6- Crisis

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Han pasado más de tres días y aún no puedo creer el hecho de que a Thomas le gusta un chico. Y no, no me parece nada malo porque en realidad no lo es, ya que no tengo nada en contra de que a Thomas le guste alguien de su mismo sexo, pero lo que sí me afecta es el hecho de que sienta algo por alguien más y que lamentablemente esa persona no soy yo.

Si bien, se que no hablamos hace un año entero y que no tenia posibilidades de que yo le gustara a Thomas, sin embargo, había una pequeña parte de mí tenía la esperanza de que así fuera. Pero fue destruida cuando Thomas me pidió ayuda para ayudarlo con el chico que le gusta.

—Grace, ¿estás bien? —pregunta Mía. Contesto con un movimiento de cabeza y secando una pequeña lagrima que bajaba por mi mejilla sin que me de cuenta.— sabía que mis sospechas eran ciertas, me debes una salida al cine. —trata de hacerme sonreír y consigue logrando.

—es cierto. Pero no voy a tener un par de zapatos nuevos —saco puchero.— aún no puedo asimilarlo , Mia ¿que voy a hacer? Tengo que ayudarlo día por medio y sé que me lastimara hacerlo.

—no sabía que te afectaría tanto esto, pero si sabes que Peter y yo estaremos siempre aquí para ti, ¿verdad? —asiento abrazándola.— ¿por qué no me dijiste antes lo que sentías por Thomas? Podría haberte ayudado...

  —ya no importa eso, Mia. Debo dejar de pensar en esto, Este es mi trabajo doy consejos de amor y formó parejas, este solo es un caso más. No tiene que afectarme.

  —¡así es como se habla, Grace! —me sonríe ampliamente aunque unos segundos después se borra su sonrisa del rostro —pero aún así no logras convencerme, puedes engañar a cualquiera y decir que estás bien, pero yo sé que eso no es así. No trates de ocultarlo, no conmigo.

  —Mira, todo esto es culpa mía, yo fui la que se enamoró de él sabiendo que él jamás se fijaría en mi...

  —¿por qué dices eso? —me interrumpe llevando sus manos a ambos lados de su cadera.

  —nunca le guste, Mia. Él siempre me dijo cómo sería el prototipo de su "chica perfecta" y ninguna de ellas era, ni si quiera, similar a mi. Además, él siempre me vio como una amiga, y yo también lo veía así hasta que bueno, terminé enamorándome de él, pero eso ya no importa. Él se alejo de nosotras y ahora regreso para pedir nuestra ayuda.

  —tu ayuda.

  —es lo mismo.

  —no, no es lo mismo, Grace. ¿Por qué no se lo dices?

—¿estás loca? No hablamos hace un año ¡¿y quieres que le diga que me he enamorado de él?! Estás completamente loca, ya lo dije.

—no estoy loca, solo quiero ayudarte.

—lo se, y aprecio mucho eso, Mia. —sonrío de lado —pero esta vez, quiero hacerle caso a mi cerebro, y quiero ayudar a Thomas.

—tienes qué haces lo que diga tu corazón, no tú cerebro.

—lo se.

—¿entonces por qué le haces caso a tu cerebro y no a tu corazón?

Porque sé qué haría una tontería y me confesaría ante el.

—porque es lo más razonable. —me mira con el ceño fruncido pero aún así, asiente con la cabeza.

Hoy es Domingo, así que por ello, Mia vino a mi casa y después de terminar de ver nuestra serie decidimos hablar de lo recién comentado.  Pensé que hablar sobre ello no iba a ayudarme, pero no fue así. Para mí sorpresa, pensar y comentar todo lo que había pasado y cómo me sentía me ayudo demasiado.

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