Sweet Hell II [Camren]

Capítulo 30

Hoooola lindxs, ¿Cómo están? Aquí estoy de nuevo, siendo fiel a mis promesas. Hay algo que quería comentaros... a partir de la próxima semana, voy a irme de vacaciones unos días, y bueno, supongo que no tendré todo el tiempo del mundo para actualizar. OS JURO que aún así, sacaré algún hueco para escribir, pero os agradecería que me perdonéis y seáis pacientes, teniendo en cuenta que he tratado de ser constante todo este tiempo atrás 🙏🏻🙏🏻🙏🏻🙏🏻🙏🏻

Me ha encantado escribir este capítulo, y creo que también os gustará. Os aconsejo que lo disfrutéis y saboreéis, porque bueno... la recta final se acerca, y no me he ganado mi reputación dramática por nada, ¿cierto? 🤔🤔

Sin más dilación... ¡¡DISFRUTEN Y COMENTEN MUUUUCHO!! Les adoro a más no poder 🌹🌹🌹

Narrador omnisciente durante toda la historia

Podía sentir la brisa veraniega erizarle la piel, todos sus poros respondían ante la cálida sensación de la noche azotándole con delicadeza. Era un lugar bastante amplio, una terraza al aire libre repleta de pretenciones, corbatas, vestidos de marca y champán del caro. Los camareros se movían de un lado a otro con elegancia, luciendo en sus bandejas apetecibles entrantes que podrían valer más que todo aquel edificio en su totalidad, al mismo tiempo que la música jazz decoraba el ambiente de fondo. Mesas redondas a los lados, una pista de baile de lo más escueta, y un escenario preparado al frente. Las vistas de la ciudad neoyorkina podían apreciarse desde lo alto, con el tráfico ajetreado y la iluminación de los rascacielos impregnando el cielo. Era una noche ideal para tal acontecimiento importante. Por fin había llegado el gran día: Cabello's Industry abría definitivamente sus puertas, y a lo grande. Innumerables célebres del mundo de la moda se encontraban entre aquellas cuatro paredes, alardeando de poder y dinero, a la vez que posaban ante las cámaras con el fin de demostrar su apoyo al nuevo proyecto que acababa de romper la industria. La compañía hizo su aparición a pasos firmes, estaban en boca de todos y además, las apuestas apuntaban a un futuro triunfo innato. El apellido Cabello se había convertido en el nuevo caballo ganador, tras las últimas declaraciones de Camila en la rueda de prensa hacía unas semanas atrás, los periodistas habían abandonado por fin su objetivo de desenterrar el pasado, y las miradas ahora se posaban en lo estrictamente profesional. Que los ricachones de turno se agarraran los pantalones, que el gran trío de oro había llegado para quedarse, y, además, con el fin de romper todas las puñeteras reglas impuestas.

Camila observaba alrededor, con la mirada clavada en ninguna parte y una sonrisa autosuficiente plasmada en el rostro. Lucía un vestido de la marca Gucci diseñado para la ocasión, de manga ligeramente larga y con abertura en la parte delantera, dejando a la vista sus contorneadas piernas morenas. Alcanzaba hasta casi los tobillos, y decoraba la parte alta con tiras en forma de X, permitiendo así observar su abdomen tonificado. Acompañaba su look con unos tacones no muy despampanantes de color plateado, y el cabello castaño formando perfectas ondas que llegaban hasta un poco más abajo de sus pechos. Su rostro se encontraba decorado con una fina capa de maquillaje, rímel y los labios envueltos en un rosado extra fuerte. Todo lo que viene siendo una diva a la altura de la copresidencia de Cabello's Industry.

- Aquí estás - se oyó de pronto.

Camila echó un vistazo a su izquierda, donde sus dos amigas la recibieron tendiéndole una copa de champán y sonriendo como si les hubiesen enseñado a hacerlo. Sus vestimentas también lucían de lo más elegantes y pretenciosas, permitiéndoles alardear del puesto que ocupaban en aquel evento tan importante. Era las puñeteras reinas del lugar, por el amor de dios.

- ¿Brindamos? - añadió entonces Amelie.

La latina pensó entonces que sus dos amigas eran realmente atractivas, maldita sea, entre la seguridad de ella, al aura salvaje de Amelie, y el fuego en la mirada de Dinah, serían capaces de merendarse a cualquiera que tratara de interponerse en su camino. ¿Cómo no iban a explotar la industria entonces? Eran pura fuerza femenina unida e indestructible.