Capítulo 35

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Hoooola lindxs, ¿Cómo están? Os dije que no tardaría tanto esta vez, y he cumplido. Quería aprovechar para agradeceros vuestra ayuda el otro día, el problema finalmente era de la propia aplicación, y pude respirar después de un rato. Casi me da un ataque pensando que la historia había sido borrada. ¡¡Mil gracias por vuestros comentarios!! ❤❤❤❤ 

Voy a dejar aquí un espacio que ocuparé a partir de ahora hasta el penúltimo capítulo, para el tema de las preguntas del cuestionario final. Las recopilaré todas. 

Bueeeeeno, no me matéis, pero antes de llegar al gran momento del reencuentro entre las camren, hay que dar marcha atrás un poco... ¿O es que acaso no os preguntáis cómo ha vivido Camila este mes de secuestro? Es necesario salir de dudas, y creedme, no os gustará en absoluto. Pero es necesario en la historia 😢

Sin más dilación.... ¡¡¡"DISFRUTEN" Y COMENTEN MUUUUCHO!!! Les adoro 🌹🌹🌹

Narrador omnisciente durante toda la historia

Un mes antes...

Sentía cómo los latidos de su corazón bombeaban lentamente contra su pecho. Le pesaban los párpados, le dolía la cabeza y sus músculos se encontraban entumecidos. Aquello era peor que una mala resaca. Lo decidió en el momento en que trató de abrir los ojos y su cuerpo no reaccionó. Podía percibir el frío del suelo adentrándose en su piel, como si ansiara fusionarse con su ser. La humedad se palpaba en el ambiente, así como el ligero contoneo de una máquina de fondo. ¿Era aquello una nevera? ¿Un congelador? ¿Una lavadora? Quién sabe. El caso es que Camila quería moverse, quería despertar de aquella pesadilla, sin embargo, suelen decir que las fuerzas se apagan en el instante en que la esperanza se esconde.

Se oyó el sonido de una puerta cerrarse. Ella pegó un salto sobre sí misma aún con los ojos cerrados. Mierda, definitivamente la habían drogado.

- Hay que despertarla de inmediato.

- ¿Cómo mierda piensas que lo haré? Lleva horas ahí tirada.

Podía oír las voces con claridad, unos pasos alrededor y una lata siendo abierta. Camila trataba de mantenerse lúcida. Luchaba con las infinitas ganas de dormir que le transmitía su cerebro a todas las terminaciones nerviosas posibles. Sacudió la cabeza internamente.

- Simplemente hazlo, no tengo un puñetero manual de autoayuda.

- Me da pena, ¿vale? – se produjo un silencio – sabes que no quiero hacer esto.

- Si no lo haces, Michael te cortará los huevos.

Michael. De pronto fue como si todas las piezas encajasen. A su mente viajaron miles de imágenes tormentosas. Los recuerdos se instalaron como flechas: la noche de la inauguración, sus dos amigas sonrientes, el choque de las copas, el escenario, la gente aplaudiendo, Lauren... sintió cómo sus entrañas se retorcían en su interior. Lauren. Lauren y su precioso rostro. Lauren y su increíble atuendo. Lauren y su mirada verde penetrante. Lauren y su sonrisa de infarto. Lauren, Lauren, Lauren. Y joder, sobre todo Lauren llorando a causa de la latina con una rodilla en el suelo y un anillo en su punto de mira. Ni siquiera tuvo la oportunidad de escucharle exhalar un "sí, quiero". Y mierda, aquello dolía como el infierno.

- Hazlo – se oyó entonces.

Camila apretó la expresión tratando de ejercer una mayor fuerza por despertarse. Los pasos se oían cada vez más cerca. Pudo incluso sentir una presencia frente a ella, con la respiración exaltada y la mirada clavada en sus párpados aún cerrados. "¡Abre los ojos de una jodida vez!" se decía a sí misma. Sin embargo, no tuvo que utilizar muchas más plegarias...

Sweet Hell II [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora