Capitulo 28

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- Sé que te gusta, se te nota –Dije contenta.

- Apenas la conozco, es imposible –Dijo Pablo acompañado de una sonora carcajada.

- A ella también le gustas –Sonreí pícaramente.

- No lo creo –Negó riendo.

- Vamos Pablito, al menos inténtalo –Insistí.

- No hay nada con tu amiga, ¿De acuerdo? –Se notaba tenso y nervioso, cosa que me parecía totalmente tierno.

- ¡No lo niegues! –Sonreí.

- No lo niego Ori, pero es que… la chica es de Australia –Comenzó a jugar con una lapicera, dando claros indicios de que estaba nervioso.

- Tienen una química increíble Pablo, son perfectos –Le quité la lapicera.

- Es imposible –Sonrió de una forma encantadora.

- Quizá suene a cliché, pero…hace bastante tiempo que no veo una sonrisa pura en el rostro de Jenny –Tomé sus manos –Tan solo inténtalo Pablo, por favor –Él sonrió.

- Quizá lo haga –Hizo una pequeña pausa y me miró fijo –Si tu me cuentas que hay entre Julian y tú –Mi mirada se tornó seria.

- No hay nada entre Julian y yo, absolutamente nada –Corregí.

- Sé que tienen algo, vamos cuéntame –Palmeó mi hombro.

- Nada serio Pablo, nos estamos conociendo –Me encogí de hombros.

- ¿Sabes? –Mi atención se concentró completamente en él –Sé lo que se siente tener miedo al compromiso –Me regaló una de sus hermosas sonrisas.

- ¿De qué hablas? –Arqueé una ceja.

- Sabes a lo que me refiero –Me guiñó el ojo.

- No Pablo, no lo sé –Me tensé un poco.

- ¡Pablo, ven aquí! –Lo llamó uno de sus amigos y él desapareció al instante.

No entendía muy bien a ese chico, era impredecible .Y algo que me ponía nerviosa era esa impotente mirada que no te dejaba adivinar lo que pensaba, era como una mirada neutra y calma con sus pupilas algo dilatadas .Sabía que Pablo había pasado por los peores problemas del mundo, pero sin duda a la hora de hablar de Jenny sus ojos se iluminaban como dos faros en el medio de la oscura noche .Se gustaban, lo sabía.

- Es raro verte por aquí –Escuché una voz detrás de mi.

- Lo sé, es mi primera vez –Sonreí a la castaña que se mostraba amable.

- ¿Te llamas Oriana, no? –Ocupó el asiento en el que estaba Pablo.

- Exacto –Sonreí.

- Es un placer, soy Candela –Me tendió la mano.

- El placer es mutuo Candela –Tomé su mano en forma de saludo.

- Graciosa, me agradas –Sonrió.

- Tengo un humor infinito –Ambas soltamos una pequeña carcajada.

- ¡Hey!, me encanta –Señaló el tatuaje en dedo índice –‘Be different’, que profundo –Bromeó.

- Es para darme ánimos –Me encogí de hombros.

- Bueno Oriana, ¿Por qué estás aquí? –Se cruzó de brazos.

- Ya sabes, golpeé a Sabrina Roos –Solté una carcajada.

- ¡Qué problemática! –Bromeó ella.

- Lo sé, no te me acerques, estoy loca –Le seguí el juego.

- Cumpliste el sueño de mucha gente –Palmeó mi hombro amistosamente.

- ¿Tu crees? Creo que se lo merecía –Ella asintió.

- Estoy de acuerdo, pero Sabrina es intocable –Tenía razón.

- Bueno, mi puño tocó su cara .Creo que ya no es del todo intocable –Ella soltó una sonora carcajada.

- Esto es tan raro –Dejó de sonreír.

- ¿Qué cosa? –Pregunté.

- La gente me tiene miedo, ¿Por qué tú no lo haces? –Me miró fijo.

- Candela, la gente dice muchas cosas –La miré –Pero eso no prueba que sean del todo ciertas –Ella sonrió nuevamente, era una chica tan dulce.

- Tienes razón –El timbre sonó, detención había terminado.

- Te veo el próximo sábado -Tomé mi mochila .Ella asintió sonriendo.

Novela Orian - Stronger {Adaptada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora