Kaguya Otsutsuki.

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El sonido de los tacones resonó por toda el área, paso a paso las personas a su alrededor abandonaban sus labores para seguir en silencio y con la mirada a la belleza de mujer que se paseaba como si estuviera en sus propios dominios.

Ella con una sonrisa de satisfacción se adentró al ascensor sin decir ni una palabra, sin mirar a nadie de mas, consciente de que, para cuando ella llegara a su destino, el edificio entero estaría enterado de su presencia, y por ende, la persona que venía a buscar, también.

En el ultimo piso, la secretaria observo a la mujer casi temblando, ella al igual que su jefe, eran las personas con mas carácter, autoconfianza, belleza, autoridad y un sinfín de cualidades, era por eso que su sola presencia impactaba de tal modo en la gente que la dejaba muda; por eso, decirle a ella, que su jefe no se encontraba –cosa que ciertamente, no era creíble, pues su jefe se la vivía en su oficina, eso claro, amenos que ella, la señorita Otsutsuki lo sacara de ahi- y que debería retirarse, la tenía temblando de nervios.

La secretaria tomo aire cuando la diviso suficientemente cerca como para escuchar su voz-Señorita Otsutsuki, señor Uchiha-su voz fue cortada.

-No te molestes-interrumpio, pasado de largo- no va a molestarse contigo- le dijo antes de abrir las elegantes puertas con el sello Uchiha. Ella lo econtro rápidamente sentado detrás de su escritorio enterrado en una montaña de papeles, una imagen tan habitual que la hacía preguntarse para que tenia empleados si el trabajo o terminaba haciendo el.

El no levanto la vista en ningún momento, y se concentró en no despegar la vista del papel que releía por cuarta vez desde que la noticia de que ella estaba ahí llego a sus oídos- ¿no sabes tocar? Pensé que al menos tenías un poco de educación- comento, obligándose a no prestar atención al sonido de los tacones acercarse.

Ella sonrió cuando le arrebato el papel de las manos haciendo que él, por fin, fijara su vista en ella- Lamento decepcionarte entonces, me disculpare con tu secretaria también, ya sabes, iba a empezar a decirme la excusa cualquiera que le ordenaste decirme, pero ciertamente la ignore- lo obligo a girar sobre su silla y se sentó en sus piernas como la cosa más natural del mundo.

El hizo una mueca cuando ella envolvió sus brazos alrededor de su cuello y le dio un casto beso en los labios, sin embargo no trato de alejarla. Cercanias como esa eran bastante comunes entre los dos, pero justo ahora, después de estar separados y molestos por una discusión hace masomenos un mes, ciertamente, contactos como ese, se sentían incomodos.

-¿Qué haces aquí Kaguya?

-¿No sigues enojado verdad, Madara?- El, la miro de mal modo, así que decidió ceder un poco ante el – esta bien, te ofrezco una disculpa, es terreno prohibido, ya lo entendí- dijo- pero no te confundas, me disculpo por decírtelo, no por pensarlo- lo sintió tensarse- Vamos, desde ahora me guardare mis comentarios ¿si?- Kaguya lo miro con ojitos dulces y despus de unos segundos sin respuesta, decidio llenarlo de besos.

Kaguya se volvió a repetir con pesar, que amaba a ese hombre, Madara Uchiha. Lo conoció a los veinte, en el bar donde trabajaba para pagar su Universidad, era la primera vez que lo veía, y estaba segura que se había enamorado de el a primera vista, era el hombre más atractivo que había visto en la vida, alto, de cabello corto azabache y los ojos negros más serios que alguna vez haya mirado,, se la había pasado todo el día tomado como desquiciado, para cuando ella tenía que encargarse de cerrar, el todavía seguía ahí, así que incitada por la soledad del bar, se acercó a él, dejo que se desahogara y escucho atentamente cada palabra.

Madara Uchiha, treinta años en ese entonces y un jefe militar de la reconocida familia Uchiha, él le había contado en su estado de ebriedad que ese mismo día, la mujer a la que amaba, el amor de su vida, lo había abandonado para irse con su esposo, y padre de su primer hijo; recordaba su nombre con claridad, y recordaba el tono lastimero y desgarrado con el que él lo pronuncio: Mikoto Uchiha.

La Diosa CaidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora