10-Opciones.

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—hola Matt —digo entre dientes. Mia gira su rostro y al ver a Matt lo saluda con la mano.

—¿qué hacen un por aquí?

—es un centro comercial, venimos a comprar —le respondo irónicamente.

—es cierto, que tonto soy.

—¿y ustedes que hacen por aqui? —dice Mia por primera vez desde que comenzó la conversación, señalando a Matt y a su acompañante.

—oh, ella es Keyla —dice él y la chica a su lado nos muestra una pequeña sonrisa tímida. Frunzo el ceño mientras pienso en Thomas, ¿Keyla será la novia de Matt? Es más, ¿él tiene novia?— estábamos aburridos, así que salimos a dar un paseo. —se encoge de hombros.

—bueno chicos, nosotras ya debemos irnos —Mia me mira sorprendida, trata de disimularlo, pero no es buena en ello. —estamos un poco apuradas —le lanzo una mirada rápida a mi mejor amiga para que trate de seguirme la corriente.

—si, emmm, por supuesto. Nos veremos en el colegio, fue un placer haberlas visto chicas.

—si, si, adiós Matt, adiós, Keyla —digo cruzando la calle y agarrando de un brazo a Mia y arrastrarla hasta su auto.

—¿que rayos te pasa, Grace? —pregunta cuando ya estamos dentro del auto.

—ese es el chico que le gusta a Thomas. ¡Y estaba con una chica! Probablemente sea su novia —digo pensativa.

—quizás no lo sea...

—¿pero y si lo es? ¡A Thomas no le gustará saber esto!

—no creo que sea peor que tu situación, Grace.

—¿de que hablas?

—estás ayudando a Thomas para que tenga una pareja mientras tú estás completamente enamorada de él.

—... yo no diría "completamente" —susurro.

—ajá —rueda los ojos —repítelo hasta que te lo creas. Pues yo no lo hago.

—de todos modos, se que Thomas no se pondrá feliz si se entera que Matt quizás esté con alguien.—le restó importancia al tema anterior.

—¿hasta cuando podrás ayudarlo? —me mira seriamente —Grace, soy tu amiga, y cómo tal, te digo estás cosas para que no sufras más, cuanto más tiempo pases junto a él, más comenzará a gustarte.

—lo se, pero el no es la única persona a la que debo ayudar, hay muchas más personas, así que no solo debo ocuparme y preocuparme sólo de su caso.

—aún así lo haces. —suspira —dime la verdad, hace ya unas semanas que él te pide ayuda y tú se la das para que su amigo se fije en el, pero ¿no te afecta esto de ayudarlo?

—créeme que no es fácil ayudar al chico por el que estás enamorada a que él trate de enamorar a alguien que no eres tú —agacho la cabeza y juego nerviosa con mis manos — pero aún así debo hacerlo.

—no es una obligación.

—y lo sé perfectamente, pero soy su amiga. Y además tengo bien en claro que algo entre él y yo jamás pasará. A él le gustan las personas de su mismo sexo, siempre fuimos amigos y no creo que en un futuro seamos más que eso. —suspiro —Debo superarlo alguna vez.

Siento que en cualquier momento llorare. No soy una persona débil, y tampoco soy de demostrar mis sentimientos, pero hay veces en las que uno no puede evitarlo.

Y lamentablemente, hoy es una de esas veces.

Mia me da un fuerte abrazo por unos minutos, enciende el auto para después llevarme hasta mi casa. Bueno, la casa de mi padre. Él ya ha regresado y por fin pude recuperar mi cuaderno, me hizo mucha falta, pero pude trabajar sin él.

—ya hemos llegado.

Me despido de Mia, bajo del auto y al dar unos pasos fuera de él, escuchó que Ella baja la ventanilla y pide que me acerque.

—Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, ¿verdad? —asiento sin decir una palabra, siento un nudo en la garganta y no me animo a hablar en este momento, porque se que si lo hago llorare —siempre estaré a tu lado Grace, y cuando necesites hablar no dudes en llamarme. Te quiero demasiado, pelirroja.

Sube la ventanilla sin esperar mi respuesta y a los segundos se va. Yo me quedo con una pequeña sonrisa pensando en la buena persona que es mi mejor amiga, tuve una gran suerte al encontrarla.

Entro a mi casa con mi nueva llave, si. Ahora tengo una propia para que no ocurra lo de la vez pasada. Me encuentro con mi padre en el living, me mira con una sonrisa y se acerca a mi para darme un beso en la mejilla.

—¿todo bien, frutillita?—asiento con la cabeza. —tu hermana ha salido con su novio, volverá más tarde. Estaba pensando en cocinar, pero mejor pedimos unas pizzas, ¿que te parece?

  —¡fantástico! Quiero comer pizza.

  —entonces iré a pedir unas, te aviso cuando las traigan, ¿quieres?

  —está bien, estaré en mi habitación por cualquier cosa.

Entro de inmediato a mi habitación y me acuesto en mi cama. Tengo que pensar una solución para dejar de sentir esto por Thomas.

Después de algunos minutos, llego tan solo a dos opciones. La opción A, que es hacer como si nada pasará y tratar de olvidarme poco a poco, y la opción B, que es confesarme, decirle lo que siento, y después veré si puedo seguir ayudándolo  o no, ya que no creo que si le digo que estoy enamorada de él, le siga gustando la idea de que lo ayude. O de pasar tiempo conmigo.

Creo que iré por la opción A, al menos por ahora.

Me pongo mis auriculares y los conecto a mi celular para escuchar música y poder relajarme aunque sea un poco. Después de que pasaron varias canciones decido parar la música y sentarme un rato en mi cama.

Al estar un rato en mis redes sociales me llega un mensaje de un número desconocido, frunzo el ceño.

Abro el chat y me sorprendo al saber quien fue la persona que me lo escribió.

Thomas...

Siempre apareces en los momentos menos adecuados, amigo.

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