- Y esta es tu habitación. –Dije y abrí la puerta para que Jenny entrara.
- Gracias. –Contestó eufóricamente feliz observando la habitación.- Es muy linda –Dejo las maletas, se volvió hacia mi y me regalo un abrazo, obviamente que le correspondí.
- Bueno, ¿Quieres que miremos una película? –Pregunté cambiando de canal en la televisión –Quizá encuentre una buena de terror –Hice una risa malvada.
- ¡¿Qué?! –Jenny abrió sus ojos como platos –Quiero conocer Nueva York amiga –Abrió una de sus maletas y se quitó la sudadera que llevaba puesta.
Se colocó una chaqueta de cuero, ya que el clima había cambiado un poco y la temperatura había bajado unos cuantos grados .Se dejó puesto los blue jeans y luego se cambió las botas de cuero por unas vans negras con rosa.
Yo dejé en un canal y luego tomé mi laptop para revisar las redes sociales .Mientras Jenny hablaba por teléfono con su madre y con su hermano, para hacerles saber de que llegó bien, yo empecé a sacar fotos a todas las cosas de Jenny; sé que es algo raro, pero quería atesorar los momentos que ella esté conmigo .Saludé a Josh y a Any, la madre de Jenny, me contaron que Marla, su perra, tuvo cachorros y que eran uno más tierno que el otro; si me ponía a pensar en cachorros, podía decir que nunca había tenido uno, ¡Entiéndanme! Catherine nunca quiso que los tuviera, es más, creo que mi infancia fue muy rápida; ya que Catherine se beneficiaba de la plata que ganaba con los comerciales para bebés que hacía.
- ¡Quiero una foto! –Dijo Jenny acercándose hacia donde estaba.
- Claro –Sonreí y encendí nuevamente mi cámara.
Nos sacamos millones de fotos .En todas salíamos con caras diferentes, ya sean raras, divertidas, serias, enojadas, con accesorios, sonriendo, naturales, haciendo muecas y cualquier otra cara que se nos ocurra .Todo es tan fácil cuando Jenny está junto a mi, me siento tan libre que creo que puedo volar, y mi mente se expande dándome una sensación de que estoy en un sueño.
*
- Vamos –Me golpeó suavemente con el cepillo.
- Pensé que estarías cansada. –Me quedé observando como peinaba su cabello.
- Lo estoy, pero no viajé veinticuatro horas como para quedarme sentada mirando… -Prestó un poco de atención a la película –Saw 4 –Soltó una carcajada.
- Hey, Saw es una de las mejores sagas de películas de terror –La regañé.
- La veremos luego –Dejó de peinar su cabello.
- Como digas –Me levanté de la cama y apagué la televisión –Vamos niña bonita –Bromeé.
- De acuerdo –Tomó su teléfono, plata, un brillo labial y metió todo en un pequeño bolso.
Salimos de la habitación y bajamos las escaleras hasta el living, donde se suponía que tendría que estar Grace .Para nuestra mala suerte no estaba, ¿Dónde estaba mi nana?
- Jo.der –Dije algo preocupada.
- Ya revisé en la cocina, no está –Me dijo Jenny algo agitada.
- ¿Revisamos en la biblioteca? –Pregunté.
- Si, creo que lo hicimos –Dudó.
- ¿Estás segura? –La miré confundida.
- Si… no lo sé –Se encogió de hombros.
- Vamos –La tomé del brazo.
Corrimos hasta la biblioteca y nos dimos cuenta de que la puerta estaba medio abierta, solamente tuvimos que asomar la cabeza un poco para darnos cuenta de quiénes estaban allí adentro.
- ¡Oh por dios! –Grité eufórica.
- ¡Oriana! –Dijo Grace abriendo los ojos como platos.
- Jesus… -Murmuró Jenny.
- No es lo que creen –Agitó los brazos George.
- ¿Ah no? –Mi amiga arqueó una ceja.
- ¡No! –Se defendió Grace.
- No puede ser –Aún seguía impactada por la imagen.
- ¡Se besaron! –Jenny soltó una pequeña carcajada.
- ¡Mentira! –Chilló Grace.
- ¡Lo vimos! –Comencé a reír.
- Diles –George observó a Grace.
- ¡¿Qué?! Estás demente –Grace frunció el ceño.
- Tiene que saberlo –Insistió George.
- ¿Qué sucede? –Pregunté un poco seria.
- Nada –Grace salió del lugar seguida por George.
Odiaba los secretos, realmente los odiaba.
- Déjala –Detuve a Jenny que quería ir a buscar a Grace.
- De acuerdo –Suspiró.
- Es su problema, no el nuestro –Salí de la biblioteca.
*
Luego de minutos Jenny quiso que estacionara en alguna parte para caminar por las calles de la ciudad, realmente quería conocer New York .Nunca viajo a otros lugares lejanos de su casa, siempre vivía encerrada y solo salía cuando en verdad eran ocasiones o cuando se escapaba de su casa para salir con sus ‘amigas’. Amigas que no se merecían ser llamadas así, porque eran falsas y siempre la trataron de demente; y cuando estaba con ellas, la hacían reír y olvidar sus problemas atreves de la risa, pero para ella yo era su verdadera amiga, la que siempre estaba para ella a pesar de la distancia, la que se preocupaba cuando ella estaba triste o cabizbaja… yo era su hermana, al igual que ella lo era para mí .Y asó pasamos cuatro años hablando juntas por las redes sociales, y desde que Jenny supo que a sus padres no les importaría que viajara a New York comenzó a juntar dinero, cuando lo consiguió, hablo con ellos y la dejaron porque ellos sabían que tendría muchas oportunidades aquí como para estudiar o conseguir trabajo.