Capítulo 33

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Hoooola lindxs, ¿Cómo están? ¡Espero que genial! Por favor, no me maten... yo soy la primera que se maldice a sí misma por no haber actualizado. ¡¡LO SIENTO MUCHÍSIMO!! Pero la verdad es que no he estado para nada inspirada. Y, no sé ustedes, pero yo prefiero escribir algo de provecho que cualquier tontería que se me venga a la mente. Espero que puedan perdonarme, y que entiendan que es complicado a veces que la imaginación vuele, sobre todo si me presiono 🌹

Bueeeeeeeno, os hice una pregunta... y he decir que el SÍ ha ganado por goleada. So, siendo sincera, ni siquiera yo misma sé con exactitud los capítulos que quedan, uno más, uno menos. Pero aproximadamente diez. Repito, 10 CAPÍTULOS. En caso de que sean menos, o de que sean más, os avisaré, aún así pueden irse haciendo la idea de que el gran final se acerca. Mejor estar preparadxs, lo necesitaréis!! 😊

Quiero aprovechar para añadir que no tengáis duda de que os leo, os leo y mucho. Trato de mantenerme en contacto con todxs los que me escribís, y también estar al tanto de lo que comentáis y pensáis. Y he admitir que me encantan vuestras teorías, conversaciones paralelas y también el hecho de que me conozcáis tanto, eso me mata. OS AMO❤❤

Sin más dilación... ¡¡DISFRUTEN Y COMENTEN MUUUUCHO! Les adoro a reventar, gracias por vuestra paciencia y apoyo 🌹🌹🌹

Narrador omnisciente durante toda la historia

Si existe algo en este mundo que sin duda no podemos controlar, es el tiempo. El jodido y puñetero tiempo. Un arma blanca del tamaño de Hiroshima capaz de destruir todas las bases donde se desarrolla tu propia existencia. Un arma blanca capaz de arrasar con cualquier emoción latente que te mantenga en pie. Los minutos se convierten en horas, las horas en días, y después se transforman en semanas, pares e impares, para finalmente englobar un mes. Un largo y desesperante mes. ¿Qué son treinta días para cualquier ser humano? ¿Qué son treinta días para alguien que interactúa de manera cotidiana con su entorno? ¿Qué son treinta días para una persona que es sencillamente feliz? Sin embargo, para Lauren, fueron los treinta días más abrasadores de su vida. Un mes sin saber nada de ella. Un jodido mes sintiendo cómo su corazón se apretaba cada vez más en el pecho, impidiéndole respirar con normalidad. Le dolía el cuerpo, le quemaba el alma, y le ardía la mente. Es posible que aquella fuera la primera vez en la faz de la tierra en la que la gran Lauren Jauregui se encontraba amarrada de pies y manos. No sabía qué cojones hacer. ¿Cómo le explicaba a su corazón que aquella sensación de asfixia se quedaría para siempre? ¿Cómo le explicaba a su esperanza que no quedaba nada por lo que suspirar? ¿Cómo mierda superaba el hecho de que el amor de su vida se encontraba ahí fuera, sola, sin tan siquiera contar con la suerte de saber que la buscaban? Camila debía estar jodidamente asustada, y aquello le rompía los esquemas a la ex directora, no existía nada que tolerara menos que perder el control. Y sin lugar a duda no conocer el paradero de la latina la estaba volviendo malditamente loca.

Se removió sobre su sitio, apoyando el cuerpo en el capó caliente del coche a causa del sol azotándole directamente. Se llevó entonces el cigarrillo a los labios y le propinó una larga calada, sintiendo cómo las sustancias nocivas del humo invadían sus pulmones con lentitud. A la mierda, después de los últimos acontecimientos, no es como si un posible cáncer de pulmón fuese su mayor problema, ciertamente. Y sí, se estaba comportando como una completa cínica.

- Apágalo – se oyó de pronto.

Lauren desvió la mirada hacia su derecha aún con el tabaco entre los dientes. Amelie la recibió con las cejas enarcadas y una expresión de incredulidad plasmada en el rostro. Aquella mañana vestía unos pantalones vaqueros cortos y camiseta que le quedaba algo holgada. Su cabello recogido en una coleta despreocupada y unas ojeras del tamaño de Asia decorando las proximidades de sus párpados inferiores. Lo cierto es que lucía bastante desaliñada y cansada, pero, ¿quién podía culparla realmente? Ninguna de ellas era capaz de visualizar su reflejo en el espejo sin sentir una culpabilidad extrapolada consumiendo cada fibra de su cuerpo. Preferían ir por la vida como despojos humanos que enfrentarse a su propia realidad.

Sweet Hell II [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora