Pesadillas del pasado parte/3

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Tras los acontecimientos en Mag Mell tras el asesino de Angus, Nial decidio ir a por el asesino se marchó de Mag Mell hacia la gran Inglaterra.
Pero las cosas fueron de mal a peor a medida que pasa el tiempo un grupo de dioses galos acompañantes de Nial llegaron a las orillas de Mag Mell buscando al extraño asesino. Representaban heridas mortales como si se tratarán estos dioses de un mortal normal y corriente.Los únicos supervivientes eran Dian Cecth, Belenus, Taranis y Dagda.
Morrigan miraba seriamente a sus compañeros mientras traían los cadáveres de ambos dioses de la noche Teutates y Esus. La boca de Morrigan se volvía seca y su lengua como el papel de lija al ver a sus compañeros galos muertos.

-Ese sujeto lo encontramos -informo Dian Cecth dios de la medicina vendandole la cabeza a Belenus con unas vendas-Los demás no tuvieron suerte....los masacró sin despeinarse.

-¿Incluso a Nial?

-Fue el primer....-se cayó al mirar por detrás de Morrigan.

Al darse la vuelta Arturo estaba paralizado por las malas noticias. Le temblaban sus manos a plena luz del sol luego de oscurece su cara por una nube.

-Arturo ni se te ocurra.....

-¡Qué ni se me ocurra que! -le grito a Dea Dama sin importar que fuera una diosa- ¡Han matado a mi hermano!.

-Arturo cálmate -intento calmarlo Dian Cecth- Solo le vimos ser sepultado por un muro de piedras....a lo mejor este vivo...

Arturo tras escuchar eso se acercó al Dios, le agarro por el cuello de su cota de malla q llevaba por debajo de la armadura y levantó el puño a pegarle sin importar el por qué.
Su ira era el reflejo perfecto el cual Morrigan incitaba las guerras en toda Gran Bretaña pero eso aún no era uno de los poderes de la diosa. Podía ver la muerte de aquellos a quien se fijaba.
Observo el castillo destruido tras un eclipse lunar, pilares de cadáveres de los soldados caídos llegaban a su muerte por un ejército demás enmascarados, en centro del castillo se podía ver una imágen en el salón del trono. El asesino peleaba contra Arturo a muerte hasta que la imagen se borrará regresando al presente. Lo que evitó el puñetazo de Arturo y lo separará del Dios.

-Arturo baja la mano -sonó lo más severa posible Morrigan.

Bajo la mano y se alejó de los dioses hasta desaparecer de sus vistas.

-Pobre -se entristeció Bigrid la diosa del fuego y la poesía- Compartímos esa misma melancolía que por Angus.

-¿Pasa algo Morrigan? -La miró sospechosamente Lugh.

Esta no contestó por un rato mirando al castillo. Luego reaccionó al chasquidos de dedos de Taranis.

-¿Has visto su muerte verdad?

-Si....-la piel de la guerra celta se erizó al recordar la escena.

Lugh al ver la forma en que miraba Morrigan a Arturo sonrió maliciosamente. Insinuando cosas raras entre ella y el mortal que se pasó cuidandolo durante dieciocho años.

-Me parece que alguien siente algo por.....

Un golpe seco de Dea Dama le hundió la cara al dios en la tierra para callarlo.

-Cierra la boca charlatán -se frotó la palma de su mano.

Dagda puso la mano en el hombro a Morrigan y la miró a los ojos.

-¿Que has visto?

-Nada bueno -aparto la mirada- Debería hablar con el....

-Mejor que no lo hagas

Morrigan desapareció como de costumbre convirtiéndose en una corneja hacia el castillo. Recorrió los pasillos donde todos los guerreros celtas paseaban armados hasta los dientes (No como el bonito Valhalla. Nunca digo de hacer un pulso con Tyr, podría decir que tengo la victoria en mi mano jajaja....Vale pueden matarme por el chiste)
Tras decidir ir a ver a Arturo a su habitación las dudas de que Sucellus siguiera vivo inundaban la cabeza de Morrigan. Aunque los echos eran ciertos de que ese sujeto pudo matar a tres dioses no cabía posibilidad de que el rey celta hubiera muerto o no. La duda es muy traicionera en ocasiones.
Frente a la habitación de Arturo una chica pelirroja tocaba a la puerta. Por su forma de vestir con una pechera de metal por debajo de esta una blusa color rojo , una falda de anillas corta con unos pantalones negros por debajo de dicha falda y con unas botas de piel de oso pardo se trataría de su amiga. A la espalda llevaba una espada de bronce más unas dagas por el cinturón de su falda.
Esta al ver a Morrigan se arrodilló ante ella.

Linaje. El renacimiento del rey © [Finalizado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora