Revelaciones y verdades
21 de noviembre de 2017
Mi viejo ya había vuelto de su estúpido viaje de rugby. Un amigo de papá, había contactado a mamá para decirle que estaba preocupado por él. Que le había regalado un fin de semana en un retiro espiritual. Según Agustín, era un lugar «mágico», te curaba. La verdad es que no espero que mi papá cambie, siempre va a ser el mismo. El mismo egoísta, orgulloso, soberbio. Como yo. El amigo de papá nos pidió a mi hermana y a mí, que escribiéramos una carta cada una diciéndole todo lo que pensábamos de él. Yo escribí dos cartas, la primera y original es esta:
Viejo: esta es la única alternativa que nos queda para decirte todo lo que nos molesta de vos, ya que si te lo dijera en la cara, te levantarías y te irías como hiciste muchas veces, o simplemente te ofenderías como haces siempre. Siempre la culpa de todo la tienen tus hijas, vos nunca sos responsable de nada. Eso me enferma. Si existe algo que nunca voy a perdonarte, es que nos hayas mentido en la cara a mí y a Guada, diciendo que nunca tuviste nada con esa prostituta, le mentiste y traicionaste a mi mamá, no una, ni dos, sino tres veces. Varias veces lo hiciste, que yo me haya hecho la
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tonta es otra cosa. Siempre tenés cosas más importantes que tus hijas. Tus viajes, tus estúpidos encuentros de rugby. Nunca somos prioridad en tu vida, por eso fue más importante para vos el rugby que el cumple de 15 de Flor, o mi cateterismo, o mi salud física y mental. Así que te lo digo en esta carta, muchas veces mi depresión no se trata solo de amigos o de chicos, sino que ya hace un año sufro de alucinaciones auditivas y físicas. Nunca te conté, ni mamá, porque yo le pedí que no lo hiciera. Tampoco sabés que tengo un intento de suicidio, tampoco te conté porque tenés la cabeza muy cerrada y no entendés de estas cosas. Con esto que te cuento, no busco endilgarte la culpa, solo siento que es el único medio que tengo para decírtelo. Ojalá mis hermanas y yo fuéramos más importantes para vos.
Pd: Esto no significa que voy a dejar de quererte.
Esta carta es la que nunca le entregué, la quemé. Le hice otra, pero nunca la pasé a la compu o a mi diario, no me di cuenta. Pero le decía más o menos lo mismo, aunque fui más suave, menos agresiva. O al menos creo que intenté serlo.
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MIA Y YO (TERMINADA)¡ PRONTO EN LIBRERÍAS!
Teen FictionSi atravesar la adolescencia es complicado para todos, no te imaginas como lo es para Agus que, encima de padecer una rarisima enfermedad, de la que no todos entienden y nadie cree que exista; Carga con alguien mas en su cabeza , una voz que resulta...