Sonrisa

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No es muda la muerte.

Escucho el canto de los enlutados sellar las hendiduras del silencio.

Escucho tu dulcísimo llanto florecer mi silencio gris.-Pizarnik

El hechicero había pasado demasiado tiempo con esos malditos brazaletes hechos especialmente para matarlo lentamente y que su poder se le devolviera en forma de dolor; esos seres endemoniados bloquearon su magia la cual era el centro de vida causándole un descontrol en su sistema.

¡Estaba muriendo y no había nada que pudiese hacer para impedirlo!

¡Perdió toda esperanzas!

¡Ya no quería luchar ante una causa perdida!

Los vengadores se acostumbraron a que Loki anduviera caminado por doquier o sus constantes travesuras inclusive lo fueron apreciando poco a poco sin ni siquiera darse cuenta, le proporcionaron libros y él trabajó con ellos en sus proyectos científicos con la intención de distraer su mente embaucadora.

Notaron que cada día estaba más triste pero no sabían cuál era la razón.

Trataron de que hablara sobre los chitauris pero él se negó hacerlo, aun no confiaba totalmente en ellos, aun no se sentía totalmente adaptado.

Los mortales sabían que no debían preguntarle nada sobre el pasado, ya que se ponía mal y se encerraba en su habitación, seguía tenido pesadillas, gritaba en las noches diciendo lo mismo... Las convulsiones eran menos comunes, el pequeño creía que todo lo que le pasaba con el asunto de las torturas era lo que merecía un monstruo como él.

Parecía como que le daba miedo recuperarse. A veces lo encontraban perdido en sus pensamientos, no hablaba mucho después de todo.

El príncipe no sabía si debía decirles a los vengadores la verdad de seguro ellos no podían hacer nada contra lo inevitable. Además, a nadie le importaba, estos ayudaban por el tronador y cuando pensaba en eso le dolía tanto no tener a alguien que se preocupe por él y lo peor es que, aunque tenía miedo realmente extrañaba a Thor, sentía que le necesitaba ¡Su cálida presencia siempre fue reconfortante!

Quería verlo antes de morir, pero sabía que el príncipe del trueno lo odiaba... Estaba deprimido por eso, necesitaba esa seguridad por que confiaba en su hermano como amigos o enemigos era algo constante en su vida.

Sentía que los vengadores eran buenos solo para ganar su confianza, sacarle información y luego dejarlo en una celda. Eso temía, sospechaba de todos, aunque le gustara pasar tiempo con ellos, trataba de no tener otra fantasía como la de una familia ¡No quería dejarse llevar de nuevo, no resistiría pasar por lo mismo otra vez!

Los vengadores eran sus enemigos y aun así tenía esos confusos sentimientos sobre la amistad.

Tal vez solo querían usarlo como lo hizo Odin, igual a un tratado de paz además de trofeo de su aparente triunfo ante los gigantes de hielo.

Pero amaba esa fantasía de ser importante y apreciado por alguien.

A quien engañaba, nadie lo quería.

Nada de esto es real.

Una fantasía de una familia.

La ilusión de pertenecer, de querer o de proteger.

Ser amado era una hermosa utopía.

Un sueño el que no quiere despertar, el que alguien se preocupé por él.

Debía volver a la realidad.

Nadie amaría a un monstruo.

Los días pasan tan rápido y Loki apenas podía sentir su corazón latir, no había hecho en su vida más que causar desgracias. No pensó que sus delitos trajeran tanta sociedad, tanto sufrimiento a su vida.

Camino a la redenciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora