WALL-E, PHILIP Y PIP

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Wall-E, Philip y Pip

Encontré a una cardióloga de adultos pues Guillermo, mi cardiólogo de toda la vida ya no podía seguir atendiéndome. Él es cardiólogo infantil y yo ya tenía 21 años. Me recomendaron a Marcela, cardióloga de adultos. Ella me atendió la primera vez en el hospital Marcial Quiroga donde me hizo un ecocardiograma y vio que mi presión pulmonar estaba altísima,tenía casi noventa de presión... En concreto, me moría en cualquier mo

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mento así que con urgencia me pidió que hiciera una serie interminable de estudios. Lo peor de todo, los anticoagulantes. Control cada 15 días y no lograba que me subiera el RIN en la sangre por lo que seguía mal. Se me empezaron a hacer trombos en las piernas y me causaban un dolor insoportable, lloraba muchísimo, no aguantaba. No podía caminar. Hubo noches que las pasé con medicamentos para el dolor y otras varias noches internada. Comenzó el nuevo tratamiento y, como decía Marcela, consistía en tres pilares fundamentales: pastillas, nebulizaciones y anticoagulantes. Medicación que tenía que comprar mi obra social porque ni aun vendiendo el alma al diablo de toda mi familia, podría comprármelos: Ambrisentan, Tadalafilo, Tyvaso. Pero lo peor de todo era la rutina de estudios: anticoagulación, ecocardiogramas, vacunas, extracciones de sangre, visitas al hospital, a la neumóloga, a la cardióloga, a la neuróloga, a la hematóloga. Odiaba todo, odiaba mi vida. Por eso todos los días rezaba para morirme, por olvidarme del sufrimiento, por olvidar que no podía estudiar, que no podía trabajar, que no podía salir. No podía ser joven. Odiaba no poder ser una chica normal de 21 años. Odiaba y amaba Juan. Todo el tiempo estaba en mi cabeza. Él es el amor de mi vida, quería morirme para que él se sintiera culpable, quería que sintiera mi dolor. Por eso había empezado a planear mi muerte, mi suicidio. Iba a ser memorable, iba hacerlo quedar a él como el responsable, como el peor hijo de puta de la faz de la tierra. Porque es lo que era, a él solo le importaba las drogas, salir a bailar, y todas las putas con las que engañaba a la gorreada de su novia. ¡Bah!, si es que seguía de novio con esa ilusa, tan ilusa como yo. Porque así son los hombres, te juran el amor eterno y se van con la primera que les da bola.

Agustina Pringles Pardini | Mía y yo

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Para junio y con las idas y vueltas a la cardióloga, al hospital, a los controles... estaba harta. Mi neumonóloga sugirió que era hora de que empezara usar oxígeno, así que así fue. Mi mamá me consiguió mi concentrador domiciliario, que me pasaba oxígeno y me hidrataba con agua destilada. Era azul, rectangular y alto como una mini heladera, le puse de nombre Wall-e. Después tuve un tubo de oxígeno que duraba dos horas –para salir a la calle o para cuando se cortaba la luz–, pesaba como cinco kilos, era largo y verde y le puse de nombre Philip, porque para mí tenía cara de Philip. Después me consiguieron la mochila de oxígeno que andaba a batería. Era pequeñito, cuadrado, y lo usaba como cartera. Le puse de nombre Pip, porque hacía ese ruidito cuando lo prendía. Me servía mucho cuando quería salir a caminar, o salir con amigas por ahí. Era bastante cómodo en comparación a Wall-e y Philip. Mi vida era muy aburrida. Consistía en estar en el sillón conectada a Wall-e, leyendo After –mi novela favorita–, mirando películas en Netflix, o escuchando música. Me encanta la música y esta era mi lista de reproducción, las canciones que más escuchaba todos los benditos días:

Play list: Millon Reasons - Lady Gaga Bad things - Machine Gun Kelly ft. Camila Cabello Fetish - Selena Gomez Code Blue - The Dream Lights - Ellie Goulding Real and True - Miley Cyrus ft.Future I don't wanna live forever - Zayn Malik ft. Taylor Swift Amor - Porta Pray - JRY

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I know you - Skylar Grey Strip that down - Liam Payne Back to you - Louis Tomlinson ft. Bebe Rexha Sex on fire - Kings of Leon A Little more - Machine Gun Kelly ft. Victoria Monet Suavemente -Gustavo Cerati Estelares - Ella dijo

Eran mis canciones favoritas y las reproducía una y otra vez, no me cansaba, y en muchas me inspiraba para seguir escribiendo. No sabía si iba a tener éxito, pero con intentar no se pierde nada. Ya había perdido la autoestima y el amor propio. ¿Qué más tenía por perder?

MIA Y YO (TERMINADA)¡ PRONTO EN LIBRERÍAS!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora