Inspiración

Casualidades

*Habla Pat
Al terminar la clase recogimos nuestras cosas con bastante calma para poder seguir mirando disimuladamente, ninguna de las dos queríamos acercarnos en modo fans a decirles algo,pero mirar era gratis.
Nuestro entrenador empezó a practicar ahora con ellos, podíamos decir oficialmente que nos entrenaba el mismo boxeador que a los actores de Vikingos.
Finalmente nos marchamos con la esperanza de volverlos a ver por allí otro día, al llegar a casa lo primera que hicimos fue googlear más sobre su vida personal, y muy importante sus nombres y una vez documentadas estábamos lista para volvernos a ver. La semana transcurría y ni rastro de ellos, nosotras entrenábamos lunes, miércoles y viernes pero el martes y el jueves también fuimos ha hacer algo por nuestra cuenta y a ver si por casualidad ellos iban, empezamos a pensar que solo fueron un día a probar o algo y que no irían más.
Por otra parte ya estábamos muy familiarizadas con Dublin y nos movíamos por la ciudad como pez en el agua, no es una ciudad muy grande así que solíamos caminar de un lado a otro.
Fuimos de compras, con dos buenas razones para dicho gasto, la primera que en una sola maleta no habíamos podido meter toda nuestra ropa y andábamos escasas, y la segunda que teníamos que adaptarnos a la moda de Dublín.
Por el momento habíamos conseguido ahorrar algo como para pasar al menos medio verano sin preocuparnos por el dinero, pero aún así íbamos ojeando posibles sitio en los que entregar algún curriculum laboral para poder encontrar un trabajo a media jornada que nos permitiera seguir disfrutando de nuestro verano.

El viernes llegó rápido, y decidimos que este fin de semana íbamos a quemar la ciudad(no de manera literal claro), y nos preparamos a conciencia para ello, nos levantamos a lo que se había convertido en nuestra hora habitual, no demasiado temprano para los horarios que allí llevaban, sobre las 10:00, desayunamos nos pusimos cualquier cosa y nos dispusimos a hacer una compra en condiciones en un supermercado de verdad y no rápido en la única mini tienda abierta que encontramos como habíamos hecho el domingo anterior.
Con la primera misión del día cumplida, volvimos a casa a acomodar la compra, y comer algo ligerísimo y rápido mientras planeábamos que íbamos a hacer, decidimos que no queríamos nada demasiado planeado, solo que dejaríamos la casa limpia y que nos íbamos a olvidar de cocinar y de labores del hogar en los próximos tres días, con un poco de suerte si conocimos algún Irlandés guapetón nos íbamos a olvidar hasta de que teníamos casa, que locura podéis pensar, conocer a alguien e irse con él así sin más, pues si de eso se trataba, de locuras, llevábamos muchos años siendo chicas serias, estudiosas y formales, y de que nos había servido..... ahora era el momento de hacer locuras y por eso estábamos aquí.

Limpiamos y ordenamos un poco y nos fuimos a descansar un rato, así a lo loco, perdiendo la cabeza, bueno en realidad era parte de un plan mayor, si descansábamos más aguantaríamos por la noche.
Después de una buena siesta nos despertamos frescas como rosas y nos dimos a la tarea de prepararnos para deslumbrar, según habíamos observado había dos tipos de Irlandesas en las noches de Dublín, una que iban casi sin arreglar y sin nada de maquillaje que suponíamos habían salido por la tarde temprano de casa y se les había hecho tarde bebiendo, y otras que iban tremendamente exuberantes hiciera frío o no y maquilladas hasta el último detalle.
Pues bien, no queríamos ser ni las unas ni las otras, pero tampoco desentonar mucho, acabamos optando por un body escotado que nos acabábamos de comprar, de esos que dicen aquí estoy yo y unos jeans negros ajustado que marcarán silueta, acompañados de unas sandalias de tacón, regla básica, nunca se usa tacones nuevos para salir de fiesta, escogimos unos que ya conocimos y sabíamos que no nos traicionarían. Un poco de maquillaje lo justo para resaltar la mirada, y estábamos listas.