You're just a memory (2 temporada de I fell for you)

Sí

You’re just a memory 

Capítulo 23

‘Sí’

En unos minutos, estábamos en lo más alto de la Torre Eiffel. 

La vista era increíble y toda la hermosa y romántica ciudad de París, se podía destacar a la perfección. Era absolutamente perfecto y además de que él estaba conmigo.

Varias chicas, le pidieron fotos a Justin y por supuesto que aceptaba; aunque terminaba pidiéndome disculpas por arruinar la ocasión, para mí no lo era. Yo entiendo que si es el sueño de ellas, debe cumplirlo y aprovechar la oportunidad de hacerlas felices; por eso no me molesta.

-Miley - llamó mi atención Justino. Lo miré y relamí mis labios. Por un momento, me perdí en sus ojos – ya… no sé qué pensar – suspiró. Mi ceño se frunció, uniendo mis cejas. Apartó mi mirada hacia el horizonte donde millones de luces titilaban representando la ciudad.

-¿Qué quieres decir? – pregunté sin rodeos. Algo me decía que va a pasar algo.

-Ya no puedo seguir así… - esperó. Mis nervios carcomían mis entrañas – siento que nunca volverás a mí… ni nunca me perdonarás. Sé que no te merezco. Fui un estúpido… en ese momento lo único que pensaba era en mí. Presentía que algo malo iba a pasar y no sabía qué hacer – hablaba lento y calmado – yo era feliz a tu lado y también era consciente que debía alejarme de ti. Tenía miedo y lo sigo teniendo – esperó nuevamente – estuve seis meses en rehabilitación por depresiones y casi nadie lo sabe… tomé drogas porque me sentía un idiota por ti – mi boca se abrió en una ‘o’ perfecta. ¿Justin en drogas? ¿Rehabilitación? Dios – todos pensaban en mi supuesto accidente. ¡Por la madre de Dios! ¡Era mentira! – exclamó. Agradecía que las personas que estaban a nuestro alrededor armaban un escándalo con sus voces – yo no era feliz. Y cuando apareciste… embarazada… hermosa como siempre… ¿Miley eres consciente de lo inútil que me sentía? – preguntó retóricamente. No era lo suficiente fuerte como para contestarle y estaba segurísima que en minutos lloraría – estaba seguro que te había perdido y apareciste embarazada y eso fue un ligero golpe de ilusión al pensar de que tenías un bebé… mío – sonrió falsamente sin voltear a mirarme. Me sentía la persona más mierda en este estúpido mundo – pero dijiste que no… que no estabas enamorada de mí… que no me amabas y que no estabas así… por mí – volvió a suspirar. Cuando pude darme cuenta, tenía varias lágrimas vagabundeando por mis mejillas.

<<¡Eres el padre Justin! ¡Lo eres!>> mi mente gritaba… pero de mi garganta no salía nada. Me estaba desesperando. Él estaba mal y era mi culpa. Mi interior se debatía entre la verdad o la mentira… aunque seguía ganando la mentira.

Tenía solo un minuto para pensar.

¿Qué pasaría si le diría la verdad?

<<Emm… Justin… eres el padre verdadero, el que te dije que era mi supuesto novio no existe. Eres tú, ¡Tú! Y perdóname por no decírtelo antes>>.

Suena tan falso y tan estúpido; ¿Qué haría él? ¿Mirarme a los ojos y decirme: Todo está bien, Miley. Gracias por decírmelo y te amo? ¡NO! No hará eso. Se alejará y no volverá nunca más, ¿eso quiero? ¡Doble NO! Yo quiero que esté conmigo.

¿Qué pasaría si le seguiría mintiendo?

<<Para mí si eres el padre verdadero>> ¡Me engañaría! Y a él también, por supuesto… pero ¿Qué hago? ¿Tengo otra opción? Ya dije… no quiero que se aleje de mi y con la verdad, se que lo hará. 

Esto es TAN confuso a veces.

Y además… las palabras de mi madre en ese sueño, falso pero sueño, que decía que no le diga que él lo es.

-Pero luego me di cuenta que eso no me importaba – siguió hablando – estaba enamorado de ti y sabía que si te quería, debía hacer hasta lo imposible para volver a tenerte Miley - relamió sus labios. Con mi mano derecha, limpié las pocas lágrimas que habían caído – y ahora no se qué hacer – suspiró otra vez. – No merezco que me perdones y si no lo haces… te entenderé – no me había dado cuenta que sus ojos estaban cristalinos y una lagrima pasó por su mejilla.

Era la primera vez que lo veía llorar. Y me rompía el corazón, más que cualquier cosa.

-Si quieres alejarte… puedes irte, ya no te buscaré - ¿Irme? Por mentirosa debería hacerlo; pero estoy segura que me arrepentiría de por vida – debo aceptarlo por más de que me duele.

El hablar caducó. Solo parecía como si los minutos pasaron rapidísimo y yo todavía no sabía que decir. No quería alejarme… y tampoco quería seguir mintiéndole, pero debo hacerlo. 

Miré el reloj de mi muñeca; habían pasado veinte minutos desde que Justin me confesó millones de cosas, entre las más impactadoras: se drogaba.

-Sí – hablé por fin. Lo miré y él me miró.

-¿Sí qué? – frunció el ceño confundido.

-Si… sí te perdono – susurré con un hilo de voz por la felicidad que sentía.