CELEBRACION!

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¡Celebración!

15 de octubre de 2017

Juntada con toda la familia. Primos, tíos, abuelas, tías abuelas, tías políticas. Estábamos todos juntos celebrando el día de la madre. Nos juntamos todos a las cinco de la tarde a tomar mate. Un ratito después, prendíamos el fuego para el asado. Mis primos empezaron a jugar el truco, yo no jugaba, no me gustan mucho los juegos de cartas. Escuchaba música que habían puesto en un parlante portátil. Sonaba La Renga y aunque tampoco me gusta mucho el rock nacional, sí disfruto de algunas bandas. Lo mío es más el rap y la música romántica. Cerca de las dos de la mañana Augusto empezó a tocar la

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guitarra, desde el Chaqueño Palavecino –cantante de folklore–, hasta Viejas Locas –rock–, y repitió dos o tres veces la canción, Eva. Me divertí mucho, aunque la secuencia más graciosa fue cuando a mi primo Alesio se le cayó la pelota a la casa de al lado, y mi tío Teli y mi primo Camilo se metieron por el techo para sacarla. Nunca me había reído tanto. Estábamos todos parados en la orilla de pileta viendo como intentaban sacarle una pelota a un pitbull del hocico. Después de casi veinticinco minutos tratando sacar la pelota, se metió mi tío Mariano –que al meterse rompió una escalera–, dijo: –No sean tarados, ¿no ven que el perro corre porque quiere jugar? Él perseguía al perro para sacarle la pelota y mi tía Analía me pasó un cuchillo para que se lo clavara al perro si se ponía agresivo –¡Dios, que familia de locos!–. Al final Mariano logro sacarle la pelota, hecha mierda, pero se la sacó. Mientras tanto, todos filmaban lo que había estado pasando en la casa de al lado. Luego de que terminó la misión rescate de pelota, me senté en la tercera mesa del final –somos una familia gigantesca–, donde Guada y Nerea jugaban al truco. Yo miraba la silla que estaba frente mío, un poco pensativa, hasta que escuché a mi hermana decirme... –¿Estas bien? Tenés cara de loca. –Estoy perfecta –respondí. Estaba viendo a Mía que fumaba frente a mí. Me miraba fijamente, iba vestida con sus jeans negro, una musculosa negra y su cabello suelto en ondas, lo tenía más largo. Al cabo de un rato me comenta: –Conocí a tu tía Lili, y a sus hijos, son muy lindos. –No te vi, ¿por qué no te vi?

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–Tranquila Agus, no quiero que me veas todo el tiempo. –A veces no te entiendo. –No tenés que entender nada. –Como vos digas. –¿Vamos afuera? –Ok. Caminamos por el pasillo hasta llegar el patio de adelante de la casa de mi tía Gringa, nos sentamos una frente a la otra y seguimos hablando. Mía preguntó: –¿Sabés algo de Gabriel? –No quiero hablar de eso. –¿Por qué? –Hace dos semanas que no sé nada de él. –¿No tenés su número? –No, solo nos comunicamos por mail. –Que mal, ¿y estas enamorada de él? –No lo sé. –Sabés que es imposible –dijo en tono de advertencia. –¿Por qué? –Porque él es español y vos argentina. –¿Y eso qué tiene? –Estan muy lejos Agus, y ninguno cuenta con la plata para conocerse. –Algún día sucederá, aunque estoy un poco triste. – ¿Por él? –Sí. –No veo porque tendrías que estar triste, yo sé que necesitás vos. –¿Qué necesito? –Sexo, sin ningún tipo de compromiso. –No soy así.

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–No lo creo, sos bastante turbia cuando querés. –Vos decís por lo que me hago la fácil, por mensajes. –Exacto –dijo Mía. –Eso no tiene nada de malo. –Si vos lo decís... ¿Sabés algo de Rodrigo y Oriana? –No, no sé nada. Creo que ya no somos amigos –¿Por qué decís eso? –No me hablan, Rodrigo no me invitó a su cumpleaños, y Oriana no me habla desde que volvió de Córdoba –le dije un poco afligida. –¿Puedo ser sincera? –Siempre lo sos. –Creo que tendrías que alejarte de ellos, creo que no estas en su lista. –Creo lo mismo. –Entonces no sigás perdiendo el tiempo con gente a la que no le interesás. –Volvamos adentro, van a preguntar dónde estoy. –Ok. Cuando volvimos adentro empecé a temer, veía a Mía dar vueltas por todos lados, prender y apagar cigarrillos. Yo me dormía en la mesa prácticamente, a las cuatro y cuarto de la mañana empezamos a guardar todo para irnos. Se prendieron Nerea y Augusto para ir a casa con nosotras. Cuando llegamos eran las cinco y media de la mañana. Nerea durmió en el cuarto de mi hermana, Guada y Augusto en el sillón, y yo con Mía en mi cuarto. Se acostó junto a mí. Y simplemente la miré y le dije: – ¿Qué sos? –Dormite, es tarde. Cerré los ojos y me dormí profundamente.

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16 de septiembre de 2017

Cuando me levanté, era la una y media de la tarde. Estábamos por desayunar, y no sé porqué, lo primero que hice fue revisar mi casilla de Hotmail para ver si tenía algún mensaje de Gabriel. Nada, cero. Me sentía profundamente deprimida. Por otra parte, les cuento que Augusto tiene un gran problema y debilidad, no soporta las bebidas blancas. Mientras almorzábamos, le llegó un mensaje de un número privado, había salido el sábado a bailar con unos amigos y tomó Sky por primera vez. Dice que tiene lagunas mentales y que recuerda que los amigos lo dejaron solo. Lo siguiente que recuerda es que se había subido al escenario del boliche a cantar y bailar Despacito, que bailó con una chica y después se fue cada uno por su camino. Mientras almorzábamos le empezaron a llegar mensajes de esta chica, una tal Cele. La tal Cele, la supuesta chica le decía:

PrivAdo: ¡qué bien lA PAsAmos AnoChe! Augusto: ¿quién sos?, ¿te ConozCo? PrivAdo: estuvimos juntos en el boliChe AnoChe, en el esCenArio. Augusto: ¿y de dónde sACAste mi número? PrivAdo: vos me lo diste, ¿no te ACordás? Augusto: disCulPAme, no te quiero herir ni nAdA, Pero no sé quién sos. PrivAdo: es unA jodA, ¿no? Augusto: no, no reCuerdo nAdA. PrivAdo: tus besos no deCíAn lo mismo.

Así continuaron casi dos horas. Nerea y yo nos pusimos a investigar a esta chica por las redes

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sociales, no había nada. Mi mamá, Nerea, Guada y yo le habíamos dicho que tuviera cuidado con lo que decía, que no fuera a ser que Mariana –su novia– le estuviera armando una trampa. Después de hartarse de los mensajes de la supuesta chica. Ella le dijo: «¡Pará, pará es una joda!» Le envió un GIF que decía: «Es una joda wex» y a continuación una foto de Mariana, la novia de él. Con todo el cariño, le dije: –Yo estoy loca, pero tu novia tiene que medicarse y en dosis dobles. Esta desquiciada. –¿Esta es una razón para bloquerla? –preguntó Augusto. –Es una razón para dejarla –respondió Nerea. –Estoy de acuerdo con Nerea –terminé diciendo yo. El resto del día nos la pasamos viendo videos de curiosidades, de terror, de todo. Hasta que cerca de las doce y media de la noche cada uno se fue a su casa.

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