You're just a memory (2 temporada de I fell for you)

Te amo, no lo olvides

You’re just a memory 

Capítulo 35

‘Su cuerpo no está, pero los recuerdos quedan remplazando su presencia corporal. Ambas almas siguen a tu lado, siendo ángeles’

Se sentía vacío; y no hablo solamente del exterior. El interior está casi igual… mentira, está peor. Puedo apostar, de lo segura que estaba, que tenía un agujero gigante en medio del pecho… y en el corazón, otro… rompiéndomelo, literalmente. Sinceramente, es doloroso… y las lágrimas desde hace una hora no dejaban de caer. Por lo menos, tenía a Shena que jugaba en mis pies y Juliette, que le estaba dando de mamar. No había podido comer nada y toda la comida quedó para Shena. Para colmo, mañana empezaba nuevamente a trabajar, ya que el ciclo de licencia por maternidad, había terminado… lamentablemente. Y ni siquiera tenía una niñera para mi bebé, aunque por primer día, supongo que me dejarán llevarla. Después de todo, la directora o jefa, no era muy exigente y adora a los niños; así que me ahorraba el favor de pedirle a Pattie que cuide a su nieta.

Pero debía dejar de llorar y preocuparme por tanto. Hoy debía ir a comprar ropa para mí y ella… también, tenía cita con la ginecóloga por el tema de mi menstruación, que todavía no había vuelto, además de que aprovecharemos para que revise que mi bebé este bien en todos sentidos, ya que hoy, se levantó con dolor de estómago, y lo sé porque leí un libro sobre maternidad. Y lo más importante… hoy hacía un año desde su partida. Y pensar que hace un año no tenía ni la mitad de lo que tengo ahora.

Primero, era ir al shopping. Entré a tiendas de zapatos, ropa para bebés, ropa para mí… algo para Justin, y demás que casi no eran importantes de contar. Me sirvió demasiado porque por un momento, me hizo olvidar de todo. Luego era ir a la doctora. Lo que significaba que no me venía todavía, era porque mi cuerpo no estaba preparado al ser tan reciente la llegada de ella. Y por Julie, todo estaba bien; solo son los ‘reflujos’ que es como un ácido que les ocasiona la leche y por momentos puede que vomite y varias cosas más, que dentro de todo, sus palabras tranquilizaban mi mente imaginativa. Solo quedaba ir a visitar a mis padres. Al entrar… una especie de dolor me atravesó. Un año. Pasó un año ya. Es increíble lo rápido que sucedió todo… y pasaron tantas cosas, que me era imposible no llorar. Pero sin saber si era por felicidad, tristeza o ambas. Felicidad por… no hay muchas razones, pero son suficientes. Tal vez, es por Juliette, que al principio fue una tortura aceptarlo, pero luego se convirtió en mi ángel, conjunto a Justin. Tristeza por su perdida, la de ella y la de papá… además de las mentiras, los paparazzis, las cosas malas que superaron a las buenas, pero aún así… son recuerdos que los llevaré siempre. Y ambas… sí… definitivamente, se tratan de ambas. La razón de mis lágrimas… es por ambas. Porque tenía razones para llorar, y también para sonreír.

El cuerpo enterrado de mi madre, estaba al lado del de mi padre… dándome una sensación como si todavía estaban juntos, en quien sabe dónde, pero felices y cuidando a Juliette y a mí como los ángeles guardianes que son. Y mentiría si diría que no los extraño, porque no es cierto, pero aún recuerdo todo… las palabras de todas esas personas que me dieron apoyo, todos repitiendo: ‘Todo sucede por algo’, pero la mejor frase, se la ganó mi abuela al verme a penas nos vimos cuando estábamos en Buenos Aires: ‘Su cuerpo no está, pero los recuerdos quedan remplazando su presencia corporal. Ambas almas siguen a tu lado, siendo ángeles’ No me había dado cuenta, pero ya estaba llorando, mientras mecía la cabeza de Julie, apoyada en mi hombro.

–Hola – susurré como pude.

Sosteniendo bien a mi bebé, que sorprendentemente, estaba callada y mirando mi rostro cubierto en aguas saladas, me arrodillé y estiré el brazo izquierdo, agarrándola firmemente con la derecha, para sacar el florero cubierto de flores viejas ya marchitadas que había traído la semana pasada. Sin embargo… hoy dolía más. Porque hace un año ella no estaba conmigo, y hace tres, él tampoco.

–Los amo – volví a hablar con la voz cortada, colocando las flores nuevas; unas lindas margaritas, dos blancas, dos rosadas y dos rojas. Luego, me senté en el piso mientras hablaba y hablaba con ellos contándoles lo último de esta semana. Juliette se había dormido, por suerte. Por una extraña razón, la presencia de ellos la sentía. No sé si estarán aquí… pero que me estaban escuchando, lo sé. 

–Los amo – repetí mientras me paraba y acomodaba a ella mejor en mis brazos, de forma que estaba contra mi pecho, acostada y sostenida fuertemente por mis brazos. A pesar de todo… era bastante liviana – Los amo – volví. No me importaba el maquillaje que seguro me convirtió en un mapache, pero sin más… salí de allí caminando lentamente.

Era medio escalofriante, porque el sol ya había salido dando espacio a la luna. Seguramente, eran las 8 de la noche, aproximadamente. Volví a casa tranquila, consciente que todas las cosas que debía hacer hoy, fueron hechas.

Me preguntaba qué cosas estaría haciendo Justin en este momento, y al instante… y como si me hubiera leído la mente o algo por el estilo, mi teléfono vibró dentro del bolsillo de mi vestido. Un mensaje de él.

“Te amo. Nunca lo olvides”

Un escalofrío me recorrió en toda mi espina dorsal. Aún me amaba. Yo aún y por siempre lo amaría.

“También te amo. Amamos*” 

Respondí, segura que él entendería de qué hablaba de Julietta, también. Sin imaginar que habría otro mensaje, volví a colocarlo en el bolsillo de mi vestido, para cocinar una simple ensalada. Mis ánimos de comer, eran mínimos y no me culpo. Hoy fue un día muy cargado. Pero volvió.

“Mañana necesitamos hablar, sí o sí. Debo contarte algo”

Nuevamente, el escalofrío rellenó en los adentros de mi cuerpo. La intriga se despertó mientras mi mente pensaba que podría ser.

¿Acaso ya pensó sobre lo que me dijo hoy?

¿Querrá terminar?

Pero si me dijo ‘te amo’ sería ilógico que lo haga.

¿Sabe que es el padre de ella?

¿Será cierto lo de Pattie?

No sé que podría y había tantas opciones disponibles, que me confundían.

“Está bien” 

Respondí sin saber que más decir, y menos presionarlo. Todo estará bien. Yo lo sé.

¿Y si no lo está?

¿Y si todo empeora ahora?

¿Y si me está engañando en algún punto?

¿Qué sucede?