Mi ira me hace ver ilusiones

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Del puerto solo salieron  cinco Jeeps en cual cada uno iba los  miembros del equipó Omega y nosotros tres. Ah y sin contar que la Legión del Clan de Luz de Luna nos estuvieran guiando hasta lo que sería ¿al reino de las  hadas?. Okay, admito que no estaba muy atento a lo que hablaban Weiss al señor Davis sobre nuestro "destino"  y este iba conduciendo el Jeep. Sobretodo que estaba escuchando música de AC/DC, Skillet, The Rolling Stone y alguna mas por el azar de mi repertorio de música, insonorizado me del entorno en donde estaba metido.
  
  Mientras miraba como Lucy se había dormido en el asiento del medio e Nero también, yo miraba las arboledas con detalle mientras él todoterreno sufría el constantemente ataque de los baches y piedras del camino de forma que rebotara en mi asiento repetidamente. En cambio Viviana parecía mirar un nuevo mapa actualizado de los otros pergaminos encontrados. Este ya rebelaba todo camino y sendero posible de la isla lo que seria algo mas útil para mas adelante.
   Y el señor Davis, bueno, el estaba al volante comunicándose con los walkies con el resto del equipo tras dejar de hablar con Weiss. Si era todo muy aburrido.

  Suspire y me quite los cascos tras luego apagar mi teléfono móvil, abrí  la ventana y le hable al caballero de bronce que parecía algo despistado. Como si no hubiera dormido ayer por la noche o le hubiera tocado turno de vigilancia nocturno.

-Oye -llame su atención- ¿A cuantos Kilómetros esta la capital?

-Si no tenemos imprecisos pues.... unos dos días -me respondió este.

-Gracias.

Cerré la ventana y me acomode en mi asiento de nuevo tras luego apuntar unas cosas en mi diario de viaje. Si, tengo un diario de color morado uva por si preguntan y si anotó todo lo que me ocurre incluído las pesadillas y los sucesos paranormales.

-¿Estas nervioso Simón? -me pregunto Davis aun conduciendo- Te noto algo alterado.

-Solo quiero acabar con esto rápido -deje de escribir y metí mi diario en un bolsillo oculto por dentro de la chaqueta.
  
  De pronto sonó un rugido tan grave que no era obvio de que todo el convoy se parara al instante. Tras que los caballos de los caballeros comenzaran a relinchar por el miedo hasta que se calmaron o mantuvieran la calma los animales, una sombra enorme emergió por encima nuestra pero pude ver exactamente lo que era. Hasta creo que Nero como Lucy pudieron ver a la bestia cuando se despertaron sobresaltados.
  Un reptil volador de una envergadura de un avión de carga de color negro obsidiana sobrevoló encima nuestra, hasta que al mirar al frente por un poco en un claro abierto, este se dirigió por encima de unas montañas nevadas. Muy lejos de nosotros, esa monstruosidad desapareció volando por las montañas y los caballeros  retomaron el camino de nuevo. Como nosotros.

-La madre que -me miro Nero- ¿Eso era un dragón?

-Eso parece -mire de reojo a Weiss que hablaba con uno de sus caballeros- Algo me dice que tendré que interrogar a alguien después.

  Al atardecer el grupo se paro cerca de un lago en donde todos se tomaron un tiempo para descansar y estirar las piernas. Ah también que los caballos descansaran y repusieramos gasolina a los Jeeps que se encargo de eso Boby.    
  Mientras ayudaba a los caballeros a montar unas hogueras y de paso conseguía una clase de como hacer fuego, recogí información sobre a donde nos dirigíamos.
  La capital central de Avalon en lo mas adentro de la Selva Negra, a lo que seria este enorme bosque siniestro a la luz de la luna, que se veía un poco diferente que de día.  Por lo que me contaron sobre Avalon fue una vieja historia, que calló tras una  gran batalla y los dioses de esta tierra huyeron pero tras haber sellado a un ser en las tierras volviéndolas malditas. Pero solo era un cuento de niños para qué no se alejaran de casas. Típico, madres sobreprotectoras.

Linaje. El renacimiento del rey © [Finalizado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora