- Sé que en la escuela te molestan e inventan cosas sobre ti, pero quiero que sepas que no tienes que hacerle caso a nada de lo que te dicen –Dijo mirándome fijamente, como si fuera tan fácil no darle importancia a lo que la gente diga sobre mi.
- No es tan fácil –Miré hacia otro lado, quería llorar al recordar todo el bullying que había sufrido.
- Si lo es, la gente se la pasa hablando sobre mí y yo no les doy importancia –Dijo despreocupado.
- Eres el novio de Sabrina Roos, es obvio que hablarán sobre ti –Dije –No entenderías nunca lo que es estar en mi lugar Julian –Me dirigí hacia mi escritorio, donde tenía mis libros.
- Entonces cuéntamelo –Detuvo mi paso.
- Yo… creo que deberíamos empezar a hacer el trabajo –Cambié de tema nerviosamente.
- No lo creo –Me acorraló en el escritorio, mi corazón empezó a latir fuertemente al sentirlo tan cerca -¿Qué escondes Oriana? –Preguntó arqueando una ceja.
- ¿De qué hablas Serrano? –Dije firme.
- Dices que no sé que es estar en tú lugar, no sé por qué se odian tanto con Sabrina… pero apuesto que me lo dirás ahora mismo –Arqueé una ceja, ¿De verdad creía que le diría toda la verdad?
- ¿Qué te hace creer eso? –Me burlé.
- Soy obstinado -Acortó distancia, lo tenía a Julian Serrano a diez centímetros de mi rostro… iba a estallar de emoción –Consigo lo que quiero –Sonrió.
- ¡Esta bien!, tú ganas –Dije para que se alejara de mi, en cierta forma –solo literalmente – me estaba por hacer pis de la emoción que sentía al tenerlo tan cerca, juraría que ese momento lo guardaría por el resto de mis días y esta noche crearía una especie de historia con respecto a ese momento.
- Genial –Rió y se sentó en la silla del escritorio –Cuéntame -¿Estaba realmente lista para contarle la verdad?
- Okay –Suspiré –Antes de que vinieras a la preparatoria… yo era amiga de Sabrina –Julian empezó a reír a carcajadas.
- Vamos Ori, ¿Esperas que me crea eso? –Seguía riendo.
- Si –Dije algo confundida –Es la verdad, yo era como ellas, totalmente plástica –Le confesé algo apenada y Julian paró de reir.
- Oh… lo decías enserio -¿Era idiota o qué? -¿Enserio eran amigas? –Preguntó.
- Si, las mejores –Empecé a recordar esos momentos en los que éramos amigas y hacíamos todo juntas.
Tenía alrededor de trece o catorce años cuando era parte del escuadrón de animadoras, era totalmente igual a Sabrina y a sus amigas… la típica rubia tonta y que hablaba sobre maquillajes .Yo creía que ellas eran mis amigas, las creía tan unidas hacia mi…obviamente era muy tonta para darme cuenta de que me utilizaban .Todo cambió cuando en el baile de primavera de hace tres años todas me tiraron pintura en frente de todo el mundo, fue el momento mas humillante de mi vida… aun no entiendo muy bien por qué habían hecho eso, pero entendía perfectamente que yo no era una rubia tonta y no me quedaría como una idiota fingiendo que nada había sucedido .Una semana después de eso renuncié a las porristas, cambié todo mi vestuario, me teñí el pelo de magenta y me hice un pircing en la lengua.
No soy de esas chicas que tienen pircings en todas partes, solamente tengo uno en la lengua y debo admitir que tengo un tatuaje en el dedo índice izquierdo que dice ‘Be Different’ y otro en el hombro que dice ‘Stay Strong and be Unbroken’. Hoy en día Sabrina se dedica a atormentar mis putos días de escuela y yo sinceramente… no hago nada para detenerla; soy una tonta y no creo que valga la pena pelear con ella.
