17- La pareja de mi madre.

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¡Quiero que este día termine ya!
Lamentablemente para mi, este no es mi mejor día. Y lo peor de todo, es qué pasa mucho más lento de lo normal.

Es decir, ¡vamos!, se que hoy no es mi día, pero tampoco para que lo recuerde en cada momento. Es una completa tortura, y por si fuera poco, estoy en la clase de la materia -junto con la profesora- qué más odio.

Por lo menos, estoy un poco más tranquila ya que está es la última clase, así que debo ir a casa rápidamente para cambiarme de ropa.

Seguramente se preguntarán, ¿por qué?

Resulta que, hace dos días sería la cena en donde conocería a la nueva pareja de mi padre. Pero por unos problemas personales de mi madre, se ha pospuesto la cena, por lo que será hoy.

Cabe destacar, que estos últimos tres días son los peores que he tenido en mi vida.

Bueno..

Tampoco los peores de mi vida, pero aún así son días terriblemente malos.

Sé que no debo ser una exagerada, pero no puedo evitar serlo, es una parte de mi.

Le he dicho a Thomas lo que siento por él, y he sido rechazada. Bueno, no del todo ya que no deje que él dijera algo, pero aún así, sé que me habría rechazado de todos motivos, así que... ¿para qué escuchar una respuesta que ya se?

Lo he evitado desde entonces, él ha insistido en hablar conmigo, pero logro entender que al menos por ahora lo que más quiero es estar sola, para poder pensar mejor y no repetirme en cada momento que lo que hice fue un completo error.

—¿me pasas el punto cinco? —le digo a Mia en un susurro ya que está a mi lado.

—claro —extiende la hoja hacia mí banco.

Frunzo el ceño a la mitad de mi escritura.

—¿que dice aquí? —señalo la palabra que no logro entender por la letra de mi mejor amiga.

—epidemiología...

—¿que cosa?

—agh, nada. Devuélveme mi hoja. —me la arranca de las manos.

—oye! ¡¿Qué diablos te pasa?!

—¡nada!

—Mia Parcks, te conozco a la perfección y sé que cuando comienzas a gritar por cualquier cosa es porque estás molesta por algo, y espero no ser yo la razón de tu enojo, porque no he hecho absolutamente nada.

—no es por ti.

—¿entonces?

Señala con la cabeza al frente. En unos bancos mucho más adelante que el de nosotras se encuentra Peter susurrándole cosas a una chica en el oído con una gran sonrisa.

—oh. Entiendo.

—no, no entiendes.

—deja de llevarme la contraria, ¿quieres?

—¡no te estoy llevando la contraria! —frunzo el ceño. —está bien, lo siento. Es que esta situación me altera.

—¿debo recordarles que ambos tomaron la decisión de separarse?

—no. Y él fue el que tomó la decisión primero...

—pero tú lo apoyaste.—suspira.

—si, y fue un error. Pero sé que debo superarlo, como él claramente ya lo hizo. —deja salir un suspiro —el amor no es fácil, Grace.

Mis consejos para amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora