Malas cosas
Armamos una juntada con todo el curso, nos habíamos reunidos después de tanto tiempo, incluyendo Juan. Era en la terraza de la casa de Rodrigo, estábamos todos contentos, felices, borrachos, algunos bailaban, otros escuchan música, otros charlaban. Yo iba vestida con mi solera negra con flores blancas, mis medias negras y mis zapatillas Adidas blancas. Buscaba la forma de acercarme a mi príncipe, pero hacía rato lo veía intercambiando miradas con Oriana. Eso me molestaba muchísimo, cada vez era más cercano su roce y yo me ponía cada vez más loca, así que comencé a beber y beber y beber. Hasta llegar al punto de estar completamente borracha, furiosa y sacada. Los vi abrazarse y exploté y solo dije:
Agustina Pringles Pardini | Mía y yo
26
–¡HIJOS DE PUTA! Se hizo un silencio sepulcral, todos me miraron. No me importaba nada. Me acerqué a los dos, los miré y abofetee muy fuerte a Oriana mientras le decía: –¡PUTA, TRAIDORA, TE ODIO! Y a él le dije: –¡Me amabas a mí, a mí y no a ella! Dicho esto. Rodrigo me pido que dejara de gritar y que me calmara. Totalmente borracha y fuera de mis cabales. Me fui corriendo por las escaleras, sin antes decirles a todos que los cubrían a ellos dos y que los odiaba. No sé cómo, pero caminé y caminé ebria hasta el Centro Cívico y subí al último piso, me saqué la campera, las zapatillas y me asomé al borde. Le mandé a un audio a Oriana y le dije: «Esto que hago va a cargar en tu conciencia para siempre, me arruinaste la vida». Deje el teléfono a un lado y escuche que sonaba y sonaba. Lo dejé sonar y me senté en el borde, a la orilla del vacío, me prendí un cigarrillo y fumé hasta que se me taparon los pulmones. Lloré hasta quedarme sin lágrimas, hasta quedar sin aliento. Y fue cuando lo decidí: me paré y me asomé a la orilla del techo y agarrándome del barandal mire hacia abajo. No sé cómo pero ya me habían encontrado. La policía estaba abajo, los bomberos preparando un rescate, mi mamá, mi hermana y mi papá también abajo. Seguía tomando aire para tener valor. Escuche una voz familiar, era Laura mi psiquiatra que me decía que pensara lo que estaba por hacer... Estuvo dándome un discurso media hora y a mí se me dormían los brazos, le grité: «¡CALLATE, NO QUIERO ESCUCHARTE!» Sacudí mi cabeza y salté, todo se puso negro... Me desperté agitada y acelerada, todo oscuro. Estaba soñando. No era extraño que todo el tiempo tuviera el mismo sueño,
27
una voz me decía todo el tiempo que tenía que terminar con mi vida, que no servía para nada. Que lo único que hacía era agotar a mis padres física, mental y económicamente, nunca estuvimos bien económicamente, somos una familia de clase media baja. Esta voz me alentaba todo el tiempo a hacerme daño, a hacerle daño a otros, me alentaba a planear mi suicidio, iba a ser perfecto, memorable. Iba a dejar a todos marcados, a cada una de las personas que me lastimaron en mi vida. Todos, absolutamente todos iban a ser culpables, iban a tener que cargar con un pesar insoportable el resto de sus putas vidas, ¡los odiaba!
![](https://img.wattpad.com/cover/148285101-288-k566801.jpg)
ESTÁS LEYENDO
MIA Y YO (TERMINADA)¡ PRONTO EN LIBRERÍAS!
Подростковая литератураSi atravesar la adolescencia es complicado para todos, no te imaginas como lo es para Agus que, encima de padecer una rarisima enfermedad, de la que no todos entienden y nadie cree que exista; Carga con alguien mas en su cabeza , una voz que resulta...