You're just a memory (2 temporada de I fell for you)

Navidad

You’re just a memory 
Capítulo 27

‘Navidad’


-¿Miley? – tocaron la puerta de mi habitación. Murmuré un ‘pase’, ya que había dejado la puerta abierta por si acaso. La voz, la conocía y de inmediato apareció Pattie, completando y asintiendo ante mi suposición. 

-Hola Pattie – me senté en la cama, ya que antes estaba acostada mirando la televisión. Tenía una sonrisa en su rostro, al igual que yo, y señalé el otro lado de la cama, por si deseaba sentarse. Lo hizo y relamió sus labios, mirando mis ojos en una penetrante mirada, que para decir verdad, me intimidaba. 
¿Por qué vino? Tal vez, para hablarme de Justin o… no sé; no hay muchas razones para hablar, y menos conmigo.

-Necesito hacerlo rápido – comentó y paró. Abrí mis ojos interesada, sin darme cuenta que la sonrisa que tenía, había desaparecido de mi rostro. <<¿Qué?>> - mira… sinceramente, no entiendo lo que pasa entre ti y Justin – siguió. Fruncí el ceño en respuesta, pero decidí no contestarle y dejarle hablar – y… Miley, puedes mentirle a él, pero no a mí – declaró con una cínica sonrisa. Si antes estaba confundida, ahora lo estoy mucho más.

-¿Qué quieres decir? – pregunté sin comprender ni una de sus oraciones. 

-¿Por qué estas con mi hijo? – levantó sus cejas mientras la pregunta rodeaba en mi cabeza. ¿Me está tratando de roba fama? ¿Qué solo utilizo a su hijo por dinero? 

-Porque lo quiero – completé siendo sincera – él es la persona que amo… y tal vez, puedas tratarme de… - pensé las palabras adecuadas para hablar de forma segura, sin temor y tampoco sonar mal – fácil por estar embarazada a los 18 años, pero… estoy bien y sé que su hijo me va a ayudar con todo esto – dije de forma rápida. Su cara se ablandó y me miró por una milésima de segundo, para bajarla a mirar mi estómago notable.

-No me mientas – sentenció y me encogí de hombros, explicándole sin palabras, que era totalmente sincera – puedes engañarle a Justin, pero no a mí, Miley- oh…no. Miró mi cara, nuevamente. Ya sé por dónde venía, ya se de lo que se trataba – él es mi nieto, ¿no? – dijo sonriendo y haciéndome sentir una mentirosa. 

Mierda. No podía engañarla, no podía a ella… sentía que no debía hacerlo; porque soy consciente, que iba a ser peor. 

-Lo sabia – murmuró con una brillante sonrisa - ¿Por qué le mientes Miley? – ya no había vuelta atrás. Ya no podía decirle ‘no, no es su nieto’ porque sé que no me creería.

-¡No puede saberlo! – Exclamé con desesperación – no puede… si lo sabe, se que se alejaría de mí – y antes de que me dé cuenta, mi vista se nubló por lágrimas cristalinas, que todavía aguantaban no salir. ¡No puedo ser tan sensible! – Pattie… no lo hago porque quiero, él se enojará conmigo… por mentirle todo este tiempo.

-Pero se enojará de todas formas Miley.

-Pero puedo esperar el momento correcto. Sé que él se dará cuenta – tomé una bocanada de aire y suspiré. Las lagrimas, se habían ido de repente – el otro día… soñé con mi madre – sonreí nostálgica – me decía que no debía decirle – pestañé repetidas veces y levanté los hombros, inocente. No iba a contarle lo de la supuesta enfermedad… todavía no me encontraba segura de decirle y ya habían muchas confirmaciones por hoy – yo… no se qué haría si se alejaría de mí – me interrumpió de repente.

-No podría alejarse… ¿crees que estaría bien lejos de su hijo? – preguntó retóricamente con toda la razón del mundo.
 
-Hija – completé con una sonrisa y ella me la devolvió – pero si se olvidaría de mí y, eso es lo que menos quiero – suspiré nuevamente. Asintió levemente con la cabeza, sin quitar su sonrisa.

-Pero… te ama – relamió sus labios. Sentí mis mejillas un poco coloreadas.

-Yo también lo amo – murmuré en un pequeño hilo de voz.

-Lo sé… ¿crees que no me di cuenta? – Rió un poco entre dientes - Miley, me recuerdas muchísimo a mí cuando estaba embarazada de Justin – lanzó una carcajada que me tranquilizó… pensé que le caía mal o que no me querría. 

Sonreí con confianza tomándolo como un hermoso cumplido .

-Gracias – respondí carcajeando imaginándome a una Pattie en las mismas circunstancias como las mías, pero con Jeremy, el padre de Justin – pero… ¿me promete no decirle nada a Justin? Prométalo… yo juro, que en algún momento se lo diré – la miré suplicante, haciendo un leve puchero que estoy segura que lo aceptaría.

-Te conviene que lo hagas, Miley - amenazó con una voz misteriosa. Reí y asentí con la cabeza. 
-Lo juro por Justin y Juliette – aseguré sin mentir. 

Me sentía descargada… por fin, le había dicho a alguien; aunque tenía el temor, de que se lo diga, confiaba en Pattie y gracias al cielo, tengo la suegra más confiable de todas.


. . . . . . . .. . . .. . ..


La mesa era gigante; bueno, en realidad… exagero. Estaba decorada con un mantel completamente rojo y pequeños muérdagos verdes dibujados en ellos; las copas de cristal, los platos de porcelana blancos y los cubiertos, eran presentes a lo largo de la mesa de, lo que parecía, algarrobo. Y muchas sillas alrededor de ellas, también con telas blancas arriba, quedando muy elegante. 

Estábamos en el restaurante del hotel, junto con el team, que satisfecho y disfrutándolo hablaban entre ellos. Todos se manifestaban con una brillante sonrisa, incluyéndome; sin embargo, éramos no más de veinte personas, dejándome a entender, que esto estaba solo y exclusivamente, reservado para ellos.

Justin, aun no había bajado y yo ya había acomodado su regalo y el de todos los demás, junto con los otros obsequios debajo del enorme árbol verde, más alto que el de mi casa y decorado hermosamente de colores dorado y rojo.

-Quiero un novio – murmuró Lucile con un puchero y tanteando la cabeza como un niño al pedir un dulce. Me reí de su expresión mientras le sacaba una instantánea foto con Angélica.

-Yo tengo el más perfecto de todos – presumí con una orgullosa sonrisa, dejando colgar a mi cámara por su correa, sobre mi cuello. Rodó los ojos.

-¡Cállate! Te envidio tanto por eso y por ayer – me sacó la lengua divertida, obviamente jugando. Negué con la cabeza, luego de dejar escapar un suspiro que tenía guardado hace mucho, recordando su anormal forma de pedirme para salir.

Obviamente, perdoné a Lucy y me mantuvo al tanto de todo lo que sucedió cuando no estaba yo y yo, le conté todo sobre cuando estábamos enojadas y en los otros seis meses. 

-¿Te acuerdas de Romeo, Emilio y… la estúpida de Morgan? – preguntó, haciendo una mueca de desagrado al nombrar a Morgan. Asentí con la cabeza, recordando su rostro al saber que había ganado la audición.


#Flash-Back
-Felicidades – susurré para Morgan fingiendo una sonrisa. Era obvio que no gané – Te lo merecías – volví a hablar, mi voz se empezaba a notar entristecida.

-¿Qué te pasa? ¿Sos idiota o te estás burlando de mí? – abrí mis ojos como platos en ese instante <<¿Qué le sucede a esta?>>. Negó con la cabeza – Ve a ver los resultados, estúpida – respondió con una cara de asco. Me di media vuelta, y casi corriendo, fui a ver qué era lo que sucedía. Empujé a una que otra para leer.
#Fin Flash-Black

-Me dijeron que entraron al ballet de Rusia – dijo con notable entusiasmo. Levanté las cejas interesada.

-Eso es buenísimo – lancé una carcajada. Asintió con la cabeza.

-¿Y sabes algo de Mike? – preguntó haciendo otra mueca. Fruncí los labios, mientras pensaba.

-Sí… solía verlo en el colegio, en la biblioteca – levanté los hombros – pero está super feo – fruncí las cejas recordándolo. Lanzó una fuerte risotada haciéndome reír. Parecíamos adolescentes, juzgando a los chicos, como lo hacíamos antes.

-¿De verdad? – preguntó y por supuesto que asentí. 

Tuve una idea… 

Tomé el cd en mis manos y la puse dentro del reproductor de música. Agradezco que lo haya traído y nunca lo tiré, como había pensado hacerlo antes… cuando estaba enojada y dolida por Justin.
Reí, sintiendo las miradas de todos y preguntándome donde se había metido Justin de una vez por todas. Puse play a la canción, sonando por los parlantes ‘Fa la la’ canción de Justin, en el disco Mistletoe, y sin duda, mi segunda canción favorita y mi segundo disco favorito, luego de Fall y después de Believe. 

Instantáneamente, empezaron a aplaudir todos, ante lo que hice. ¡Pero no hice nada! Reí nerviosa mientras caminaba hacia donde estaba Alfredo con una copa de champane en sus manos, hablando con Carly Rae Jepsen, que no la había notado. Saludé a ambos con una amigable sonrisa y compartiendo palabras amistosas con ambos. Eran un encanto y ella, se la notaba super simpática y delicada. 

-¿Y mi novio? – pregunté en un susurro para Fredo. Sonrió y enarcó una ceja. Amaba el sonido de ‘mi novio’ en referido a mi novio, Justin; suena tan… no sé… formal. 

-Ya baja. Está preparando varias cosas.

¡Que baje ya! Voy a desesperar… hace cinco horas y ocho minutos no lo veía, exactamente. ¡Me va a volver loca!

-Princesa – susurró en mi oído, seguro ya saben quién es. Su tono de voz seductor y perfecto para enamorarme más de lo que estoy, retumbó en mis oídos.

-Hola – dije inocente y sonreí cuando escuchaba All I Want for Christmas Is You. Me di la vuelta, y Justin estaba detrás de mí, con la sonrisa más grande que pude verle alguna vez.
 
-Hola – contestó. Empecé a bailar disimuladamente mientras movía la cabeza y los labios cantando la canción sin voz. Lanzó una carcajada, y yo enganché mis brazos detrás de su cuello; por instinto, él las puso en mis caderas, mientras seguía mi ritmo riendo. 

Podía sentir las miradas de todos en nosotros, pero ¿qué más da? Cuando Justin se acercó para darme un beso, Alfredo vino de atrás junto con Lucile, separándonos con sus manos por el medio. 

-¡Ey! – exclamó Justin, para bufar hacia Fredo, quien sonreía con su brillante dentadura.

-¡Dará mala suerte! – abrió sus ojos explicando Lucy y yo, la fulminé con la mirada. ¿Mala suerte? No molesten… quiero besar a mi novio.

-¡Tienen que esperar hasta la media noche y darse un beso debajo del muérdago! – vino Pattie por atrás, poniéndose en medio de Lucy y Fredo. Bufé como un caballo y me mordí el labio, mirando a Justin, que levantaba una ceja en desaprobación. 

-Está bien… está bien – me puse al lado de Justin, y lo abracé de costado. Todos sonrieron y negaron con la cabeza, volviendo a donde estaban antes, cada uno en su lugar.