Capítulo 41

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Hoooola lindxs, ¿Cómo están? ¡Espero que genial! Aquí estoy de nuevo, en la cuenta atrás del final de la historia 😊

Vamos a vivir emociones intensas en los últimos capítulos. Hay que empezar a poner todo en orden, o desordenarlo, quién sabe, una de dos. Ready? 😈

Últimamente están muy calladitxs, y una vez más, no sé si eso es bueno o malo... háganme feliz y comenten, que es gratis 🙏🙏❤

1/6 para el final... ¡¡DISFRUTEN Y COMENTEN MUUUUUUCHO!! Les adoro 🌹🌹🌹


Narrador omnisciente durante toda la historia 

El lugar lucía bastante sombrío a simple vista. La escasa luminosidad proveniente de fuera se colaba por el recoveco de las ventanas, dejando entrever un atisbo de posible esperanza. Un par de mesas mal puestas, decoración insulsa, y sillas de lo más incómodas. En el ambiente también podía apreciarse cierto toque nostálgico. Los sollozos de la gente hacían eco en las paredes, así como la euforia experimentada en sus cuerpos tras acarrear meses a sus espaldas sin una mísera dosis de contacto físico. Eso sin contar la imponente presencia de los guardias merodeando la zona, vistiendo sus perfectos uniformes a juego con su expresión indescifrable. Apenas movían un solo músculo de la cara. Eran como maniquíes.

Camila vagaba con sus pupilas alrededor, sin detener la mirada en ningún sitio en concreto. Se removía incómoda en su asiento. Si es que a aquella basura de cuatro patas pudiese llamársele asiento. Dios santo. Ni siquiera era consciente de por qué se encontraba allí en mi primer lugar. Normani le advirtió que aún no era un buen momento. Que la situación se encontraba en cuarentena, y que su presencia sería capaz de producir un sinfín de exclusivas sacadas de contexto. ¿Pero a quién pretendían engañar? La latina se moría por verla. No aguantaba más.

De pronto, el sonido chirriante de la puerta abriéndose le provocó elevar la vista por fin. En cuanto sus pupilas cansadas se toparon con aquella mujer frente a ella, no tuvo que meditarlo mucho más, supo en cuestión de segundos, la razón por el que se encontraba allí aquella mañana. Lo supo en el instante en que sus miradas se cruzaron en mitad de todo aquel caos, produciendo una especie de energía electrizante que invadió el ambiente cual volcán en erupción. Fue entonces cuando Camila la observó más detenidamente: su aspecto se encontraba desaliñado, su rostro somnoliento, su piel más pálida de lo normal, y su expresión repleta de incertidumbre. Unas ojeras del tamaño de China decoraban la parte inferior de sus párpados, así como una notable sequedad haciendo hincapié en sus labios. Sus preciosos y contorneados labios. Joder...

Que se fueran a la mierda las revistas, los periodistas, y sus incesantes ganas por atribuirse el mérito de destapar cualquier absurda teoría. La presión en el pecho que acechaba a Camila en aquel instante, era suficiente como para justificar el haberse saltado las normas y encontrarse justo allí, paralizada, como de costumbre.

- Lauren – susurró desde el fondo de su garganta.

Su prometida enfocó su punto de mira en ella, para luego, contra todo pronóstico, esbozar una tierna sonrisa en respuesta. Una sonrisa que traspasó el corazón de Camila como una jodida flecha en llamas. ¿Cómo era capaz de sonreír?

- Dios mío... - añadió cuando ya la tenía en frente.

Lauren se encogió de hombros como si se disculpase de alguna forma, al menos es lo que la latina leyó en su expresión. Permanecieron un par de segundos sin decir una sola palabra, tan solo ojeándose con curiosidad y expectantes. Hasta que Camila reaccionó por fin:

- Ven aquí.

Sin dar pie al transcurro de una sola bocanada de aire más, la latina arropó a Lauren entre sus brazos. La abrazó como si su vida dependiese de ello, como si desease no dejarla escapar nunca más. Como si dos semanas fueran eternas. Camila inhaló el aroma de su fragancia natural, impregnándose de todas aquellas sensaciones que creía olvidadas. Como si su prometida fuese capaz de devolverle el aliento y las ganas de seguir adelante. Como si un mísero contacto entre sus almas, fuese capaz de devolverle la fuerza que perdió en algún punto del camino. Como si...

Sweet Hell II [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora