Linaje. El renacimiento del rey © [Finalizado]

La batalla del caballero negro.

No pegue ojo aquel día. Aunque recibí como Nero, Lucy y el resto un tratamiento medico momentáneo mi cabeza rondaban muchas preguntas. Preguntas las cuales tendría que buscar una respuesta conforme a mi situación.
Me hallaba en una de las millones de habitaciones del castillo de Knyk. Y aunque Titania fuera amable en dejarnos en unas habitaciones decentes tras luego encerrarnos en su mazmorra habitual me replanteaba mucho sobre ella. Acostado sobre una enorme cama me encontraba yo mirando el techo esperando a que llegara el sueño, solo yo y mis pensamientos. Al menos que estuviera el otro despierto.

Me mire la palma de mi mano por un segundo y luego a la pulsera de Rouge que aún me preguntaba a que tal regalo y sobretodo la suerte. Pensaran que este loco pero no, yo no creia en la suerte, ni el destino, el Karma y en Dios. Aunque me bautizara y sea católico siempre he sabido que era algo ateo de pura clase, que ironía. Pase mi dedo pulgar recorriendo la silueta del dragón de la pulsera y pensé en que debía hacer. Me levante de la cama y marche a una mesa en donde estaban mis cosas, la chaqueta, mi diario, Icaro, la espada rota y Fang Red juntos en un solo sitio y el libro de la cazadora blanca.

Con un poco de interés encendí una lámpara de aceite para que pudiera iluminar me apenas unos segundos. La solapa metálica del libro brillo en su tono mas dorado entre la oscuridad, aunque lo que leyera hasta las tantas comprendí que este libro era peligroso. Los hechizos que contenían eran demasiado letales y tales conocimientos no deberían estar malas manos. Sobretodo manos de alguien inocente.

-Este libro...

«¿Piensas aun seguir despierto?»

-Te importaría callarte.

«Wao cuanta violencia gratuita a estas horas de la noche. ¿Que mosca te a picado chico?»

-No me digas -mire al espejo del fondo donde el estaba- ¿Vas a seguir ahí mirando?

-Soy tu reflejo ¿recuerdas? Tengo que copiarte aunque no tenga ganas.

-Cierto -le di la espalda para leer mas el libro- ¿Sabes el motivo de que me traerá el destino hasta aquí?

No contestó. Seguramente se quedo por un margen de tiempo, o haciéndose el interesante. Me di la vuelta y lo mire con el libro en las manos. Había recabado mucha información hasta ahora sobre la isla con el libro, lo suficiente para poner contra las cuerdas a nuestro compañero.

-Me lo temía. Tu sabes donde están mis padres tanto como yo. Ahora dime porque lo llevas ocultando lo tanto tiempo.

- ¿Acaso vas a ir al lugar sin prepararte? Es muy insensato por tu parte chico, sobretodo con ese equipo. Dos espadas mágicas echas por hadas que no corta ni la madera, una pistola que te dio una desconocida, la espada inservible y ese libro. No vas a llegar a ningún lado con eso.

-En un principio suponía que podía confiar en alguien. Ahora veo que es mentira -me levante de la silla- No quiero que sigas manipulando mi cuerpo ni mi conciencia. Tanto tu, como el resto. Me he cansado de ser un mero

-¿Estas seguro de ello? -me miro serio- No sabes usar una espada sin mi ayuda y aunque sepas ya manejar tus armas. No garantizó que puedas sobrevivir contra el caballero negro.

-¿Quien haya dicho que vaya a ir a por esa persona? Prefiero tomar la espada y largar me del lugar.

-Como quieras. Si es tu decisión haz lo que creas conveniente para ti. Pero te lo advierto, como vea que vayas a morir actuaré y me quedare con tu cuerpo.

-Como quieras -lo mire molesto.

-Bien. Trato echo ahora si me disculpas me ire a ver mi culebrón policial.

Mi reflejo adopto la postura que tenía en actualmente yo entonces. Y yo apague de un soplido la lámpara de aceite. A la mañana siguiente todo fue tensó, sobretodo entre yo y Viviana que no dijimos ninguna palabra. En cambio me marche con Nero y Lucy que estaban hablando en la entrada con un bollo en una mano.