Capítulo 14

11.4K 706 641
                                    

Hoooola lindxs, ¿Cómo están? ¡Yo genial! Agobiada como siempre, porque ya estamos en la cuenta atrás de los exámenes... peeeeeero, aquí estoy, porque les adoro😊

Me encantó, una vez más, leer sus comentarios del capítulo anterior. Así que... le estoy cogiendo el gusto a esto, ahora díganme, por ejemplo: Si tuviérais la oportunidad de viajar al futuro, o al pasado, ¿A cuál de los dos iríais, y por qué? 🤔🤔

Ahora sí, ¡¡DISFRUTEN Y COMENTEN MUUUUCHO! ¡AMO LEERLES! Les adoro 🌹🌹🌹

Narrador omnisciente durante toda la historia

Supongo que esos pensadores filosóficos que afirmaron que la vida puede cambiar en tan solo un chasquido, tenían razón. Pensadores filosóficos o gente del montón que se aburría tanto en la ducha, que se dedicó a idear frases baratas con las que atormentar al resto del mundo. El caso, es que dieron en el clavo. Sino, que se lo dijeran a Camila. Hacía un año, la latina contaba con un plan metódicamente trazado en su mente, era tan jodidamente perfecto, que la podrían haber contratado para formar parte de la CIA. En aquel entonces también dedicaba su tiempo a odiar a la familia Jauregui al completo, y el único objetivo que abordaba su vida, se basaba en asumir su propia justicia. ¿Y ahora? Ahora no podía parar de pensar en aquellos puñeteros listillos a los que se les ocurrió un día de borrachera (o eso quería pensar ella) el famoso paradigma del karma. El puto karma. Eso de que todo lo que das, lo recibes. ¿En serio? ¿Y qué cojones había hecho ella para encontrarse en tal situación? Camila no podía parar de cuestionarse el hecho de que, si realmente el karma existía, dentro de muy poco tiempo la convertirían en la presidenta de Estados Unidos. Y no, no porque su sueño fuese adquirir ese puesto de mierda, más bien porque de esa manera podría tener acceso a lo único que ansiaba en aquel instante: encontrar el paradero de Michael Jauregui. Y sí, de hecho, Camila comenzaba a creer que esa absurda teoría cobraba sentido. De no ser así, sería incapaz de comprender por qué se encontraba haciendo aquello en primer lugar:

- Repítelo una vez más – dijo con voz seria.

Lauren bufó y se pasó una mano por el cabello. Llevaban más de hora y media realizando tareas interminables enfocadas a la recuperación de la ex directora. ¿Que por qué? Eso mismo se preguntaba Camila. El caso es que la logopeda no pudo ir a su sesión aquella tarde, y la latina no podía evitar dejar de sentirse culpable por el estado de salud de Lauren. Supongo que lo de buena persona no se lo quitaba nadie, sobre todo después del numerito de un par de días atrás.

- Azzzul – exhaló por fin

- Otra vez.

- Azzul...

- De nuevo.

Lauren gruñó de forma audible. Lo cierto es que su condición había mejorado bastante en las últimas semanas, pero aun existían algunas palabras que le costaba formular. Sin embargo, la impotencia de no poder hablar cada vez le quebraba más las entrañas, y de hecho, comenzaba a perder la paciencia al no obtener los resultados que quería. Más bien se dedicaba el día entero a gruñir como un perro con la rabia, y Camila estaba harta de sus quejas, como si no fuera suficiente para ella tener que lidiar con su ex mujer después del ridículo que le hizo pasar. No podía más:

- ¡Se acabó! – gritó de pronto - ¿Crees que yo quiero estar haciendo esto Lauren? – y sonrió, irónica – Me encantaría estar en cualquier otro puñetero lugar ahora mismo, así que deja de comportarte como una maldita cría – hizo una pausa – madura de una puta vez – señaló el papel - y repite la jodida palabra si no quieres que te haga escupirla a patadas.

El silencio se apoderó del ambiente. Lauren agrandó las pupilas y pudo oírse el sonido de su garganta tragando saliva. Vale, puede que se hubiera pasado un poco. ¿Era posible decir tanto insultos seguidos en una sola frase? A lo mejor...

Sweet Hell II [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora