28- Vuelven los consejos.

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Dos semanas han pasado desde el día en que, Thomas fue a mi casa y me tomó desprevenida al besarme y confesar lo que sentía por mi. Eso me sorprendió demasiado, pero en lo más profundo de mi ser, siempre rogué que eso llegara a pasar, sobre todo, en el momento en el que confesé lo que sentía por Thomas, no lo admitiré jamás ante todos, pero tenía una pequeña esperanza de que mis sentimientos sean correspondidos.

Aunque aún, nuestra "relación" no tenga título, Ni yo misma me creería al saber que, meses después, Thomas pasa a buscarme todos los días a mi casa para ir al instituto, y que al entrar al auto, nos saludamos con un casto beso en los labios.

Bueno, siendo sincera, no solo cuando entro al auto, a decir verdad, estamos casi todo el día besándonos, pero que se puede hacer... la tentación es mucho más fuerte que yo.

  —hola, preciosa —me saluda Thomas ni bien entro a su auto.

  —hola Thomy —me acerco y le dejo un beso en sus labios. Me pongo el cinturón y él enseguida pone el auto en marcha.

Después de unos minutos, Thomas sigue en silencio, lo cual es raro en él ya que siempre habla en todo el camino y dice uno de sus tontos chistes.

  —hey, ¿estás bien? —tomo su mano.

  —perfectamente, es más, porque estaría mal, ni nervioso, para nada, no tendría motivos para estarlo y... —río al escucharlo hablar tan rápido, es obvio que está nervioso, o algo lo preocupa.

—Thomas, te conozco. ¿Que te tiene tan nervioso?

  —nada —niega con la cabeza, mi mira unos segundos y después vuelve su vista al frente.

  —ajá, como tú digas —ruedo los ojos y me cruzo de brazos.

Al pararnos en un semáforo en rojo, Thomas se inclina hacia mi asiento y besa mis labios.

  —no te enojes, preciosa —dice entre besos.

  —no estoy enojada.

  —aja, como tú digas —repite burlonamente la misma frase que dije hace unos minutos — hoy será un día difícil...

—¿por qué? —pregunto frunciendo el ceño extrañada.—que yo recuerde, hoy no tenemos ningún examen.

—no lo digo por eso, linda —acaricia tiernamente mi mejilla haciendo que una sonrisa se forme en mis labios.

El semáforo Cambia del color Rojo al verde, por lo que Volvemos a retomar el camino al instituto.

—¿entonces por qué lo dices? No me asustes, Thomas.

—no te preocupes, tengo fe de que todo saldrá bien.

—Thomas, en serio, no comprendo nada de lo que me dices, ¡¿puedes ser un poco más específico?! —le digo al borde de mi paciencia.

—te lo dire luego —dice para después bajarse del auto.

¿Que?

Lo observo por la ventana y me doy cuenta de que sé a acercado a la mía para abrirla.

—ya hemos llegado. —me da su mano y me ayuda a bajar de su auto. —debo irme —me da un casto beso en los labios como despedida —nos vemos en un rato —dice alejándose.

Me quedo en el mismo lugar mirándolo hasta que desaparece de mi vista, qué extraño. Me encojo de hombros y entro al colegio, siento unas pisadas detrás mío y al darme vuelta me encuentro con mi mejor amiga.

—¡hacen una hermosa pareja! ¡Acabo de ver cómo te ha besado!

—Mia, por favor, no lo grites —digo sonrojada.

Mis consejos para amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora