Capítulo 16

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Hooooola lindxs, ¿Cómo están? ¡Espero que genial! Hoy tardé un poco más, pero no pensarían que les dejaría sin capítulo, ¿Cierto? 😏

No les hago esperar... ¿Están preparadxs para lo que viene? Espero que sí. ¡¡DISFRUTEN Y COMENTEN MUUUCHO!! Les adoro 🌹🌹🌹

Narrador omnisciente durante toda la historia 

Si le contaran a Camila algún tópico relacionado con la amistad, se lo estamparía en la cara a quien se atreviese a tratar de moralizarla. Porque, de hecho, nadie mejor que ella conocía las leyes no impuestas que gobernaban los códigos secretos entre amigos. Es más, justo es lo que se encontraba haciendo en aquel preciso momento: con ambos brazos apoyados sobre la encimera, la mirada clavada en alguna parte y la mente repleta de ideas absurdas. Amelie movía las manos de un lado a otro, relatándole la historia de un tío que conoció la pasada noche en un pub cualquiera, el cual se llevó a casa, y se lo tiró hasta decir basta. A Camila ciertamente le importaba una mierda, ¿pero qué se supone que debía hacer? Sonreír como una idiota y hacerle creer que era la mejor historia que jamás le contaron. Y eso, queridos amigos, es ser fiel a los códigos.

- Y si hubieras visto cómo tenía la... - de pronto, se detuvo en seco, tragando con dificultad el trozo de pan que se llevó a la boca.

Camila la incitó a que continuara, sin embargo, Amelie hizo muecas un tanto extrañas con los ojos, a lo que la latina respondió dándose la vuelta para observar cuál era el motivo de su mutismo repentino. Y vaya que era un buen motivo...

- Ho hola – se oyó desde la puerta.

Camila sintió sus piernas flaquear ante el tono ronco de aquella voz, y eso que se encontraba sentada. Madre mía... Lauren lucía unos shorts cortos, muy cortos, repito, malditamente cortos, acompañados de una camiseta negra ajustada y unas zapatillas blancas. Su cabello se encontraba recogido en una coleta despreocupada, sin una pizca de maquillaje en el rostro y la piel brillando a causa del sudor. La latina pudo darse cuenta de que su pecho subía y bajaba con lentitud, mientras exhalaba sutiles jadeos de entre los labios. Otra cosa no sabía... pero estaba para empotrarla contra la primera pared que pillara y reventarla a polvos. Mierda.

- ¿In interrumpo? – preguntó caminando hacia la nevera.

Camila era incapaz de oír una sola palabra salir de su boca, más bien se fijaba en el contoneo de sus curvas y en cómo agarraba la botella de agua que acababa de coger mientras sus músculos se tensaban. Oh por dios, comenzaba a pensar que su idea era una completa estupidez.

- Un poco – añadió Amelie tras limpiarse las comisuras - ¿Has hecho una maratón? Te recuerdo que aún tienes que guardar reposo.

- Solo bo boxeé un po poco – se encogió de hombros, dándole un sorbo a su bebida – no es pa para tan tanto, mami – añadió enseñándole la lengua en un acto juguetón.

Remató su frase esbozando una sonrisa traviesa, y se apoyó sobre la encimera a observarlas en silencio. Amelie alternaba la mirada entre Camila y Lauren, como en un maldito partido de tenis, hasta que soltó un sonoro suspiro y sacudió las manos en el aire:

- ¿Debería irme? – escupió sin ser brusca.

Camila por fin pareció salir de su transe, y tras limpiarse la baba metafórica, sacudió la cabeza y negó rápidamente.

- No – respondió – sígueme contando por favor.

- No pienso contarte lo grande que la tenía el tío que me tiré anoche, mientras mi hermana mayor te devora con la mirada. Qué asco.

Lauren soltó una carcajada débil, y comprendió que era el momento de marcharse. Pasó por al lado de ambas, y cuando pensaban que por fin se iba, se detuvo clavando sus pupilas verdes en Camila. De pronto, le arrebató el trozo de queso que estaba a punto de ingresar en su boca, lo contoneó entre los dedos y se lo metió entre los labios con lentitud, demasiada lentitud... para luego gemir por el placer que esto le causaba. Terminó su actuación guiñándole el ojo descaradamente y susurrando un "me daré una ducha" entrecortado. La latina ni siquiera lo escuchó con claridad, estaba más preocupada por el río que se había creado entre sus piernas. Oh por dios, sus bragas eran un completo desastre.

Sweet Hell II [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora