23- ¿recuerdos?

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Me despierto con un terrible dolor de cabeza, abro los ojos y parece que es mucho peor, el pequeño rayo de luz que se filtra por mi ventana es demasiado para mis ojos. Me levanto decidida de mi cama para cerrar bien la cortina y luego de pararme comienzo a marearme y me dan ganas de vomitar.

Menos mal que tengo el baño cerca, así que prácticamente corro hasta el y vomito todo el alcohol y la comida que digerí anoche en la fiesta.

Esperen un segundo...

La fiesta. Yo estaba en la fiesta.

No recuerdo haber llegado a casa.

¡¿Cómo y cuando llegue a mi casa?!

Con este último pensamiento, mis malestares y las ganas de vomitar se me fueron de inmediato para centrarse sólo en la pregunta que acaba de formular mi mente y tratando de encontrar la respuesta más lógica.

¿Peter y Mía me trajeron?

No lo creo, estaban muy concentrados besándose en toda la noche.

¿La chica morena que conocí ayer? No, imposible.

¿Paul? Por Dios, espero que no.

Al pensar el nombre de Paul una escena de ayer pasa por mi mente.

Soy yo hablando con la chica que conocí y contándole mis sentimientos por Thomas, y luego estoy intentando besar a Paul.

¡¿Que?!

Rayos, Rayos, Rayos.

"si besas a alguien esta noche, ahí te creeré, pero si no lo haces es porque aún estás enamorada de él."

Y luego yo acercando mi rostro a Paul.

No, no. No.

Por favor, espero no haber hecho eso. Por favor.

Vuelvo a mi habitación y me siento en mi cama, llevo mis piernas a mi cabeza tratando de recordar lo que ha pasado en la fiesta de anoche.

Saco mi celular de mi mesita de noche y me doy cuenta de que son las doce del medio día.
Diablos, si que he dormido.

Utilizo mi celular por varios minutos hasta que recibo una llamada de Thomas. Extrañada, decido contestar la llamada.

—Hola, Thomas.

—hola Cerecita, buen día. ¿Cómo has despertado?

—¿bien? Creo. ¿Por qué?

—por la fiesta, estabas borracha, ¿cuánto habías tomado?

—¿que? ¡¿Estabas en la fiesta?!

Diablos. No recuerdo haberlo visto allí.

—digamos que si, estuve unos minutos. ¿No lo recuerdas?

—no.

—¿en serio? ¿No tienes ningún recuerdo?

—¿recuerdo? ¿Sobre?

Mierda, creo que él sabe que intenté besar a Paul, aunque no creo que lo conozca.

—n-nada, no importa. Solo llamaba para preguntarte cómo estabas y cómo llegaste a casa.

—bien, aunque me desperté con malestares, pero ahora estoy mejor.

—que suerte, bueno preciosa. Nos vemos el lunes, debo colgar.

¿Preciosa?

¡Me dijo preciosa!

—b-bueno. —cierro los ojos por haber tartamudeado, se supone que tengo que olvidarlo y sigo nerviosa cuando él me dice algo —adiós, Thomas.

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