectos eran nulos contra esa cosa.

-Esa cosa es impenetrable -dijo Viviana mirando al ser de roca- Hay que irse. ¡Ya!

  Los cuatro salimos corriendo a toda velocidad hasta donde estaban evacuando al resto del personal en cambio deje que subieran Nero, Viviana y Lucy. Pero me pare al ver a lo lejos el medallón que este había colgado en la guarda de unas espadas cortas de mango oscuro y con el filo con un diente cerca de su guarda oxidada por el tiempo transcurrido, estas formaban una cruz clavadas en el suelo sobre una de ellas reposaba la reliquia que había encontrado en la caja.

-¡Y mis padres! -le pregunte a uno de los mercenarios de Uroboros que se cubria tras una cajas.

-Estarán en el barco, ¡vamos sal de aqui!

  Una flecha paso de lado nuestro y mi mano se movió sola atrapando la flecha antes de dar a uno de los pasajeros subiéndose al barco. Al ver el proyectil en mi mano, la tire al suelo por los nervios y mire al gigante que caía a un lado del bosque lo que me dio tiempo a salir a por el medallón en medio del fuego. Una bala me dio en hombro, de forma que cayera al suelo caía varios metros  cerca de las espadas, miraba todo borroso pero mis ansias en llegar al medallón eran mas fuerte que mis pensamientos. En cambio los seres espectrales se había esparcido del lugar ya que nadie los necesitaba, en cambio yo estaba en tierra de nadie, mientras escuchaba los gritos mas fuertes aun y el olor a polvora.
  ¿Maldito idiota verdad? Era la mayor idiotez que había echo mas que todas esas palizas que me habían echo aun tenía fuerzas para no morirme en ese lugar. Seguí aun arrastrándose hasta que alce la mano he toque el medallón manchando lo de mi sangre.
 
  Una luz roja como mi propia sangre comenzó a brotar de las espadas mientras que el medallón comenzara a brillar como el sol. Esa luz me hacia sentirme bien, gratificante, lleno de vida, y con las mismas esperanzas de levantarme lo hice.
   No sentía apenas dolor en medio de la luz, era algo que jamás había sentido mientras el medallón se colocara por arte de magia en el cuello y con mis propias manos agarre las espadas e las saque del mismo suelo de una tirada.
  Dichas espadas que una vez fuero un arma letal cobraron vida de nuevo, la luz roja se propago dentro de estas haciendo que reaccionaran las runas escritas, en ellas brillaran una luz que era como el mismo alba, y el óxido cayera al suelo, enseñando unas espadas de filo plateado, una vaina de color rojo oscuro tirando un poco a un rojo rubí  con guarda formando unas "X" negras con muchos nudos celtas, empuñadura de cuero negro y un pomo circular capaz de meter una pelota de golf dentro de estas.

Linaje. El renacimiento del rey © [Finalizado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora