Te amo

750 40 2
                                    

You’re just a memory 

Capítulo 11

‘Te amo’

/Narra Miley/

-Llegamos – le dije a mi primo, que se pasó todo el viaje callado y viendo cada rastro de Nueva York con los ojos abiertamente sorprendidos; es entendible, Argentina no es muy distinto, pero tampoco igual.

Sonrió dirigiendo su mirada a mí y bajamos del auto, cada uno por su lado.

-¿Me explicarás? – preguntó cambiando de tema.

Nos hallábamos en el living, tomando tazas de té, hablando y con la televisión prendida. Por supuesto, hablábamos español.

Rodé los ojos y levanté los hombros – Estoy embarazada – respondí rápido. Murmuró un sonido desde lo profundo de su garganta, en tono regañadiente. Bebí un trago de mi té y disfruté el sentir del agua recorrer mi garganta antes de empezar - ¿Recuerdas que soy bailarina? Ok, él es cantante, me contrataron para un video y nos volvimos mejores amigos en el intento – brevemente explicaba y él asentía. Seguro vio el video y oyó sobre nosotros – cuando murió mamá, él se escapó de Los Ángeles para estar conmigo una noche y… ¡Shena! –grité llamando a mi perrita, que en segundos vino a mis brazos, saltando sobre estos y acomodándose en mi regazo – me la regaló y esa noche… le declaré mi amor y él a mi – paré unos segundos volviendo a tomar de mi té – fue la mejor noche de mi vida – susurré y bajé la taza a la mesa de madera pequeña enfrente a nosotros. Estaba acariciando a Shena.

-Prosigue.

-Esa mañana. Era mi primer día de trabajo. Al despertar, pensé que él estaría conmigo, pero no… se había marchado – suspiré ignorando el dolor de mi pecho y el acumulado de lágrimas en mis ojos – dejó una carta y nada más. De todos modos, seguí adelante sola y vino en camino Julew – sonreí y él lo hizo también.

-¿Julew? – preguntó divertido.

-Juliette, Jason o Drew mezclados – reí entre dientes – y ahora apareció de nuevo – cambió su cara divertida por una seria – me pidió perdón y … cuando lo vi, estaba en el hospital internado, no sé por qué – mi corazón empezó a latir fugazmente. Mierda – desde hace un día no lo veo. Me dijo que iba a llamar, no lo hizo y no sé porque estaba allí – fruncí el ceño, buscando alguna razón o intentando armar el rompecabezas de palabras que me torturaba interiormente.

-Justin Bieber – susurró y asentí con la cabeza.

-Hizo lo que hizo, es el amor de mi vida, aunque no lo pueda perdonar – miré a Shena y la dejé a un lado, para pararme de la cama y correr al teléfono.

Busqué entre mis contactos “Justin Bieber”. Apreté la tecla ‘llamar’ mientras mi sistema nervioso se alteraba al cien por ciento, lo que me hacía temblar. Llevé el parlante del teléfono a mi oído y escuché con atención cada sonido omitido. <<¡Atiéndeme por favor!>> mi mente estaba divagando en pensamientos que de verdad me aterraban y procuraba, por el amor de Dios, que todo esté bien. <<Todo está bien, todo está bien. Todo. Está.>>

-¿Hola? – su voz… ¡Mierda! Es su voz. ¡Está bien! - ¿Miley? – preguntó de nuevo. Nunca me sentí tan tranquila en toda mi vida.

-¡Justin! – Respiré hondo varias veces para aflojar mis nervios – estaba muy asustada – admití en un susurro mientras caminaba a la ventana, corriendo la cortina para ver las millones luces en este sector de Nueva York, que a lo lejos, se veía la Estatua de la Libertad.

-Perdona… me había olvidado – su tono de voz era cansado y una pizca de desilusión creció en mí. Quiero seguir hablando con él.

-Está bien… ¿Nos vemos mañana? – pregunté con el sentimiento de una adolescente emocionada. Aun no entendía ni captaba mis pensamientos.

-Claro linda. Descansen – sonreí - ¡Espera Miley! – Gritó de inmediato, haciéndome sobresaltar – Te amo – esta vez, susurró y aunque no lo quiera admitir, mi corazón se extendió, creo. Corté la llamada con una cara de idiota que veía por el reflejo del vidrio.

“Descansen” ¿Habla de mí y Julew? Porque no sabe nada de mi primo, ¿o sí? Mierda… esto va a ser un problema.

“Te amo” ¿Me dijo Te amo a pesar de todas las cosas que le dije?... ¿Yo lo amo?

<<No sé>> hace un día, mi respuesta era no y ¿ahora sí? ¿Corazón, orgullo o mente? ¡Pónganse de acuerdo ya!

-¿Lo sabe? – me volteé para encontrarme con Alejo mirándome inexpresivo. No entendí su pregunta – Si sabe que estas embarazada.

-No – respondí avergonzada bajando la cabeza – Sí sabe, pero no de él – metí el celular en un bolsillo de mi campera, sin mirarlo.

-Deberías decirle – lo miré y frunció el ceño. Abrí mis ojos grandes y negué con la cabeza decidida.

-Ni loca – levanté las cejas. Era la segunda persona que estaba loca. Miranda y Alejo.

La puerta sonó y un llanto ahogado venía detrás de ella. Miré a Alejo con la boca abierta y un cierto temor se produjo en mí. Caminé hasta allí y miré el pequeño orificio de vidrio quien era. ¿Miranda? ¿Y ella? ¿Por qué está llorando? Abrí la puerta rapidísimo y de inmediato, se tiró encima de mí, abrazándome y llorando en mi pecho, como un bebé.

-Mierda Miranda, ¿Qué sucede? – pregunté atemorizada. 

Hoy fue el día más sentimental del mundo.

-Soy una estúpida Miley - sollozó y volvió a llorar muy fuerte. La abracé más fuerte para que sienta que tiene mi apoyo. Me hacía sentir tan mal que este así.

-Ven, entremos – susurré y me di la vuelta con ella, sin soltarla.

La llevé al sofá y nos sentamos en el que es para tres personas.

-Alejo… ¿Puedes traerme un vaso de agua? – grité, ya que supongo que estaba en la cocina y él murmuró un ‘ajam’. Miranda me miró desconcertada; tenía los ojos y las mejillas llenos de agua rellanados de un color rojo carmesí por estar llorando – mi primo… de Argentina – aclaré y asintió. Shena, que estaba detrás de mí, caminó por sobre el sofá hasta Miranda y se recostó en el regazo de ella – Respira, exhala – le dije; lo hizo junto conmigo y limpió sus cachetes con el dorso de su mano.

-Es Paul, Miley - maldije en mis adentros y antes de que pueda decirle algo, ella volvió a hablar – sé que me dijiste que no debería ir contigo si es sobre él, pero no tenía a donde ir – sorbió sus mocos para adentro y la culpa me carcomía por dentro por atreverme a decir eso. Que mala amiga soy.

-¡Ay Miranda! – me estiré y la abracé, acariciando su espalda tiernamente. En ese momento, entró Alejo y nos separamos.

Él miró el pelo de mi amiga y carraspeó la garganta para que ella se dé cuenta de su presencia. Volteó, todavía limpiándose las lagrimas y miró a mi primo con la boca abierta; ¿Alejo?, Alejo estaba peor… no sé si era por su belleza de Miranda, o por… no sé porque hasta roja de lágrimas es bella.

Ambos se miraron como por siglos y me di cuenta que sobrábamos allí con Julew y Shena, que seguía en el regazo de ella.

-Ya vengo… los dejo solo un momento – me burlé y con una sonrisa pícara, me fui de allí.

Alejo y Miranda… ¿Quién iba a pensarlo? Una estadounidense con un argentino… <<Y tú una estadounidense con un canadiense>>. Mi conciencia me reclamó con total sinceridad. Sonreí tontamente y negué con la cabeza

You're just a memory (2 temporada de I fell for you)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora