You're just a memory (2 temporada de I fell for you)

¡Usen condón!

You’re just a memory 

Capítulo 21

‘¡Usen condón!’

-Está bien – susurró entre dientes. La preocupación seguía pendiente y colgaba en cada palabra que salía de su boca.

Asentí con la cabeza mientras esforzaba una larga, pero falsa, sonrisa. 

-¿Te gustaría conocer la Torre Eiffel? – me preguntó de repente. Sonrió y yo relamí mis labios. Podía sentir la ampliación de mis ojos y el leve destello en ellos que reflejaba la felicidad que sentía.

<<Mi sueño>>

-¡Dios! ¡Sí! – exclamé como si me estuviera pidiendo matrimonio. Me abalancé y lo abracé fuerte, fuerte y muy fuerte, chocando su espalda con el colchón.

-Bueno… tranquila, amor – mi corazón se encogió de ternura. De mi boca se escapó un ligero gemido; lo apretujé con más intensidad y nos quedamos así por lo que parecieron años o siglos.

. . . . . . . . . . .

Estaba nerviosa… ¿Quién no lo estaría? Luego de nuestros abrazos mutuos, me dijo que tenía una sorpresa para mí y después, se fue por la puerta, no sin antes dejar un sonoro beso en mi mejilla… que honestamente, yo lo quería entre mis labios y no en donde lo hizo.

Entré a la ducha dispuesta a tener un poco de tranquilidad y relajar mis nerviosos músculos.

Luego de lavar numerables veces mi pelo con el shampoo experto para cabellos castaños, largos y ondulados como el mío –y dejarlo con un olor a frutilla riquísimo–, además de enjabonar todo mi cuerpo, salí mojada e inmediatamente me sequé con la toalla y la enrosqué en mi cuerpo y otra en mi cabello.

Miré y revolví toda mi valija. No encontraba nada… perfecto, ¿no? –Nótese el sarcasmo–.

Mis ojos se ubicaron en un conjunto casual pero lindo. Insegura, me lo coloqué y me miré por el espejo, sacando la toalla de mi cabello. Mi panza seguía resaltando, pero quedaba bonito y era el atuendo perfecto para una embarazada; esta sería la primera vez que usaría tacos y de este tipo en siete meses.

Peiné mi pelo y utilicé la secadora eléctrica para dejarlo seco y con menos riesgos de enfermarme o resfriarme por el tremendo frío que cubría las afueras. 

10° centígrados me rodeaban. El sol estaba anaranjado y el cielo era de colores rosado, naranja y amarillo… un atardecer muy hermoso y acogedor. A lo lejos, muy a lo lejos, se veía la torre Eiffel todavía apagada, sin que una luz se encienda sobre ella.

De todos modos, el paisaje seguía siendo glorioso y romántico. 

Sonreí tontamente.

Dos golpes en la puerta de madera del hotel me distrajeron. Inmediatamente, un dejavú me recordó a la vez que estuvimos en Los Ángeles para grabar el video de As long as you love me. Ese video significa más que cualquier cosa que tengo.

-Justin… ya voy – grité para que me escuche. Camine el resto de distancia por el pasillo, hasta llegar a la puerta blanca grande. Sin dudar la abrí.

-Hola – habló él, dentro de un rato.

-Hola – inocentemente, metí un mechón de pelo detrás de mi oreja.

-¿Cómo estás? – preguntó tranquilo. Tenía las manos en su bolsillo y estaba esplendido y hermoso… como siempre.

Apuesto que tenía la cara más idiota que cualquiera puede tener.

-Muy bien – respondí pensando que hace un par de horas hablamos. Sonreí y se acercó para besar mi mejilla. <<Bésame idiota>>

-Me alegro… ¿estás lista? – volvió a hablar y me miró a los ojos. Los nervios aparecieron de nuevo, y parecía que me comían por dentro.

-¿Para qué? – pregunté pero me arrepentí al instante - ¡No! No me digas… que sea una sorpresa – le guiñé un ojo juguetonamente y él lanzó una carcajada asintiendo con la cabeza varias veces.

Agradezco que su atuendo sea un poco normal, igual que el mío. 

-¡Usen condón! – gritó una conocida voz detrás de nosotros. Una carcajada se escapó de mis labios y los de Justin se apretaron en una línea; tenía un ligero rubor rosado en sus mejillas que me daba tanta ternura. Giré mi cabeza para encontrarme a Fredo con una sonrisa gigante intentando no reír a carcajadas.

-¡Alfredo! – chillé divertida. Negué con la cabeza y volví a voltear, para caminar con Justin hacia las afueras del hotel.