Los primeros rayos de sol del amanecer se infiltraron en el taller de Eranthir. El viejo, una vez despierto, entró en el lugar donde Calandria se encontraba descansando. Era notable el cansancio que la joven guerrera tenía luego de aquella épica lucha en las Minas Epdevel, es por eso que el carpintero dejó que reposara en paz y tranquilidad.
Sigilosamente, salió del taller y fue en busca del campesino que guardaba la leña que la muchacha había conseguido. El alba ya se posaba en las calles de Suramei cuando Eranthir encontró al pueblerino frente a la plaza principal. Éste lo ayudo al carpintero a llevar los leños hasta su taller y, mientras, el viejo le contaba la gran hazaña en la que Calandria fue partícipe.
Una vez terminada la historia, el campesino y el carpintero ya habían llegado al taller. Sorprendido luego de oír todo lo que había contado Eranthir, le respondió:
—Si lo que dices es verdad, una guerrera está entre nosotros. Te ha salvado de esos bandidos, los asesinó. Hizo justicia por mano propia al ver que ninguna autoridad se hizo cargo. ¿Sabes lo que significa esto, no?
—Sí que lo sé. La profecía está comenzando a tornarse realidad.
Luego de estas palabras, el campesino se retiró y el viejo carpintero puso manos a la obra, sin hacer el más mínimo ruido para no interrumpir el sueño de la joven guerrera.
Trabajó durante varias horas, arduamente y concentrado en cada detalle de la embarcación. Utilizó sus mejores serruchos, los mejores formones y todo conocimiento que poseía acerca de la madera y sus propiedades. Cada parte de la barcaza fue perfectamente hecha y tallada, con la delicadeza de un elfo pero hecho por las manos de un duro enano.
El atardecer tocaba las tierras del continente de Rhagnark cuando Eranthir terminó de labrar aquellos leños que se convirtieron en una excelente barca. Luego de ver los fabulosos tallados que había realizado en los costados de la embarcación, pensó que no era carpintero, sino un gran ebanista. Emocionado, el viejo enano fue a despertar a Calandria para darle la sorpresa de su nueva y propia barca. Un poco rezongona, la joven guerrera se levantó y fue llevada del brazo por el carpintero hasta el lugar donde se encontraba su creación.
Al llegar y ver lo que había construido, la muchacha se quedó boquiabierta frente a lo que el enano había hecho con sus propias manos. Aún perpleja, le dijo a Eranthir:
—Viejo enano, realmente me has tomado por sorpresa. No sé cómo agradecerte esto.
—No tienes que hacerlo, pues, me has salvado de esos asquerosos bandidos. Aunque sea un anciano gruñón, mi orgullo sabe a quién debo mantener de aliado y a quién no. Toma esta barca para navegar las aguas de este mundo y poblarlas con tu sed de justicia. Tómala, y ve a lo más lejos que tu espíritu y alma puedan llegar.
Luego de oír estas palabras, Calandria abrazó fuertemente al enano, pero éste, famoso por su terquedad, solo respondió con un apretón de manos después de que la muchacha lo soltara. Ambos partieron hacia el puerto de Suramei con la embarcación ahora perteneciente a la joven guerrera.
El ocaso acariciaba las calmas aguas de las costas cuando la barca ya estaba anclada en el agua. El horizonte mostraba un nuevo rumbo para Calandria, el sol sería su guía de día y las estrellas de noche. Un mundo que la joven guerrera desconocía hasta aquel momento se abriría ante sus ojos, ahora que ya se encontraba arriba de su barcaza.
Antes de partir, Eranthir se encontraba en el muelle esperando la partida de la muchacha. Finalmente, ésta puso en marcha su barca y tornó su vista hacia donde el viejo enano se encontraba. Con resignación y un poco de tristeza, se saludaron a lo lejos, con una sonrisa y esperanzas en sus rostros de que quizá el día de mañana los vuelva a reunir.
Nuevos senderos se presentarían ante la joven guerrera, un mundo de grandes aventuras y discordias en el que vivía la harían crecer y sentirse cada vez más fuerte y cada vez más orgullosa de portar sus ideales de paz y justicia como arma para hacer el bien, además de su espada.
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El origen de una guerrera
FantasyEn las medievales tierras de Zorthum, una joven elfa llamada Calandria parece llevar una vida normal. Sin embargo, Calandria se enterará que su destino puede estar en riesgo, lo que la llevará a vivir sorprendentes aventuras.