Come fly with me
24 de octubre de 2017
Me levanté a las 6 de la mañana, me lavé la cara, los dientes, me cepillé el pelo, me puse un jeans oscuro, una remara blanca con pájaros negros y una chaqueta de jeans. Guada dormía así que la abracé, le di un beso, luego me fui con mamá y papá al aeropuerto. Recibí mensajes de despedida de mis primos, mis hermanas, mi tía, Ceci, pero ninguno de Rodrigo y Oriana, así qué me senté
Agustina Pringles Pardini | Mía y yo
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con mi mamá a esperar el avión muy molesta, y decepcionada de ellos que decían ser «mis amigos». Me llamaron por el altavoz para que ingresara antes al avión ya que necesitaba atención médica –oxígeno, durante las dos horas de vuelo–. Mamá se sentó del lado de la ventana, yo al medio y junto a mí un señor que debe haber tenido fácil, 80 años. Dormí todas las 2 horas del viaje, me desperté en cuanto el avión aterrizó. Tuvimos que esperar que bajara todo el mundo y luego esperar un colectivo que nos llevara hasta la entrada del aeropuerto. Recogimos nuestras tres valijas y fuimos buscar un taxi para llegar al hotel. ¡Por favor, era horrible! Dos camas pequeñísimas, una mesa con un teléfono negro de disco, sin aire acondicionado y un baño que debía compartirse con cuatro habitaciones. Apenas lo vimos mi mamá dijo: –¡No pienso quedarme acá! –Es horrible esto – dije decepcionada–, alguien ya se apoderó del baño. Hay un cepillo, un dentífrico, shampoo y enjuague. Ya se habían instalado y apropiado del baño. No había tiempo de quejarse, debíamos ir a Casa San Juan para confirmar que veníamos al turno de la Favaloro. Cuando nos autorizaron todo, volvimos caminando por Sarmiento hasta la Avenida 9 de Julio mirando vidrieras. Nos detuvimos en joyería que nos llamó la atención. Compramos una pulsera con tres dijes de corazón para mi hermana Flor, unos aros abridores para mi hermana Guada y una pulsera con un infinito para mí. Almorzamos en el Mc'Donalds, 1 hamburguesa y 1 ensalada. Terminando de comer tomamos otro taxi hasta la Fundación Favaloro –tenía turno a las dos de la tarde–. La Cardióloga me atendió a las cuatro y me tuvo en el consultorio hasta las seis.
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Durante esas horas la Dra. Liliana Favaloro estuvo escribiendo con una pereza bárbara mi historia clínica, ¡tipeaba usando solo dos dedos! Me la pasé haciendo malas caras, apoyando el cuerpo contra el escritorio. Después me midió –1,69 mts.– y me pesó – había bajado cinco kilos más–, llevaba perdidos en total 18 kilos. Me ausculto con el estetoscopio el corazón y los pulmones, me revisó las piernas y por un instante, me perdí. –¿Hasta que hora seguimos en esta mierda? –preguntó Mía. Guarde silencio y solo agache la cabeza sobre los hombros haciéndole saber que no sabía. Vestía con un pantalón blanco y musculosa negra, sandalias negras y los labios rojos mate. Se veía bien con el pelo suelto. Salimos del consultorio, subimos al ascensor y llegamos a la calle para tomar un taxi, ella se sentó junto a mí e insistió: – ¿Vas a seguir ignorándome? Cuando llegamos al hotel nuevo, porque nos cambiamos a uno que estaba a una calle de distancia del horripilante, en Rivadavia y Rincón. Hotel, lo que se dice hotel no era, sino más bien un Telo –se llama Rodny y está en la zona de Congreso, muy cerca del Congreso Nacional–. Me bañé y me puse mi piyama. Cuando mi mamá entro al baño a darse una ducha, Mía volvió a abrir la boca. –Largo día, ¿no? –Sí, muy largo –luego le pregunté extrañada–: ¿Cómo llegaste acá? No te vi en el avión. –Estaba muy atrás. –¿Por qué tampoco te vi en el aeropuerto? –Venía detrás tuyo. –Tampoco estabas en el taxi cuando salimos de aeroparque, ¿cómo llegaste? –No importa eso, importa que llegué y que te voy a acompa
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ñar –después me aconsejó–: deberías descansar, fue un día pesado hoy. –Sí, voy a dormir, ¿venís a dormir conmigo? –Sí, haceme espacio. –Ok. –Dormite. Me di la vuelta y me dormí profundamente
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MIA Y YO (TERMINADA)¡ PRONTO EN LIBRERÍAS!
Fiksi RemajaSi atravesar la adolescencia es complicado para todos, no te imaginas como lo es para Agus que, encima de padecer una rarisima enfermedad, de la que no todos entienden y nadie cree que exista; Carga con alguien mas en su cabeza , una voz que resulta...