El origen de una guerrera

Capítulo 6: A la deriva

Días largos e interminables pasaron para Calandria. El agua seguía siendo la misma, un sol abrasador la iluminó durante largas horas en el día y las estrellas hicieron lo mismo en la noche. Parecía que el océano no tenía fin cuando la joven guerrera decidió frenar la barca y 

descansar de estar tanto tiempo en alta mar. 

—Será mejor que descanse; tantas vueltas en el agua me voltearán la cabeza.

Navegó un poco más hasta encontrar tierra, para quedarse con la certeza de que si algo pasaba, podría tocar tierra firme. Lo extraño del terreno en el que se acercó, es que era helado, frío. Solo abundaba la nieve allí. Era el continente de Annkör.

De todas formas, la muchacha bajó de la barca, mató algunos lobos invernales para utilizar sus pieles como mantos para descansar en su barca. El frío que acechaba en el continente y sus costas era atroz.

Calandria se dirigió a su barco y se dispuso a bajar a su recámara. Allí se acostó y durmió como si no hubiera un mañana. Lo que la mujerzuela no sabía, es que al entregarse al descanso, cometería un grave error.

Un grupo de piratas pertenecientes a las Islas Perdidas, de alguna forma que cualquier experimentado mercenario conoce, ¡transportaron la barcaza de la joven guerrera con ella adentro! Lo que más intriga genera, es que la dejaron frente a las islas que dan con el acceso al fuerte caótico, el Krip-Bhûrz. Desde ese entonces, algunos navegantes y exploradores dicen que la barca continúa flotando con Calandria allí dentro, 

pero otros dicen que no es normal que una persona ancle su barca al lado de la entrada al fuerte más temido, correría el riesgo de perder su vida.

En fin, nadie sabe si la pobre muchacha sigue durmiendo en alta mar allí, o si los piratas lo hicieron por pura diversión esto de dejarla a la deriva cerca de un lugar tan peligroso, o si los mismos caóticos la secuestraron por órdenes de Mhorkvel. Nadie sabe…