Sweet Hell II [Camren]

Capítulo 9

Hoooooola lindxs, ¿Cómo están? ¡Espero que bien! Al final conseguí actualizar de nuevo hoy, estoy sorprendida de mi propia autoeficiencia 😂😂😂😂

Sé que están ansiosxs porque Lauren obtenga su venganza contra lo que hizo Camila, y que las cosas avancen. Peeeeeero, os pido paciencia, después de la tormenta, viene la calma... aunque se cuece un poquito lento. Ya lo entenderán😊

¡¡DISFRUTEN, VOTEN Y COMENTEN MUUUUCHO!! Les adoro 🌹🌹🌹

Narrador omnisciente durante toda la historia

- ¡Deja de ser tan toca pelotas! – gruñó exaltada.

Camila se dio la vuelta acto seguido para darle un sorbo a su café recién servido. Juraba que iba a matar a alguien de tanto estrés al que estaba sometida. Pasaba la mayor parte de las horas del día en la clínica, junto a Lauren, cumpliendo su papel de amiga ejemplar. Habían pasado alrededor de dos semanas, y para qué mentir, aquello la tenía agotada. Apenas paraba en su casa para repostar alimento y minutos de sueño. Sí, minutos, porque era incapaz de dormir plácidamente con tantas cosas revoloteando en su cabeza. No podía evitarlo, se sentía tan culpable de que su ex mujer se encontrase en aquel estado, que se machacaría a sí misma con un palo ardiendo tan solo por el hecho de no estar presente si Lauren necesitaba... no sé, sonarse la nariz. Por ejemplo.

Camila llevaba toda la tarde hablando con Dinah acerca de la nueva empresa que estaban a punto de crear, y a pesar de las continuas advertencias por parte de la latina, su amiga decidió que sería mucho más divertido meterse con ella un rato. Y estaba acabando con su paciencia.

- Relájate – respondió por fin a su ataque – si no es real, ¿por qué te molesta tanto que lo nombre? – añadió elevando una ceja, sugerente.

Camila no pudo hacer más que bufar. Dinah no se creía ni una mierda de todo eso de la latina y Lauren siendo amigas. Cada vez que se veían, dedicaba el tiempo a soltar bromitas acerca del tema, o a provocar a Camila hasta que echaba humo por la boca. Justo como en aquel instante.

- Solo te pido que lo dejes de una vez – dijo, devastada – Lauren y yo somos amigas – afirmó, como si quisiera convencerse a sí misma – nos estamos llevando muy bien, así que por lo que más quieras, no lo estropees.

Dinah hizo una mueca como si la remedase, y luego elevó ambos brazos en signo de rendición. Muy a pesar de que Camila lo tuviera tan aparentemente claro, ella no se tragaba nada. ¿Cómo iban a ser amigas? Si aquellas dos se pasaban el rato en el pasado follando por las esquinas, discutiendo a cada oportunidad, o llorando por el daño que se provocaban mutuamente. ¡A quién querían engañar! No podrían ser amigas ni aunque hubiese un maldito apocalipsis zombie, y tuvieran que unir sus fuerzas para ganar la batalla. En resumen, que fueran a meterle la bola de historia adolescente que se habían montado a sus padres, que a Dinah no se le escapaba una.

- ¿Sabes? – y la miró – deberías buscarte alguien con quien echar un polvo y así dejar de meterte en mis asuntos.

Dinah comenzó a toser acto seguido, atragantándose con el sorbo de café que trató de deslizar por su garganta. En cuanto volvió en sí, pudo percibir las pupilas cafés de su amiga enfocadas en ella y el dedo índice señalándola con cierto aspecto acusador:

- ¡Oh por dios! – gritó - ¡Ya lo haces! ¡Te acuestas con alguien!

La rubia deseaba que se la tragase la tierra. Quería cavar su propia tumba. ¿Por qué era tan evidente? No se acostaba con nadie, claro que no. Bueno... puede que un poco, un poquito, al igual. Desliz lo llaman, pero nada importante. O al menos eso quería creer ella.