*
Luego de un rato de charlar con Julian sobre mi horroroso pasado empezamos a conversar sobre temas triviales y gustos e intereses, luego empezamos a hacer algo del trabajo; imprimí algunas imágenes mientras Julian buscaba información para agregar a la carpeta de campo .Luego de un rato nos agarró hambre y decidimos dejar el trabajo de lado para dirigirnos a la cocina.
- ¿Ella es Catherine? –Preguntó Julian tomando entre sus manos la foto de Catherine cuando me tenía en brazos, se veía joven y sonreía a más no poder.
Supongo que esa era la razón por la cual enmarqué esa fotografía, me hacía pensar que en algún momento mi madre era feliz de tenerme como hija y me amaba.
- Sí –Sonreí –Fue hace mucho tiempo, déjala –Intenté quitarle la fotografía de las manos.
- ¿Y esa bebé tan tierna? –Preguntó riendo -¿Eres tú Ori? –Intenté quitársela de las manos lo más rápido posible, pero él era rápido y dejaba fuera de mi alcance la foto.
- Si, soy yo… ¿Contento? –Dejé de luchar contra él.
- Eras hermosa –Sonrió tiernamente, él lo dijo… ‘Era hermosa’
- Tú lo dijiste, ‘era’ –Le saqué la foto de las manos y me dirigí hacia la puerta.
- No quise decir eso Ori, sabes a lo que me refería –Me detuvo –Eres hermosa, realmente lo eres –Me di media vuelta para verlo, era tan dulce conmigo.
- Gracias –Alcancé a susurrar, cada palabra o cumplido que decía Julian me dejaba sin habla, me sentía emocionada y mis mejillas tomaban algo de color.
- De nada –Acortó distancia entre nosotros.
Sentía su respiración, juraría que casi podía oír los latidos de su corazón y mi corazón comenzó a latir con una rápida frecuencia.
- Va…vamos a buscar a…algo para comer –Dije y me alejé de él.
Salí de mi habitación con dirección a la cocina, bajé las escaleras seguida por Julian y llegue a mi destino y busqué algo para comer en la heladera.
- ¿Quieres un sándwich? –Pregunté mientras Julian se sentaba en los bancos de la encimera.
- Sí –Sonrió.
Saqué pan lactal, jamón, queso, tomate, lechuga y mayonesa… busqué unos platos y los coloqué en la encimera, Julian se dirigió hasta donde yo estaba y me ayudó a preparar los sándwiches .Una vez lista nuestra comida guardamos todo y nos dirigimos al living a sentarnos en el sofá.
Julian encendió la televisión y yo fui a buscar dos vasos de Coca –Cola, cuando volví encontré a Julian hablando por teléfono.
- Lo sé amor –Dijo el con una mueca –Lo sé Sabri, lo sé –Se dio cuenta de mi presencia –En un rato estoy por allá, te amo –Cortó.
- No me digas, tu novia está reclamando territorio –Afirmé.
- Exacto –Dijo el sonriendo –No le agrada la idea de que esté aquí –Me senté a su lado y le di un mordisco a mi sándwich.
- Entiendo –Sonreí algo triste –Es tu novia, te necesita –Dije.
- ¿Seguimos otro día con el proyecto? –Preguntó tomando su mochila.
- Claro –Le dije sonriendo.
Lo acompañé hasta la puerta y nos quedamos unos segundos viéndonos fijamente.
- Me la pasé muy bien hoy Ori -Dijo Julian.
- Yo igual Julian –Le dije amigablemente.
- Bueno… yo supongo que me voy –Estaba tan nervioso como yo.
- Esta bien –Dije nerviosa, parecía una estúpida.
- Adios –Dijo y besó rápidamente mi mejilla, y se fue.
Sonreí como idiota al ver como Julian se alejaba, toqué mi mejilla con mi mano… ahora sí –literalmente –me haría pis.