Camino a la redención

Invitados

Era de mañana, el sol empezaba a brillar con mayor intensidad en Midgard.

Los vengadores acostumbraban a levantarse muy temprano para trabajar incluso Loki era el primero en despertar por el estudio de la magia pero ese día fue una excepción, era un sábado así que todos se encontraban reunidos en la torre disfrutando de un día de descanso, podían levantarse un poco más tarde de lo usual y justamente eso hicieron.

Loki y Tony Stark se hallaban durmiendo, los vengadores o mejor dicho el capitán América trato de despertarlos hasta abrieron su puerta para ver a los dos juntos en medio de edredones y cobijas. Yacían tan pacíficos que nadie quiso perturbar sus sueños, no les quedo de otra que dejarlos en paz después de todo pronto viajarían a ese lugar llamado Asgard para combatir debían estar descansados y con muchas energías

Tony despertó lentamente con pereza lleno de sabanas y pudo ver a Loki recostado a él, hundido en su costado, con sus manos agarrando su camisa como teniendo miedo a ser arrastrado lejos de allí. Era como un niño al menos tenía esa apariencia inocente, era el pequeño que relataba Thor en sus historias, el solo recuerdo de esas descripciones le hacía sonreír, ver por sí mismo esa faceta diferente al villano malévolo el cual trato de conquistar el mundo.

Entendía lo que antes no, por mucho tiempo pensó que Thor era un idiota por no poder hacer frente a un villano, por defenderlo, por perdonarlo una y otra vez.

La primera vez que vio al tronador reflexiono seriamente sobre el trato especial que tenía con un ser tan destructivo. Quizás esa aptitud significaba tener una familia porque Thor sufría cuando Loki caía en las garras del mal, quería salvarlo de esa oscuridad, se sentía culpable y muchas veces había pequeños rayos que hacían a Loki volver por el camino correcto. Él también quería ayudar a. embaucador a reivindicarse, ser parte de ese proceso.

Stark quedó allí sin moverse esperando a que el embaucador despertara. Era tan tranquilo y sereno cuando dormía parecía otra persona hasta que Loki empezó abrir los ojos lentamente, despeinado con su pelo desaliñado y soñoliento, dormía cómodamente lleno de confort de sentir que alguien lo abrazaba, era una calidez que solo Thor le proporcionaba, un sentimiento de protección y cariño. Era una manera de no tener pesadillas, ni insomnio.

— Thor déjame dormir. No me quites la cobija –murmullo Loki

Stark se quedó mirándolo sin decir nada. El hechicero no lo reconocía o más bien pensaba que era Thor. Lo estaba confundiendo de seguro no estaba acostumbrado a tener a nadie más que el tronador en su vida. Por tener fama de embaucador las personas le huían sin siquiera tomar el tiempo de conocerlo. Loki era como una caja de sorpresas totalmente impredecible y su reputación podía competir con la suya.

El azabache pareció darse cuenta de que no era Thor por que abrió los ojos inmensurablemente, se levantó bruscamente, se encontraba algo confundido y agitado

El hombre de ciencia trato de que este lo reconociera —Calma, soy yo Tony

— ¿Antony?

— Buenos días bella durmiente, debo admitir que es la primera vez que me pasa algo así generalmente no me gritan si no solo me besan en las mañanas –Agrego el hombre

Loki bajo la mirada, jugueteando un poco avergonzado dándose cuenta de lo absurdo que fue esa aptitud, pero no era su culpa. Actuaba así y era por el pasado, no era fácil confiar en las personas después de todo lo que había pasado.

— Hey Reindeer Games. Mírame cuando te hablo

— Lo siento. — Susurro Loki

— Oye ¿Qué pasa contigo? ¿Estás bien?