Las Vegas, casinos a gogo y un amigo de Axl nos saluda

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¿Saben lo detestable que es ir a la velocidad del sonido? Primero que te llevas todo por delante y segundo aguantar los chistes malos de Axl y Taranis cada tres por cuatro. Eso comenzó cuando nos desviamos unos segundos a repostar en  Gran Canaria, saben, mi madre realmente no era de la península, era de este archipiélago del oceano Atlántico el cual tuvimos que sobrevolar a gran velocidad llegando hasta el otro continente. La brisa diurna rozaba mis mejillas, el sol iluminaba el agua salada del mar, las nubes grises era literalmente atrevesadas por nosotros, hasta llegar a Estados Unidos donde ya había oscuridad. Sobrevolamos en plena tormenta Nueva York donde pude ver como el Empire State atraía los rayos con el gran para rayos que tenía  incorporada la estructura, tras la fuerte llovizna Taranis abrió un panel al lado de las riendas con varios botones. Al pulsar uno varías varas se desplegaron, formando sobre nuestras cabezas un techo metálico y para finalizar una lamina de cristal se formo por detrás y delante nuestra impidiendo más el paso de la lluvia.

-Malditos espiritus de tormenta. Me están tocando las narices -se quejo este aun cargando con las riendas.

-Creia que tendrías a ralla la tormenta -mire al dios apoyando mi espalda al cristal bastante resistente- Ya sabes, por ser el dios del rayo y...

-Se a lo que te refieres Simón -aparto la vista un segundo al cielo para mirarme de refilón sobre su hombro- Pero esta tormenta no la puedo manejar. Lo habrá provocado otro dios con el mismo titulo que yo.

-¿Como quien? ¿Thor? -rei un poco.

-Es posible viniendo del pelirrojo -me comentó regresando la vista al frente- Pero lo dudo mucho, sino, ya hubiera visto el martillo. A lo mejor será un dios azteca, inca, maya o incluso un japonés. Es difícil de decir.

-Veras para que lo entiendas, los dioses que compartimos los mismos titulos tenemos como una firma en nuestras acciones al mundo mortal -explicó Morrigan de brazos cruzados- Como el desgraciado de Marte, si lo volviera a ver. ¡Grrrr! Le daría una so' manta de...

-Mama controlate -la aviso Ruby- La ira no es buena.

-Cierto cariño pero decirle eso a una diosa como yo es como decirte que no comas galletas de chocolate por toda la vida -comparo ella mirando a su hija.

-SACRILEGIO -grito Tempestad un poco.

-Lo se, no hacía falta que lo recalcaras Tempestad.

Mire a los rayos con curiosidad, sin previo aviso mire de nuevo a Axl que este tampoco sabia sobre estos casos.

-Entonces, ¿saben quien es el dios que origina la tormenta? -pregunto Axl.

-Oh, lo conozco muy bien, pero no me gusta aguantar ese tipejo. Para nada, es irritante.

Pocos segundos mas tarde un ruido se escucho por detrás mía, al darme la vuelta rápidamente Lucy estaba en el suelo, tiritando. Su piel se había vuelto algo azul por una extraña razo, Ruby fue a levantarla aparto la mano tras un quejido. Inmediata como el hermano mayor que soy, me acerque a ella y toque su frente. Estaba fría como el hielo y algo empapada por la lluvia, alterado Axl comenzó a sacar cosas de su bandolera rápidamente dejando cosas por el suelo entre ellos las Velo Blanco que comenzaron a parpadear junto a la risa de Cailleach, luego tomaron vida propia, las plantas comenzaron a crecer radicalmente hasta formar un cuerpo humanoide casi idéntica a ella.

-¡Ilusos, soy diosa de la naturaleza! -rio diabólicamente el clon de la diosa en versión planta- Esto acaba aquí y ahora.

-Me he cansado de aguantarte -desenvaine mi espada rápidamente- Vas a saber lo que es el verdadero dolor.

-¡Que no se acerque a Lucy hasta que lleguemos a Las Vegas! ¡Taranis haz algo! -le grito Ruby apoyando la cabeza de mi hermana cerca de ella para darle algo de calor.

Linaje. El renacimiento del rey © [Finalizado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora